Una mirada rara a la causa de Pablo Herreros
6 noviembre, 2011 – 17:18 | 18 Comentarios

Ver que un puñado de anunciantes ponen los pies en polvorosa porque un blogger la lía… eso no se había visto por estos lares. De la madre de El Cuco, El Cuco y sus crímenes …

Leer el texto completo »
La Sociedad Red y el Audiovisual

Contenidos para la Era Digital

De la Red al Televisor

Distribucion Online

Modelos de Negocio

Pulsiones
Corolario al síndrome de Aute
La clave es observar esto: “la escasez en la que crecí”. De la escasez a la abundancia, al cambio de reglas y al cambio de la forma de organizar tu cerebro. La antísesis[..] Leer más
Hace 30 años que El País dijo que la industria musical estaba acabada: al hilo de la caída de Pirate Bay, Series Pepito…
Hace pocos días recordábamos el fracaso de Aute como explorador del futuro: la música, que no iba a existir, existe. Mientras los sospechosos habituales nos regocijábamos,[..] Leer más
Inicio » Uncategorized

Copyright con subvención se paga

Escrito por el 12 diciembre, 2008 – 8:134 Comentarios

Escudriñando la prensa, me encuentro con el conflicto que al parecer (con la prensa, como con los blogs, vete a saber) mantienen el bailarín Nacho Duato y el Ministerio de Cultura. El primero es director de la Compañía Nacional de Danza y parece molesto con la política de nombramientos del susodicho ministerio. Lo interesante se dice aquí:

Duato, que se ha mantenido en el cargo con ocho ministros diferentes después de que le designara Jorge Semprún, puso el grito en el cielo. Pidió explicaciones, exigió reuniones. Amenazó con retirar sus coreografías -sobre las que tiene los derechos y la propiedad intelectual- montadas con dinero público.

Estas cuestiones, y más tratadas sin el conocimiento debido de la situación, se prestan a demagogias fáciles. No me voy a pronunciar sobre la actitud de nadie, pero creo que merece la pena preguntarse sobre el tipo de paradoja que presenta la información.

Los gobiernos, que por definición emplean dinero público, compran coreografías, producen vídeo, fotografía, gráficos, mantienen orquestas; con dinero público financian producciones de cine y televisión cuyos productos se mantienen en estanterías una vez explotados por los cauces normales. Nada de eso es accesible a los ciudadanos para su consumo vamos a llamar libre, y se da la paradoja de que es posible que después se reproduzcan en dispositivos que pagan el respectivo cánon. Podría decirse que el ciudadano paga dos veces. Reflexión que se puede ampliar si añadimos que el cine, por ejemplo, tiene cuotas de inversión obligatorias por parte de operadores de televisión públicos y privados. Y que se dice que el sistema de subvenciones e inversiones, yo se lo he oído en público a una ministra, entre otras cosas se hace por nuestra cultura y nuestra dignidad. La nuestra. O la de todos, que dice el lema de RTVE.

Una persona especializada en derecho de propiedad intelectual nos dirá seguramente, corríjanme si me equivoco, que con la concepción del derecho de autor anglosajona el autor ya habría cobrado por su trabajo y listos. También ese mismo derecho está siendo tambaleado por las circunstancias. Decíamos ayer que el necesario equilibrio entre productores, creadores y sociedad debe ser una aspiración de todos, pero situaciones como las descritas en la información tal y como está ponen en evidencia de que la aplicación práctica actual del derecho de propiedad intelectual no está beneficiando a la sociedad. Nacho Duato lleva ocho ministros trabajando a sueldo de los ciudadanos y, después, no parece haber derecho a seguir disfrutando o empleando el producto de su trabajo… un trabajo que como todos los de tipo dramático suele tener un componente colectivo que va más allá de lo aparente en los créditos.
No se está diciendo que no se remunere si es menester, se está diciendo que, de ser como lo escrito, se aplica un concepto de la propiedad que resulta dañino para la sociedad que lo ha pagado y, es posible, que esté descapitalizando a una compañía que se utiliza, también, como imagen exterior del país. Hace años tuve como encargo en la empresa en la que trabajaba la realización de un vídeo para la única empresa de ferrocarriles de España. Pública y que financia sus infraestructuras con dinero público. Se tuvo que rehacer y retirar un plano completo en 3D – los que conocen estas cosas, ya saben la desviación de tiempo y presupuesto que significa – porque aparecían las columnas que el arquitecto había hecho para una famosa estación de Madrid y sobre la que mantenía derechos de imagen. El vídeo, además, era para informar a los ciudadanos. Sospecho que, ese vídeo, tampoco hubiéramos podido utilizarlo.

