Una mirada rara a la causa de Pablo Herreros
6 noviembre, 2011 – 17:18 | 18 Comentarios

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Show me the money: Hollywood en el vídeo online (de cómo esponsorizar y de cómo escribir guiones)

Escrito por el 30 julio, 2008 – 5:36Un Comentario


Ayer recomendaba la lectura de un artículo de Wired a importantes ejecutivos de una no menos importante cadena de televisión española. ¿Por qué? Porque es una excelente crónica del panorama y de lo que supone la creación de contenido de vídeo original para la red, con interesantes propuestas de caminos a recorrer.

Rosario Dawson es una joven, atractiva y muy competente actriz a la que yo vi por primera vez en una estupenda película de uno de mis directores favoritos, Ed Burns, que se llamaba Sidewalks of New York. Si pueden, la ven, que está muy bien. Luego, su participación en Sin City le dio una presencia al gran público muy superior a los trabajos de un cine típicamente independiente en el que estaba más encuadrada.

Esa nueva presencia es la que le permite a los señores dirigidos por Chris Anderson titular nada menos que Hollywood ha averiguado como hacer que el video en la web dé dinero: Rosario Dawson está rodando una serie de ciencia ficción para la red, Gemini Division. Contado así, pareciera que el titular es cierto, pero uno diría que ni muchísimo menos puede pensarse que la promesa de semejante encabezamiento nos ha llevado al nirvana. Y sí, la cosa está bien, pero digamos que no es precisamente lo que entendemos por Hollywood lo que esta producción supone, mucho más cuando dentro del artículo se dice claramente lo que todo el mundo parece asumir y que a mí también me ha contado todo el mundo en Los Ángeles: que nadie sabe bien cómo se hace dinero con esto. Eso sí, parece que todos tenemos claro que no serán los amateurs de YouTube los que pueden esperar ganar dinero, sino los profesionales del entretenimiento. En fin, era de esperar.

La producción (abajo he incrustado el código del tráiler de promoción) será distribuida por el recién creado NBC Universal Digital Studio, algo que empieza de modo posterior a que el proyecto fuera concebido. Rosario Dawson ha aceptado participar por razones experimentales y creativas a cambio de un porcentaje de la producción (ojo, primera diferencia con Hollywood y típica del mundo indie o de pura supervivencia, no hay cash por adelantado). El relato es muy interesante de cómo los autores han financiado y creado la producción, veamos una nota:

Nadie sabe cómo se supone que funciona el negocio: qué clase de historias contar, si contarlas en noventa segundos o en veinte minutos, si construir un sitio de destino para el tráfico o distribuir los episodios por toda la red, cómo generar ingresos y cómo hacerlo con lo mínimo. El equipo de Gemini apuesta porque puede resolverlo. «La gente nos pregunta, ¿cuál es el modelo de negocio?», dice el director Stan Rogow durante una pausa del rodaje. «Y yo les digo, ¿el de esta mañana o el de esta tarde? Es broma sólo a medias».

Al final, en el artículo se confiesa todo el mundo y se reconoce el aspecto explorativo que tienen éste y otros proyectos. Por ejemplo, es cierto el clásico de considerar la web un espacio de libertad. Pero en este caso, para productores profesionales que quieren huir de la pérdida de control que tienen en este momento las productoras de televisión frente a las cadenas. En un movimiento que en España es similar, las grandes concesionarias de televisión compran productos de los que retienen todos los derechos y que están siempre sometidos al dictamen de los intereses comerciales de la cadena: si no funciona, se retira, y eso es casi siempre. Algunos esperan que desarrollar productos para la web les permitirá desarrollar y mantener el control de la creación en nuevas formas de explotación, como son los juegos.

La misma Rosario Dawson participa de las dudas experimentales: reconoce que en la web ha funcionado lo personal – relatos como LonelyGirl15 – y que es una experiencia nueva saber si una actriz con una posición en el show business, alguien que es alguien en Hollywood, tendrá gancho para los espectadores de la red. Piensan también en encontrar nuevos esquemas narrativos, pues se piensa que el hito que supuso Hill Street Blues en la historia de la televisión no ha sido superado: la complejidad de tramas y sofisticación que supuso esa serie es la que abrió puertas a complejidades mayores como Lost o Los Soprano, que hacen sublime esa forma de entender la estructura dramática de una serie, pero que en definitiva no supone una renovación. Implica también que en la web se pueden crear pilotos dignísimos a costes netamente inferiores a los de un piloto normal, crear buzz y conseguir otro tipo de venta.

