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6 noviembre, 2011 – 17:18 | 18 Comentarios

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¿Es el contenido transmedia válido sólo para el género fantástico?

Escrito por el 22 mayo, 2010 – 22:0213 Comentarios
¿Es el contenido transmedia válido sólo para el género fantástico?

Fantástico, terror, cualquiera que recurra a la fantasía que nos tienen acostumbrados los éxitos de Matrix, Lost, Star Wars, el Señor de los Anillos y todas aquellas historias que contienen, desde su concepto, la creación de mundos y universos. Mundos que son carne de videojuego o juego de rol ¿Son las únicas? ¿No es la narrativa de Proust un mundo propio y extenso como para que una narración vamos a llamar más adulta o lejana de la evocación fantástica y misteriosa de los mundos irreales? Es decir, si Proust hubiera pensado su universo hoy, ¿lo habría hecho desde una postura transmedia?

Dice Henry Jenkins en el libro de base que crea estos conceptos que la narrativa transmedia (transmediática se tradujo en España, pero me parece que es una palabra que no vamos a usar y que suena algo cacofónica) es «el arte de crear mundos». Como siempre nos recuerda Massimo Martinotti citando a Jenkins, «una narración de tales dimensiones que no puede confinarse en un único medio».

Presentando las ideas a mis alumnos del Programa Superior de Dirección de Empresas Audiovisuales del Instituto de Empresa, en el debate se dijo que este tipo de narrativas parecen destinadas para el género fantástico, dicho así, como reduccionismo: ¿qué pasa entonces con autorías, visiones del mundo, como las de Bergman? Creo que caí en la trampa de no haber reflexionado demasiado y asumí esa postura. En realidad, los autores, los artistas capaces de crear un mundo propio, cuando se examina el conjunto de su obra, los temas suelen ser bastante reiterados y parece o tiende a parecer que siempre cuentan historias parecidas miradas desde diferentes perspectivas. Garci decía de Woody Allen que siempre hacía la misma película.

Es decir es, creo, una posición errónea de partida el pensar que una reflexión visual como las del cine de autor no puede narrarse desde esta perspectiva. Dice Jenkins – y lo dice en 2004, que han pasado seis años – que se trata de una perspectiva tan nueva que desconocemos mucho de su construcción, de su técnica de elaboración. En su famosa descripción del caso de Matrix, Jenkins pone en evidencia que para comprender todos los aspectos de la historia hay que poder consumir los otros medios, que es donde aparecen explicadas y donde tienen su recorrido natural. Hay explicaciones a aspectos de la franquicia que sólo se pueden conocer en su videojuego.

Es, quizá, la facilidad con la que el videojuego sirve para presentar universos lo que nos introduce en este mundo lleno de sombras que es pensar las historias para que crezcan en varios medios. A fin de cuentas, Jenkins define que los términos clave de la nueva cultura provocada por la confluencia de medios son convergencia, inteligencia colectiva y participación. No creo que podamos dudar que para artistas de talla la posibilidad del empleo de estos recursos en el diseño de sus historias les haga perder un ápice de su personalidad como creadores o constructures de universos personales. Es más, debiera abrirles nuevos espacios que todavía no están explorados y que, seguramente, llegarán.

Y, por supuesto, nada muere. Espacio para narrar y hacer algo como Bergman seguirá habiéndolo y alguien lo hará o lo seguirá haciendo, por mucho que la creatividad profunda del cine tal y como lo conocemos esté, para bien o para mal, entrando en el museo de la historia. Intentos, formas, casos… seguro que existen y seguro que tengo lectores que los conocen. Espacio para reflexionar sobre la evolución de estas ideas y su traslado a la experiencia cultural que viene es necesario. Y lo haremos. Más que nunca, si hay comentarios son muy bienvenidos.

13 Comentarios »

  • Goio dice:

    Decia el Sr Ausente que para catar el cine de autor en plenitud de facultades no era nada malo haber aprendido a disfrutar del cine basura. Bueno, ni era exactamente asi no lo decia el solo, yo mismo mantengo esta postura desde hace años, pero me gusta legitimar amparandome en citas. Quiero decir, cierto consumo produce las confluencias. Muchas veces vienen sin querer, simplemente porque se aprende a asimilar segun que rarezas, y entonces se llega al punto en que de un degüello de Deodato se pasa alegremente a la descomposicion del fotograma en Persona de Bergman. Partiendo de aqui es mas facil entender una cierta predisposicion a entrar por universos extraños por parte de quienes hemos abrazado la cultura de derribo. Otros nucleos de espectadores, mas anclados en productos convencionales, desisten al segundo Matrix porque sobrepasa su capacidad para aceptar la legitimidad de la propuesta. Y bueno, vale, el segundo Matrix era una basura y es un ejemplo tan malo como el suyo de Bergman, pero ya nos entendemos.

