Una mirada rara a la causa de Pablo Herreros
6 noviembre, 2011 – 17:18 | 18 Comentarios

Ver que un puñado de anunciantes ponen los pies en polvorosa porque un blogger la lía… eso no se había visto por estos lares. De la madre de El Cuco, El Cuco y sus crímenes …

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La clave es observar esto: “la escasez en la que crecí”. De la escasez a la abundancia, al cambio de reglas y al cambio de la forma de organizar tu cerebro. La antísesis[..] Leer más
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Debate TV 2.0: primera andanada

Escrito por el 27 septiembre, 2007 – 19:153 Comentarios


Porque creo que vendrán más. Tomo el punto de partida de Javicastro a el guante arrojado por Hector Milla.

Empecemos por las precauciones: nadie tenemos una bola de cristal y de profecías está lleno el mundo, y creo que otras veces he escrito por aquí que si Bill Gates se equivocó con lo de las ocho megas de memoria más que suficientes, imagínense este pobre hablador. Supongo que mis compañeros son conscientes de esta necesaria humildad.

Javicastro comienza el análisis centrándose en la distribución. Acertado. Hace una prolongación lógica de la infraestructura tecnológica y concluye que la distribución «atmosférica» de la señal en forma de TDT será claramente la forma de distribución más masiva y predominante. Tiene mucho, muchísimo sentido. Pero voy a introducir otros elementos que quizá empiecen a complicarnos el análisis y nos sirvan para pintar un escenario factible.

Primera cuestión: creo que en este debate (¿o colaboración para descomponer el problema?) debemos acertar o ponernos de acuerdo en el lenguaje. ¿Qué es televisión? ¿Nos referimos a ese electrodoméstico que se encuentra en los hogares, generalmente bastante torpe, y que se utiliza para contemplar noticias, deportes y entretenimiento de forma pasiva? ¿Tiene sentido que hablemos de imágenes de vídeo y su consumo? Parece evidente que vamos a un modelo de pantallas distribuidas con diferentes formas de acceso a los mismos contenidos: móvil, lo que hoy llamamos monitores (de ordenador) y televisores. Qué tal si estos dos últimos son lo mismo puestos en diferentes entornos y con conexiones diversas según el lugar y la tradición. En algunos casos, hasta el movil será el modo de conectarse y no la antena de la azotea. O el cable.

Segunda cuestión: ¿una única forma o varias? La «televisión» actual está fragmentada en mercados, no sólo de derechos, sino de normas y tipologías de consumo. Con más o menos presencia del cable, con más o menos competencia de televisión convencional, con más o menos capacidad de redes. Obviamente, no va a ser lo mismo Korea o Japón, con fibra al hogar y furor por el móvil, que Europa o Estados Unidos, que van más lentos (pero tienen cable…). Incluso hay países que están construyendo ahora sus infraestructuras, habiendo renunciado, por ejemplo, a llenar sus ciudadades de zanjas y colocar cables: wimax puede ser una revolución desmesurada en África.

Tercera cuestión: los intereses de los anunciantes, que son quienes pagan todo al final. No cabe duda de que los anunciantes viven de lo real. Es decir, miran los medios que tienen para llegar a su público y tratan de conocer su influencia en las ventas. Esto, como sabemos, dista mucho de ser perfecto, incluso por la red, pero lo que es seguro es que los anunciantes desean y esperan y experimentarán con todo formato que les permita llegar a sus consumidores con verdadera eficacia. ¿Empujarán por medios donde el sistema de medición les permita justificar un ROI claro frente a sus consejos de administración? Si el público sigue sentado de forma pasiva frente a un televisor, dará igual: para vender papel higiénico, consumo masivo por antonomasia, la única forma de llegar a cinco millones de personas a la vez, será lo de siempre.

Cuarta cuestión: conducta del consumidor. O dicho de otra forma: ¿cuánto y cómo avanzará el consumo on demand? En esto incluyo la masificación de los PVR’s. Un set-top box conectado a la red permite detectar el contenido deseado allá por donde venga, no necesariamente de la gran cadena local que, si espabila, se distribuirá por la atmósfera y por Imagenio (si hablamos de España). Esto cambia la explotación publicitaria, la medición de audiencia y la distribución que debe elegir el productor. Cambiemos el motivo a la inversa: ¿cuánto y cómo avanzará el contenido interactivo? Interactivo no es mirar el tiempo en el teletexto, es participar con la audiencia y con los productores del show en el contenido. Lo que ya ocurre con los sms, pero de verdad, con webcams… lo que se quiera imaginar. Imaginemos un Gran Hermano transformado en inmensa fiesta sólo si… lo ves por xDSL’s. O por fibra… (cadenas y anunciantes probando en paralelo la conducta de los usuarios por TDT y por IPTV y ¡decidiendo! qué tipo de atención venden y compran en cada sitio)

Quinta cuestión: el killer content y la killer app. ¿Qué formato transformará los consumos? Para el lado on demand, el marketing convencional: supongamos que aparece el iPod de los PVR’s que hace chic el time-shifting, y si se hace chic, los padres se lo compran a los abuelos y los nietos lo programan (desde su móvil…). Por el lado participación… que será, será…

Sexta cuestión: propiedad intelectual, censura, derechos… ¿Puede realmente explotarse el contenido como hasta ahora? (un salchichón que se corta por territorios, canales de distribución y tiempo). Si la killer app es Sling… se cae el invento. ¿Qué gobiernos intentarán que el porno no cruce sus fronteras? ¿Qué gobierno podrá impedirlo? Añadamos: sin límite de contenidos. ¿Todo el catálogo de Holywood del siglo XX pasado a dominio público? ¿Los archivos del No-Do compartibles? Reutilización por los usuarios y el recurso masivo a buscadores para encontrar el video, el programa, el fragmento que sirva para entretenerme esta noche, para enamorar a mi mujer, para ilustrar mi presentación a un cliente, para enseñar a mis consumidores a instalar su nevera… Miles de tags ordenando cada frame…

En realidad, 2015, 2020 o lo que sea, lo veo como un proceso de convergencia de fuerzas que tenderá a algo como lo del video que presenta Héctor en su blog. Pero que las relaciones sociales y la forma de expandirse en cada territorio dará en formas diferentes. Decía al principio que pensemos lo que decimos al decir «televisión». Creo que debemos pensar en vídeo como forma de comunicación, unas veces para el ocio, otras para informar, otras más para formar, incluso para intoxicar y defraudar (la vida no es fácil, hermanos)… y todo eso en un gigantesco repositorio con muchas formas de mover dinero y que precisará, angustiosamente, de «gente» (servicios, aplicaciones) que le den sentido para encontrar lo que deseamos ver. En fin, que no veremos lo que nos echen, sino lo que nos echemos.

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