Pocoyó: el folleto de salida a bolsa
El archivo adjunto es el folleto de colocación. Una lectura necesaria si se está interesado en la gestión de empresas de producción audiovisual orientadas a los negocios actuales. Por un lado, el ejercicio – violento – de apertura y desnudez que significa contar las cosas que se cuentan: detalles relevantes de los contratos aireados, entre otras cosas. Es lo que tiene salir a bolsa. Dos: la comprensión amplísima de un negocio que se construye alrededor de los ingresos por licencias que haría las delicias de Chris Anderson por la forma en que se dan gratis las series para construir marcas y vender algo que, ellos no lo llaman así, pero que no es copiable así como así.
Pero no hay compañía sin retos. Se me antojan dos. El primero, cuánto más se puede estirar la franquicia Pocoyó. Tiene recorrido. El segundo, la construcción de nuevas marcas que permitan diversificar los ingresos. A favor: el público infantil se renueva cada año.
Vamos a separar dos cosas:
El recorrido de Pocoyó y de la compañía, que es factible que pueda hacer cosas y tenga recorrido…
…y el descarado intento de cash in del financiero, follándose por el camino a los creativos e intentando hinchar de manera demencial el precio objetivo de la compañía (recordemos, descapitalizada de los creativos, a pesar de tener la propiedad de la franquicia), con la complicidad del banco, que colabora de manera ardorosa en una valoración generosa dado que la deuda que tiene con la compañía le empieza a apretar el culo.