Hay quien (sé quien) me llamará pesado, pero es el final del verano y necesito entradas ligeras y frescas después del
tocho de ayer. Seguramente si no es porque de nuevo el otro día en twitter había nuevas confusiones sobre el dinero del cine, no me animaría. Creo que es bueno mostrar cómo hay visiones diferentes dentro del cine español, tan acusado de monolítico y chupóptero. Isabel Coixet, controvertida ella, capaz de hacer cine personal para un mercado global. Quizá porque mea la oreja en términos de producción a tantos crea esa duda: las películas gustarán o no (a mi me suele gustar una sí y otra no), pero no cabe duda que ha creado una marca y demuestra que se puede producir diferente de la cansina tónica habitual del cine local (visto desde la perspectiva del mucho más del centenar de películas que se hacen). Le dice
a los lectores de El Mundo:
Yo creo , y lo he dicho públicamente (aunque creo que no me escuchan) que las subvenciones tienen que darse exclusivamente a operas primas, hay que ayudar a los que empiezan, una vez hecha la primera película, me parece que, por mucho que nos pese, las restantes deberían regirse por la oferta y la demanda. Creo que hay otros sectores de la sociedad que necesitan mas que el cine el dinero del estado.
Pues está dicho. Uno que ha escuchado.