«Son piratas», dice Vasile
La cobertura de la prensa convencional/generalista/de toda la vida del anuncio de la trifulca jurídica que enarbola Telecinco (¿el Rey de España?) contra YouTube (¿Sir Francis Drake?) tiene material suficiente para que la propia cadena de Mediaset (es decir, no es Telecinco únicamente a la que se debe ver en el proceso, Don Silvio ha debido dar su visto bueno) encargue a una productora – amiga, por supuesto – una tv movie con los sucesos.
Leer el relato de cómo los representantes de la cadena buscan la manera de colarles la demanda como en el mismo cine de toda la vida (esas escenas de tipos que se disfrazan, seducen, engañan y mienten a sujetos escurridizos que evitan ser procesados porque no son notificados) se parece a una comedia de las de lanzarse tartas a la cara. La franqueza de Paolo Vasile es proverbial y no defrauda: «Las cosas han cambiado. Hay piratas nuevos a los que no persigue la policía».
De los diversos relatos que se realizan, hay algunos medios que consiguen o alcanzan a dar la versión de Google/YouTube. En síntesis: que ellos no saben nada de nada. En este blog de todos ustedes, YouTube puso especial cuidado en explicar cómo protege los derechos de autor y cómo ha conseguido acuerdos con diversas televisiones.
La mayoría de los medios refleja adecuadamente (por lo similar de las redacciones y datos, ¿el hábil trabajo de los responsables de prensa de la cadena?) el conflicto entre las dos formas de encarar el problema YouTube: la demanda (opción Telecinco, Viacom, TF1) o subirse a la ola y cooperar con el coloso del vídeo compartido (TVE y Antena3 en España, CNN en USA, por ejemplo). En Telecinco dicen que no les gustan los acuerdos de explotación que tienen el resto de cadenas y, atención, aseguran que sus contenidos «los queremos explotar nosotros», una frase que refleja con una intensidad y precisión perfecta el conflicto del mundo dos-punto-cero con el mundo previo al dos-punto-cero: ¿en qué consiste la diferencia? En que el usuario contribuye a elaborar y distribuir el contenido y lo dispersa de una forma poco predecible, una realidad que tropieza probablemente con esta visión, incluso en la forma en que se le hace el dinero.
Me parece evidente – y ayer decíamos que el escenario está en verdaderas llamas – que el choque de formas de hacer negocios, de los límites del control de la tecnología, de las nuevas reglas de la intimidad y la supervisión de las comunicaciones, de la forma en que se ha construido el derecho durante más de una centuria ha entrado ya en violento conflicto con la realidad. No es nuevo, Sr. Martín, de esto se lleva hablando un par de años. Efectivamente, pero en estas postrimerías del sur europeo lo veíamos como un relato de desgracias ajenas. Crecimiento de nuevas formas de comunicación y crisis publicitaria han terminado por crear un cisma de intereses muy difíciles de conciliar.
Para los apóstoles de la red, la fe reside en que hagan lo que hagan, todos estos intentos se verán desbordados por la realidad. Como la realidad siempre supera a la ficción, uno piensa que todo es posible y que toda la marea legislativa o de intentos de legislar para, no es otra cosa, tratar de volver al mundo feliz en que el sistema creaba un contenido y lo controlaba más o menos a su antojo, puede tener éxito y ponerle puertas al campo. ¿Cómo terminará todo?
Xavier Sala i Martí, el interesantísimo economista catalán, cuando es preguntado acerca de lo que hará la economía dice que él es, eso, economista y no futurólogo. Tanta honestidad científica termina con cualquier intento por mi parte de prometer visiones en bolas de cristal, pero uno puede tratar de hacer prognosis (una manera fina de jugar a ser un mono con un dardo en las manos) y aventurar algunas cosas. Independientemente del marco jurídico y controles efectivos sobre las redes, la utopía del dos-punto-cero puede triunfar si se producen estos fenómenos:
- Que a pesar de que se cierren los P2P la gente no vuelva a los cines y no compre los DVD’s en las mismas cantidades que lo hacían antes de que tal cosa como el compartir enlaces y ancho de banda existiese.
- Que la audiencia de los canales de toda la vida se vuelve tan baja y con anunciantes poco interesados en sus formas tradicionales de explotación (que, atención, hay países que quieren consolidar legalmente) que disminuya los márgenes de la televisión convencional.
- Que la presencia de contenido copyleft alcance una cuota de mercado, como sucedió con el software libre, tan grande como para competir de tu a tu con el contenido basado en copyright, hasta el punto de que el copyright decide abrirse.
Todas estas cosas conduciría a que los productores basados en copyright necesiten conseguir atención desesperadamente en un mundo masivamente controlado por comunidades que transmiten sus preferencias de forma viral y provoque el que sean ellos mismos los que desistan de pretender controlar sus contenidos… de la forma en que lo han hecho en el pasado. Uno piensa que todo este problema no existiría si los productores estuvieran seguros de que cada vez que se reproduce o consume su contenido está soportado por un modelo de negocio que tarde o temprano vuelve a ellos: por ejemplo, que todo el fondo de catálogo de los productores estuviese a un clic y soportado por anuncios y otras formas aceptadas por el público.
Si terminábamos invocando a Gramsci en fecha reciente (El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer), hoy podemos hacerlo recordando al Gatopardo, versión cine o versión literaria del clásico de Giuseppe di Lampedusa. No, no es porque todos sean italianos como Vasile. Es porque explican perfectamente el sentido de la batalla: todo debe cambiar para que nada cambie.
Créditos: Foto de Sandrino, bajo licencia CC no comercial sin obra derivada.
Esta perfecta tu explicacion. no solo pereecta es reveladora. Pero hay algo que no entiendo, y perdona a ese viejo usuario del siglo pasado, si YouTube, es tan inocente como dice y pretende ser ¿porque esta eludiendo sistematicamente la notificacion de demanda presentada por Telecinco en el mes de febrero?
Y pasando a otro tema que no tiene nada que ver con lo audivisual, pero que es candente actualidad economica y por ende imbricado en todos los generos donde se mueve la pasta-que son todos- que me dices de la actitud del fondo Carlyle-segun Michel Moore el gobierno en la sombra de e.U.?¿No es paradojico el que despues de haber perdido en capital riesgo, esten comprando los bancos? Algo asi como que los acreedores compren a los prestamistas…Joder, que asco, como dice Luis Varela en Camera Cafe.
Pregunta 1: Telecinco da su versión. Ojo, yo no digo que sea inocente. Es más, creo que con las leyes actuales en la mano lo más probable es que no lo sea. La cuestión es si las leyes actuales sirven para la realidad.
Pregunta 2: Michael Moore tiene muchas cosas buenas, pero tampoco es un templo de imparcialidad. Eso sí, yo no me dedico a fondos de inversión, así que no sé decir. Por otro lado, en general no me convencen las teorías conspirativas del gobierno mundial en la sombra y todas esas cosas. Es demasiado simple: si así fuera, ¿por qué el mundo no está controlado? Pero como digo, la realidad supera a la ficción.