4 Comentarios »

  • Andy Ramos dice:

    Hola de nuevo Gonzalo.

    El tema de las obras o representaciones creadas con dinero público es bastante complejo, no sólo por el destino de los derechos generados, sino por la distorsión que ello provoca en el mercado.

    Que un ayuntamiento o un ministerio compita en igualdad de condiciones con un empresario para traer a un artista internacional o para montar un espectáculo teatral, es un acto de auténtica desigualdad, no sólo por los recursos económicos de uno y otro (que provoca una sobre-valoración del espectáculo producido), sino por la capacidad de negociación de uno u otro.

    Desde luego que poner estos espectáculos de forma gratuita a disposición del público beneficia de forma directa a la ciudadanía, pero hay que valorar si ello no estaría provocando daños colaterales al mercado, en el que competirían empresas privadas (que las pasan canutas para rentabilizar sus inversiones) con empresas u organismos públicos (que no ven tanto la caja como su imagen social).

    Creo que los organismos públicos deberían fomentar la producción y representación de espectáculos minoritarios o que encuentran poco hueco en los mercados más comerciales, pero no deben entrar en éstos por los problemas de distorsión que ello provoca.

    Sobre tu pregunta lanzada al aire, efectivamente en nuestro país existen determinados derechos remuneratorios a favor de autores, artistas intérpretes y ejecutantes que son abonables sin importar la empresa que estuvo detrás de la obra o prestación.

    Y sobre el caso que tú comentas sobre la «imagen» de unas columnas, la explotación de tales columnas podría entrar dentro del artículo 35.2 LPI ( http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/rdleg1-1996.l1t3.html#a35) si consideramos esa estación como «vía pública», aunque en cualquier caso la mera reserva contractual de esos derechos me parece un abuso contra el erario público.

    Un saludo

  • Gonzalo Martín dice:

    Bueno, eso viene a demostrar que el estado debe mantenerse al márgen en lo que erróneamente llamamos cultura. Pero, aún dedicándose a lo minoritario, ¿no tiene sentido que la ciudadanía se beneficie plenamente y eso supone que esas creaciones pagadas con sus impuestos sean de dominio público o que, al menos, no se vean los ciudadanos obligados a pagarlas dos veces?

    Sólo hago la pregunta como una parte más de la complejidad o de la pérdida de sentido de la forma en que se está tratando la propiedad intelectual.

  • Gonzalo Martín dice:

    Repasando la ley, lo que habría que saber es si una estación de tren (o su interior) es una vía pública… Además la reproducción era en 3D un sistema gráfico que genera vídeo pero que no es la toma de una cámara. Pero en fin, que no entiendo que la titular y propietaria de las columnas no pudiera hacer un vídeo que comunicara al público (que lo ha pagado) en donde las columnas no fueran protagonistas, sino que reflejan algo que está ahí. Pudo haber sido una interpretación errónea de quienes encargaban el video, pero lo que interesa para la argumentación es si se puede vivir con esta incertidumbre sobre cosas tan cotidianas y simples. Tenienod en cuenta que el arquitecto ha cobrado, y generosamente, por su trabajo.

  • Anonymous dice:

    Joder, que fuerte Gonzalo. A que tonterias estamos llegando con los derechos de imagen, de sonido, de….Ahí está la Rita Barbera peleando con Sgae por loas misiquillas de las fiestas valencianas..Moros y Cristianos se quedan sin el paseillo de Paquito el Chocolatero( estrenado en 1932 o 34) y así. Ah, y el canon..un porron de euros por 1oo Cds..Viva la difusion de la cultura..