YouTube hace placement (en el cine)
Tarde de cine en Los Ángeles. Me acerqué a uno de esos megacomplejos con sensación a monstruosa máquina de hacer palomitas y me vi Hancock, el nuevo megashow de Will Smith que no sé si está por España, pero que tiene un montón de efectos especiales – digitales y de los otros – y que te hace reír y bostezar a partes iguales. El punto de partida está muy bien: Supermán, que no se llama Supermán sino John Hancock, en vez de ser un chico modelo, atrapa a los pillos borracho, sin afeitar, durmiendo tirado en un banco como un homeless cualquiera y destrozando todo lo que le rodea cada vez que hace de héroe. El tipo es un auténtico asshole detestado por toda la ciudad por su bordería y mala vida: todo lo opuesto a un súper-heroe que debe ser, como todos sabemos, amigo de los niños.
Hacia el final de la primera bobina, el inútil súperheroe tropieza con un profesional de las relaciones públicas que quiere cambiar el mundo y decide empezar por él. ¿Saben que utiliza para convencer al irritante poseedor de súperpoderes? Vídeos de YouTube. Pero no es una mera referencia literaria, es una auténtica construcción de placement, larga, con sobreimpresión de logo y marca del agregador de vídeos más famoso del mundo.
Curiosidades: Google es cierto que invierte en cierto márketing below the line (esos autobuses del día del orgullo gay), pero no es una compañía que confíe en la publicidad convencional para que se produzca su reconocimiento de marca. Al menos hasta ahora, en que los ingresos crecían a tasas impulsadas por un cohete espacial. Ya es chocante que pasar de crecimientos siderales a simplemente explosivos sea toda una mala señal. Lo que he visto se parece bastante más al placement de empresas como Federal Express y no a la sutileza de Apple, que siempre tiene un ordenador de sobremesa puesto. O consigue que su pantalla sea el texto en el que escribe Sarah Jessica en Sex and the City.
La segunda curiosidad es que la película es de Sony Pictures, la antigua Columbia, sello que siguen utilizando. Dadas las relaciones entre las majors y el sitio por antonomasia para compartir vídeo… ¿a qué obedece todo? Sony tiene su propio canal en YouTube, de lo que podemos deducir que se están dando vasos comunicantes dentro de la industria. Seré malo: no te doy un duro en publicidad, aunque te hago mucha promoción… ¿y te lo devuelvo financiando largometrajes?
No deja de ser una idea interesante el que las películas puedan ser financiadas por los agregadores gratuitos de vídeo asegurándose de que nadie después les demanda. Pero el mundo no es tan feliz y ni habría dinero para pagarlo todo, ni la red es tan simple. No obstante, sí me parece posible que este tipo de vasos comunicantes formen parte como una de las fórmulas que se puedan manejar con los grandes creadores de derechos.
Yo también he visto la película… hay que ir al cine 😀
A mí me llamó especialmente la atención ver la publicidad de youtube en la peli. Cuando «tube» oportunidad, eché un vistazo pero esos vídeos no estaban… un detalle algo feo. ¿A esto se le puede llamar publicidad engañosa?
Por otro lado la integración no desentona con la película.
He quedado para ver la película dentro de 58 minutos, en Madrid. Me fijaré en esos detalles que comentas pero olvidaré que soy abogado hasta el final de la cinta. No quiero pasarme la película pensando en las implicaciones de márketing, negocio, estrategia, jurídicas… Ya, si eso, luego 😉
Buena reflexión!