Una mirada rara a la causa de Pablo Herreros
6 noviembre, 2011 – 17:18 | 18 Comentarios

Ver que un puñado de anunciantes ponen los pies en polvorosa porque un blogger la lía… eso no se había visto por estos lares. De la madre de El Cuco, El Cuco y sus crímenes …

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Y las telecos se preguntan por qué tienen que pagar el almuerzo

Escrito por el 17 abril, 2009 – 7:094 Comentarios


Esta mañana se publican unas reacciones de AETIC, una de las patronales de la industria tecnológica y que tiene de socios varias empresas de telecomunicaciones. Se lo imaginan: ¿Y por qué ellos tienen que pagar la televisión pública?

El argumento intelectual es que tienen IPTV’s y que se aprovecharán de las emisiones itinerantes de televisión con sus móviles. La Francia de Sarkozy, el mismo impulsor de la ley Hadopi, ya ha inventado un mecanismo como éste. UTECA, por el contrario, aunque poco amiga de pagar nada como se supone que corresponde a empresarios que cotizan en bolsa, parece que darían por buena cualquier solución con tal de que las públicas dejen de emitir publicidad.

Personalmente siempre he pensado (y tiene que estar escrito por aquí) que la doble financiación crea un engendro que no solo hace competencia desleal, sino que no permite cumplir con las funciones reales que se le supone a una televisión pública. Ahora bien, UTECA no es inocente. Adam Smith decía en La Riqueza de las Naciones que no hay reunión de empresarios del mismo gremio que no termine con una conspiración contra el público para subir los precios. Algo así sucede: UTECA debería solicitar la total desaparición de las televisiones estatales pues así, lo que debiera ser verdadera lógica empresarial, habría más competidores privados y más opciones a algo parecido a la libertad de empresa, pero no es el caso.

Resulta obvio que la patronal del corralito televisivo quiera la permanencia de televisiones públicas sin publicidad: a menor competencia real, no sólo no hay otros recaudando dinero, sino que la ausencia pública no es sustituida por un nuevo competidor. Más en privado, alguien me ha confesado que a poderoso caballero es don dinero no está mal sumarle una consideración identitaria, razón confesa de Sarkozy para la supervivencia a toda costa de la televisión pública francesa, garante de las esencias de la nación y el buen gusto: al fin y al cabo en España lo único estatal que casi queda ya son la Renfe, Correos, las pensiones y RTVE. Supondrán que para este escribidor confeso de la libertad que confiere la libre concurrencia a través de la red, de la autonomía que confiere a los individuos el ciberespacio, esta necesidad de enormes poderes controlando las imágenes le es bastante refractaria. El tema tiene que ver con las preferencias de cada uno, piense el lector como sus convicciones le aconsejen.

Pero es el crecimiento de las redes y del vídeo transmitido en protocolos IP lo que hacen cada vez más extraño un modelo en el que no hay libertad para emitir y en el que únicamente conviven mastodontes organizativos de estructuras carísimas. Extrañísimo que se tengan que financiar unas a otras, que tengan que sostener a una industria incapaz de sobrevivir por sí misma como el cine y más extraordinario y aberrante que nos quieran contar que todo eso salva la cultura. Y más allá de ello, es todavía más extraño que haya personas que quieren crear contenidos audiovisuales fuera de esas estructuras y no tengan derecho a participar del pastel de cineastas y grupos de comunicación, privilegios arrancados a golpe de titular y almuerzos en reservados.

En fin, es normal que haya quienes se y nos rasguemos las vestiduras aunque sólo sea en bits inocentes, pero la tranquilidad de espíritu retorna porque la digitalización y las redes sabemos a lo que conducen. Avisaba Juan Varela: El New York Times ayer redujo su cantidad de papel. En la primera burbuja, se sucedieron las condenas a muerte de los diarios y sobrevivieron. En esta segunda oleada, no la llamaré todavía burbuja, van cerrando más de uno y sus grandes brujos advierten que a lo mejor ni ellos tienen cabida… imprimiendo sobre árboles muertos.