    Esto que usted comenta yo lo encuentro mejor definido si se habla de construccion de utopias. Hace años se veia muy claramente en como se planteaban los universos de superheroes en las editoriles clasicas (o sea, Marvel y DC, aunque hubo otras), y los lectores no tenian problema para readptarse en funcion del protagonista aunque todo se mezclara en una historieta de Tarzan. La culminacion de todo esto estaria en El Protegido de Shyamalan, que proponia la existencia real de todo esto en un producto de ficcion que no guardaba los rasgos esteticos habituales. Y bueno, el realismo fue muy celebrado aunque en un principio cayera mal a mucha gente.

    No creo, desde luego, que la crecion de universos sea cosa del fantasatico, pero las distopias si son mas faciles de plantear si nada existe. En el fondo la tradicion de los thrillers politicos iba un poco por ahi (desde Chacal hasta Syriana), pero curiosamente se resiste el personal a querer plantearselos mas alla de la pura ficcion cuando estan redibujndo la propia realidad. Esto es complicado que se de en el ambito de los videojuegos, porque mas alla del guiño aun estamos lejos de que se puedan ofrecer tantas posibilidades de lectura, que al fin y al cabo lo prioritario es cumplir una mision y que esta sea atractiva en terminos graficos, de jugabilidad, de produccion… Otro tema es que estos mundos virtuales den paso a otros paralelos, y eso es posible desde el momento en que existen pelis como Silent Hill, que es exactamente el juego pero se puede disfrutar como historia.

    Y bueno, no se, que este tema da para mucho. Da para tanto que ya hace años que se viene desarrollando, ya sabe.

    • Gonzalo Martín dice:

      «quienes hemos abrazado la cultura de derribo», me gusta eso. Pero, por el bigote pintado de Groucho Marx, por qué el ejemplo de Bergman es tan malo? 🙂

      • Goio dice:

        Grf… A ver, tampoco es que sea malo, tal vez sea inapropiado. Se lo planteo de otro modo: por que John Carpenter es un auteur en Francia y un simple director de Serie B en la mayor parte del mundo?

        • Julien dice:

          Bueno, en Francia se considera a muchos directores «auteur» que no lo son en el resto del mundo. O en todo caso, en Francia se les considera primero, y luego esa idea va cuajando lentamente en otras partes. Esa es una de las grandes características de la «Nouvelle Vague». Sus cineastas reivindicaban como autores, a directores artesanos o «de estudio». Después de la Nouvelle Vague, ni Hitchock, ni Nicholas Ray, ni John Ford (entre otros) volverían a ser los mismos. Aquí, como siempre, nos enteramos tarde. De una manera u otra, los autores del futuro acaban reivindicando los maestros antiguos, así como legitimando la cultura de derribo.

          • Goio dice:

            Hombre, pero no lo decia por eso. Hacia la comparativa a la inversa de lo que habitualmente supone Bergman. La etiqueta de auteur (que no entrecomille conscientemente porque le doy un valor bastante escaso) sirve para reconocer universos particulares, entre otras cosas. En Bergman parece mas sencillo lo de reconocer su vision como una interpretacion de lo real que no tiene nada que ver con la realidad. Carpenter juega desde una autoasumida ficcion fantastica (cientifica, esoterica, social…) con la intencion de establecer unos codigos que lo hacen reconocible. Desde el momento en que entra en juego la fantasia parece que se abre fuego para realizar las interconexiones que comenta el Sr Martin, mientras que a nadie se le ocurriria realizar un spin-off en comic de El Manantial de la Doncella aunque hubiera material para ello. Pelicula que, por cierto, calca Wes Craven con La Ultima Casa a la Izquierda, y asi como quienes ven el «remake» pueden llegar a la version original, suele ser complicadillo que quienes conocen la de Bergman se rebajen a ver la de Craven.

            Pero vamos, que yo creo que de aqui podemos irnos al infinito. Al fin y al cabo todo esto ya habia comenzado mucho antes de que el comun de los mortales tuviera acceso a una computadora, y de aquella se fidelizaba sin que nadie cuestionara que una caja con lucecitas no significaba nada de nada.

