Una mirada rara a la causa de Pablo Herreros
6 noviembre, 2011 – 17:18 | 18 Comentarios

Ver que un puñado de anunciantes ponen los pies en polvorosa porque un blogger la lía… eso no se había visto por estos lares. De la madre de El Cuco, El Cuco y sus crímenes …

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Televisiones públicas en el mundo 2.0 a la luz de la propuesta de privatización de Telemadrid

Escrito por el 16 octubre, 2007 – 8:325 Comentarios


Rodeada de otros componentes políticos, como son la reivindicación de que sean las comunidades autónomas las que decidan qué hacer con la gestión de las televisiones que les competen, o la apelación a principios ideológicos de corte liberal, un punto esencial se desprende de las comunicaciones acerca de la propuesta de la Comunidad de Madrid de privatizar la gestión de su televisión: el tremendo coste de soportar la estrucutura de una televisión con los impuestos de los ciudadanos.

En otras ocasiones hemos hablado aquí del difícil rol de las televisiones públicas en un entorno como el actual y no digamos como el que se avecina. Creo que es un aspecto que hemos dejado de lado en nuestros debates sobre Televisión 2.0 y que no es precisamente irrelevante. Veamos: son televisiones que pueden producir contenidos, con el nivel de calidad o exigencia que cada uno pueda ver, teniendo en cuenta sólo relativamente el coste. Pueden comprar derechos importantes jugando con el déficit y sin tener en cuenta la verdadera dimensión de su mercado natural. Lo que nos lleva a la conclusión inevitable: ¿están para sustituir al mercado en aquello que no produce o son un competidor más? ¿es aceptable para el pagador de impuestos que haya restricciones de sanidad y dedicar dinero a una oferta que en el mundo de hoy está proporcionando el sector privado gratuitamente en la mayoría de las ocasiones?.

Una particularidad de las televisiones públicas es su tremenda rigidez de adaptación a los tiempos: con plantillas fijas muy difíciles de reciclar o sustituir, instalaciones grandes y costosas, mucha inversión comprometida, se van a ver obligadas a competir por la atención del público en lo que les pertenece en el mundo convencional – el nicho, las minorías – con entrantes pequeños, ágiles, mucho más pegados a sus nichos y con menos estructuras y obligaciones. En el terreno del público masivo, tienen problemas (y van a tener más) para invertir en derechos y en producción propia lo que las privadas pueden hacer. Es decir, que no me gustaría estar en la piel de gestor de una tele pública que ve como por un lado le piden una televisión «de calidad» (quieren decir minoritaria y, a veces, familiar), con niveles de audiencia (hasta la izquierda critica las reducciones de espectadores), junto con la demanda de los políticos de no drenar más recursos de unas haciendas cada día más restringidas en lo que se refiere a jugar con los déficit. Todo eso sin tener en cuenta presiones en los informativos, de la opinión pública sobre el sesgo de la información, las complicaciones sindicales y otros problemas de las organizaciones grandes.

La televisión 2.0 introduce la ubicuidad, el consumo bajo pedido y la interactuación con los espectadores que, además, quieren contribuir al producto. Va muy deprisa y requiere ideas claras. No es imposible que el sector público tenga un rol (es, diría, inevitable, aunque de formas diferentes a las esperadas), ¿pero podrá hacerse y tendrá sentido hacerse por instrumentos como Telemadrid? Abro el debate, a ver si encuentro seguidores.

5 Comentarios »

  • El murmullo de las cucarachas dice:

    te llegamos a tocar las pelotas desde el bobpop…

    Si hablas de TV 2.0 interésanos bastante… que llevamos ya casi un añito intentando ser como mobuzzzz..jejeje.. y naaaaa..pero molaaaaaaaaaaaa..

    Y te vamos a leer un rato… y ya nos iremos conociendoooo!!!!

    halaaaaaaaaa..saludosssssssssss

  • pvrs dice:

    Hola Gonzalo,

    Lo de las televisiones públicas no tiene nombre. La utilización como arma política al servicio del gobierno de turno, con el dinero de todos es de vergüenza. Además de ser un desastre económico y ejemplo de mala gestión por definición. Manipulan con más o menos descaro, despilfarran y pierden dinero a espuertas.
    El propio modelo de negocio que usan, con competición comercial con las privadas más subvención directa, las hace tremendamente rígidas, conservadoras y parciales.
    Las televisiones públicas, que son necesarias, deberían ser 100% independientes, financiadas como en el Reino Unido, con un impuesto directo, lo que asegura su independencia y los recursos necesarios para no depender de la tiranía de las audiencias, sino de la calidad de su programación y el reconocimiento de los ciudadanos.
    Tienen que actuar como motor de transformación, como el brillante papel que la BBC está jugando en Freeview, la TDT inglesa, o en su aproximación a la distribución online y a la TV 2.0.
    Pero claro, quien es el valiente gobierno que renuncia a una tele pública controlada por él mismo directamente y que no hace sino política? Las televisiones públicas en España son televisiones privadas de los gobiernos, no al servicio de los ciudadanos.

  • Lecciones de Estrategia dice:

    Por la parte de gestión, estoy de acuerdo contigo en las limitaciones que tiene el modelo de TV pública. Es como la selección de futbol: tenemos miles de seleccionadores con poder para presionar al seleccionador, y además de ganar debemos jugar bien. Es imposible si no cambian las condiciones de contorno.

    Sin embargo por otra parte veo complicado que un gobierno, sea el que sea, acepte perder una herramienta tan poderosa como una canal de comunicación masivo. Habrá que leer la letra pequeña del proceso de privatización y de sus objetivos.

  • Gonzalo Martín dice:

    Bueno, en realidad, yo aquí ni me creo ni me dejo de creer una privatización. Lo que pretendo decir es que es un escenario muy complejo para organizaciones que, como muy bien indica PVRs, viven de doble financiación en un escenario de audiencias menguantes: se van a encontrar con problemas de adaptación y de sobreestructura en un mundo mucho más difícil y donde su razón de ser primigenia, se termina: la tesis del mundo Long Tail es la de la demanda infinita… pero también oferta infinita. Por tanto, no hay fallo de mercado que justifique su funcionamiento actual. Eso no quiere decir que desaparezca «la televisión pública», cualquier ayuntamiento o barrio puede crear la suya. Significa que ha de ser otra cosa. Como he dicho otras veces, cada mercado dará su respuesta.

  • El Abuelo dice:

    Pues yo sí me creo la privatización, salvo para aquéllas televisiones, en su caso, que se decanten sin medias tintas por ofrecer cursos académicos, enseñanzas regladas. Para cualquier otra oferta cultural, las actuales televisiones resultan paternalistas y patéticas. La gente ya tiene los recursos audiovisuales adecuados. Y si no quiere ir por ellos, es cuestión de la educación en el sistema educativo y en las familias, no de televisiones.