P.D.: para sus pensamientos ulteriores: ¿permitirán las empresas privadas que la televisión pública pagada por ellos emita contenidos que les pueda hacer seriamente la competencia como motos, campeonatos mundiales de fútbol o cine americano menor de siete años? Es obvio que no les van a dar la facultad de decidirlo, pero al basarse en un negocio de lobby esa presión llegará. Se junta el hambre con las ganas de comer: en un concepto determinado de lo público – lo que el mercado no da – esos contenidos deberían desaparecer. Pero entonces el mastodonte se enfrenta a su problema: ¿mil millones al año para que la radio y la tele la vean y oigan unos pocos? ¿para efectuar doble subvención del cine? Think about it.

Créditos: la imagen pertenece a la galería de LexnGer, con licencia CC.

4 Comentarios »

  • webmaster dice:

    Gonzalo, sé que consultas el blog de Marc Vidal donde al fenómeno de la «crisis» no se ponen paños calientes. Con el cataclismo que se avecina y que tiene acojonado al mismísimo Mafo que, por fin, hace honor al cargo, no va a haber dinero para tantas alegrías. Nuestro sistema de sanidad pública pendiente de un hilo, no creo que sostener una industria (por llamarla de alguna manera) parasitaria como el cine vaya a ser una prioridad del gobierno por muchos videos que se monten los de la ceja. ¿Qué preferirá el ciudadano: cobrar su pensión o ver una peli de Felipe Vega, por poner un nombre? En cuanto a la industria televisiva, en tiempos de crisis el «cheap entertainment» es un «must see» para una masa empobrecida. ¿Habrá tarta publicitaria para todos? ¿Quienes serán los anunciantes con tanta empresa en quiebra o a punto de palmarla? Me da que esta gente hace planes como si todavía estuviésemos en la parte alta de la burbuja aunque supongo que la procesión va por dentro.

  • Gonzalo Martín dice:

    Lo que me planteas es el cogollo de la vieja teoría del public choice. Pero en España los mecanismos electorales no se transmiten al presupuesto. Si la gente tuviera verdedera opción de votar por alternativas de gasto, está claro que el cine perdería muchísimas cosas. Sólo se hace con la iglesia católica y mira lo que sucede. Los candidatos no se presentan solos sino en listas cerradas… los gobiernos emplean el presupuesto electoralmente y existe velo sobre el gasto… la gente cree que la televisión y la sanidad son gratis.

    ¿Qué prefieres si eres el que tiene el presupuesto en la mano, un poco menos de dinero para sanidad o que un cineasta famoso diga que tu rival es la caverna?

  • webmaster dice:

    Sin ser economista ni tener vocación de catastrofista, me da que la realidad de los números va a reordenar la escala de prioridades de gasto en esta gran nación de naciones. Como poco, va a haber una radical reducción de dinero público dedicado a la «cultura» oficial. Yo, que pertenezco a este sector, ya lo estoy notando. Es una cuestión matemática. Al estado español se le va a acabar la posibilidad de endeudamiento y esto va a acarrear recortes en todo lo superfluo. Esto lo explican muy clarito Marc Vidal y Niño Becerra. Hay que prepararse para la era de la escasez y que cada palo aguante su vela. Los tics de antaño ya no valdrán para lo que se avecina. Cambio de paradigma, el electoralismo y la propaganda no resistirán el «stress test» de la cruda realidad. Ya sé que «there is nothing to fear but fear itself», pero yo estoy acojonado.

  • Gonzalo Martín dice:

    Bueno, my dear, tenemos edad para haber visto un par de crisis muy chungas. Lo que dice ese blog… pues esperar y ver. ¿Argentinizacion de Europa o España? Es un tema complejo, que cada cual se haga su idea.

    De toda la vida ha habido poco dinero para la cultura y, si ha habido más, es porque esto ha sido una gran juerga colectiva de gasto público. Es más, personalmente, devolver a la sociedad la inversion en cultura, es lo mejor que nos podría pasar. Eso si, con otro marco fiscal.

    Los políticos cortan porque tienen menos ingresos y eso es también bueno: lo grave es que siguieran gastando más como si no pasara nada y sin prioridades. Hemos visto lo que ha pasado con los coches de Galicia, y lo que está pasando con los tea parties de Obama-

    Pero entramos en la política y menos en el audiovisual…