Los set-top boxes en el umbral de la convergencia: ahora BitTorrent llega al televisor
Mientras algunos andan como locos buscando set-top boxes que funcionen adecuadamente con flash, anticipando una larga carrera para introducir los contenidos de internet directamente en el televisor y, por tanto, directamente en el hogar, alguien ha aparecido en el horizonte creando un cacharrito para poner torrents en la tele de casa. Llego a ello a través de Torrentfreak y parece evidente que la cosa se explica por sí misma como para que me extienda: otro elemento más en el juego de la convergencia con el televisor, una nueva fuente de controversia sobre cómo llevar a cabo la distribución de contenidos (y quién los paga) y otro elemento de software a añadir al cacharrito completo que lo haga todo.
Paralelamente, dice Techcrunch como ya debe saber todo el mundo, que en Japón se han puesto de acuerdo para bloquear el acceso a páginas P2P, un movimiento amenazadoramente generalizado como bien nos recuerda en sus referencias la página de ADSLZone que me lleva a la novedad de Techcrunch.
Precisamente, la cuestión legal y sus implicaciones son uno de los elementos centrales del artículo. La casa fabricante se llama Myka y sus responsables cuentan algo muy interesante: que le han dado vueltas a todos los abogados del mundo para concluir que son el equivalente a un proyector (mi abuela, ya fallecida, se quedó sorprendida ante la aparición del vídeo y preguntó que dónde estaba el proyector: asimilar la tecnología es un gran problema de percepción) y que creen que si nadie lo ha hecho antes es precisamente por el temor a las consecuencias legales.
Pero el mundo maravilloso en el que, nosotros, fanáticos de la personalización del consumo de imágenes, logramos acceder a todo desde todas partes en nuestro televisor, puede estar bien lejos y ser muy dependiente de una verdad demoledora: cuántos hogares están equipados para recibir las señalales de cualquier parte. Esa y no otra es la clave del progreso. Volumen, volumen, volumen. De salones de estar, de despachos privados y teléfonos con tele en cada mano. Esa es la variable esencial para la monetización y el fin de la guerra por la nueva distribución de las obras audiovisuales.
(por cierto, apúntense un nuevo nombre para la sopa de letras de la televisión 2.0: bittorrent más tele es igual a… Torrent-tv)