Pero la verdad inmutable es que no cabe esperar hoy por hoy el que los presupuestos de Hollywood sean mínimamente abordables para producir en la red. No son big bucks, sino pennies and dimes, pesetas que diríamos aquí. Y no sólo eso, sino que requiere un proceso de modificación de la escritura de los guiones a lo que están acostumbrados los guionistas televisivos:

…[Friedman] tuvo que reaprender la redacción de guiones, porque las convenciones de la televisión no funcionan en los medios interactivos. En un episodio televisión de una hora, explica, «pones a los personajes juntos con unas cervezas y les dejas que saquen adelante la trama. Se efectúa un planteamiento que se disfraza con el diálogo». Pero los vueltas se terminan con el fin del primer acto, la parte en la que se pone en marcha el argumento. «Cuando empieza la historia, ya estás dentro de un mundo – tienes una pistola, todo se hace añicos, y tu trabajo como escritor es mantenerte a salvo y ser consciente de dónde estás». En cambio, en el video en la web estás sometido al mismo algoritmo de compresión de la imagen. «Empezamos todos los episodios con Anna fugándose», dice Friedman. «Estás ya en el segundo acto, la parte en la que todo va mal».

Y ahora viene lo más interesante: se quiere fusionar televisión con videojuegos, de forma que se involucre a la audiencia con los personajes pero también entre ellos. Dicen los productores:

…los fans podrán acudir a la web del show y recibir transmisiones del compañero de Anna en la policía. Los usuarios serán reclutados como agentes de Gemini, momento en el cual pueden hablar con otros agentes (es decir, usuarios) a través de webcams. «Creo que es hacia donde el entretenimiento se dirige», dice. «Es donde yo quiero que el entretinimiento vaya, porque es lo que quiero experimentar».

Lograr la financiación tiene ciertas ventajas en el mundo en que se desenvuelven los productores americanos. ¿Sabían que Cisco dispone de un puesto de trabajo que tiene entre sus responsabilidades la asociación con productos de entretenimiento? No sé si aquí nos da para tanto, se me antoja que si alguien ya tiene que estar ocupado de este asunto se dedica a buscar oportunidades y a ejecutarlas, no vaya a ser que deje de tener sentido pagarte. Bueno, pues es Cisco quien pone el primer dinero. Además de que tienen una estrella, algo nada desdeñable, la conversación se centra en cómo se ponen los productos de Cisco en la forma en que tienen sentido con la trama y se ven de la forma en que a la empresa le conviene que se vean. Ajá, lo han averiguado, productor y guionistas no tienen escrúpulos sentimentales y se dedican a reformar su producto de forma que los intereses de la casa comercial y la vitalidad dramática del contenido encajen perfectamente. Claro, el productor se aprende qué hacen los productos y en seguida les encuentra sentido y nuevas oportunidades para la narración. Además de Cisco, otras marcas entran en el saco: UPS, Microsoft…

En fin: lo más apasionante del planteamiento, es que productores, guionistas y actores experimentados se dedican a experimentar sobre una base industrial la creación de productos para ser consumidos primariamente (pero no únicamente) como vídeo, pero con la importante referencia de ser conscientes de que se trabaja para un nuevo medio. Dicen los creadores: «nuestro mantra es queremos hacer lo que la televisión no hace’«

Un Comentario »

  • Andy Ramos dice:

    Interesantísimo post, Gonzalo, creo que has dado en el clavo. Aunque todos tienen claro que el futuro está en la Red, nadie sabe cómo rentabilizar las inversiones en un nuevo medio que, a día de hoy, no tiene un público maduro que esté dispuesto a hacer los desembolsos que realizaba antes en el «medio analógico».

    Particularmente, soy de los que cuando me siento a ver la tele no quiero interactividad alguna, quiero desconectar y disfrutar de la función. No sé hasta qué punto estas iniciativas tendrá éxito cuando se asocien no a la pantalla del ordenador (donde sí estamos acostumbrados a interactuar), sino al sillón del salón; de hecho ya se intentó hace años con el «red button» y creo que no tuvo demasiado éxito.

    Época interesante nos ha tocado vivir.

    Un saludo