  • Isabel dice:

    ¡Vaya, «inteligencia colectiva»! 😛

    Bromas a parte, no es un post al que pueda aportar sino de los que aprendo. Pero sí me llama la atención el uso de la expresión, a la que suelo referirme en otros contextos.

    «los términos clave de la nueva cultura provocada por la confluencia de medios son convergencia, inteligencia colectiva y participación»

    Mantengo la esperanza de que se pueda aplicar también a la evolución de los comportamientos sociales en otros aspectos.

    • Gonzalo Martín dice:

      Bueno, si te fijas no es nada diferente al resto de la sociedad red: el mejor ejemplo reside en el proceso – visto históricamente – de desarrollo del software libre. Creo que has llegado al punto en el que tienes que leer La Ética del Hacker.

      • Isabel dice:

        Así se hará. Sobre todo tras haber brujuleado un poco por su definición de las Indias y ver cosas como que «un hacker es un yonki de la curiosidad» 🙂
        Claro, no me extraña que el prólogo sea de Manuel Castells

  • Alfredo dice:

    La expansión de una narración de su medio original (en este caso: audiovisual) a otros medios parece que se presta mejor con determinados productos y audiencias. Jenkins comenta algunos casos en un libro posterior: Fans, blogueros y videojuegos (Paidos, 2009). Habla del interés de los fans por ampliar el universo Star Treck y cómo profundizaron en determinados aspectos de los personajes, como las relaciones personales o la salida del armario.

    La convergencia de medios está dando más visibilidad a este tipo de fenómenos fan. Por otra parte, la estrategia de los grandes grupos multimedia consiste en la explotación de una amplia cartera de copyrights y muchas veces la narratia transmedia es un buen recurso para obtener más réditos (estoy pensando en franquicias de Marvel o DC llevadas al cine, con su correspondiente adaptación al videojuego, etc). Es un tema complejo pero apasionante.

  • Alberto dice:

    Gonzalo,

    Me he sentido aludido cuando has hablado de Bergman, que está en mi top 3 de directores de cine. Así que me lanzo a opinar.
    Es verdad que todo esto del transmedia acaba de empezar y que está por ver que los auteurs no lo utilicen para complementar sus historias.
    ¿Podríamos considerar el transmedia como la voluntad de las obras a expandirse más allá de su marco con independencia de cuál sea este? Yo… tengo mis dudas.
    Este proceso podría tener ciertos paralelismos con el del marketing ligado a las obras cinematográficas. Y dice la historia que fue George Lucas cuando estrenó Star Wars. Pero la realidad es que antes había dirigido 2 films, uno de ellos de ciencia ficción (THX 1138). Y no utilizó esta fórmula.
    Estas dos películas tenían vocación de ser obras de autor (ya sé que no te gusta esta expresión, pero es cierto que tenía esa voluntad). ¿Qué diferencia hay?
    Muy sencillo. American Graffiti y THX 1138 eran obras. Star Wars un producto. No utilizo esta palabra en tono despectivo, ni mucho menos. Es sólo que su vocación al nacer son completamente distintas. Una busca el reconocimiento y la subsistencia. La otra, la rentabilidad.
    Así, el transmedia no lo entiendo como la voluntad de la obra a expandirse sino de productos pensando sólo en la rentabilidad (y me parece bien).
    Por eso veo difícil que las obras de autor (o lo que entendemos por ello) haga uso de ciertos artificios, entre otras cosas por su elevado coste.

    • Gonzalo Martín dice:

      Mmm, el comentario es interesante. Pero creo que ves la idea «transmedia» limitadamente por la influencia del merchandising. La idea esencial es que el conjunto de la historia no puede conocerse completamente si no se accede a piezas de ella que están en otros medios. El verdadero problema es que añadir piezas de producción encarece el conjunto… a priori, porque no es un lenguaje plenamente desarrollado. Es decir, el nivel y fascinación de una obra reflexiva o adulta, se puede expandir por más medios. El paso de El Señor de los Anillos de ser una maravillosa novela fantástica a cine, sólo es el proceso de generación de una franquicia de contenido, pero no puramente transmedia. Complejo, lo sé. Mucho queda por ver.

      Por otro lado, el otro componente de los contenidos convergentes es la involucración del público complementando y ampliando el contenido.

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