Miradas al futuro del streaming, el P2P, o lo que quiera que sea eso (con coda de Vivaldi)
Yo creo que las definiciones técnicas son más bien poco útiles para estos palabros: cuando vemos un vídeo nada más apretar el botón, lo llamamos streaming. Cuando esperamos a que esté enterito en el disco duro, entonces decimos que es descarga. No importa que lo primero, dicen los ingenieros, no sea realmente streaming y que pueda ir P2P como las descargas.
El debate de la semana pasada se suscitó ante el descubrimiento de un artículo de Wired en el que se mostraba cómo, a pesar de estar disponible en Hulu y en la web de Fox, el primer episodio de la nueva temporada de Prison Break ha sido descargado por redes P2P de forma muchísimo más amplia. Enrique (sí, el Enrique que conocemos todos) lo comenta ampliamente, y la conclusión es que se trata de un hábito mucho más duro de cambiar de lo que parece.
La misma semana Martín Varsavsky en versión inglesa se congratula porque considera que su intuición se cumple: que el P2P (o sea, la descarga) disminuye cuando aumenta el streaming. Varsvasky se apoya en un informe que correlaciona el crecimiento del uso del iPlayer de la BBC con esos descensos del P2P. La tesis es evidente y creo que es ampliamente compartida: si algo que quieres ver está disponible de modo inmediato y, lo que es más importante, de modo permanente, entonces para qué esperar.
De hecho, este es uno de los posicionamientos que ADNStream realiza frente a los productores de contenidos: poner tu catálogo en stream canibaliza la piratería, pues tu producto ya está en la red sin que veas dinero y con un acuerdo con un sitio profesional que, además, te posiciona el contenido, estás generando dinero por algo que de otra manera no tendría ingresos. El fondo de catálogo está bastante muerto de risa. No creo desvelar ningún secreto si digo que ADNStream está ya pagando a los productores y que los rendimientos son, para una etapa tan incipiente y en mi opinión, bastante esperanzadores.
Antonio Ortiz también pone su grano de arena. Su titular habla de luchar contra el todo gratis en el P2P, esa apelación que hacemos todos a nuevos modelos de negocio que intrínsecamente implican que la gratuidad per se que se ha instalado en el sistema no permite recuperar el dinero que se invierte en las producciones. Impedir su difusión libre siguiendo la naturaleza de los bits, tiene el consenso generalizado a este lado de la blogosfera de que no parece ni muy posible ni buen negocio. Antonio se inclina por la experiencia de uso. Creo que tiene una gran razón. Varios sucesos creo que hacen imposible que, ahora mismo, ni Wired ni nadie pueda ponerse a comparar las dos experiencias de usuario. Desde luego, tiene que ver con el hábito, pero también con la realidad:
- Ni por asomo pueden Fox y Hulu dar la calidad de imagen a pantalla completa que los archivos descargados de la red, archivos grabados directamente de la emisión en broadcast y con una codificación bastante más generosa.
- Según alguna encuesta, sólo el 15% de los americanos conocen Hulu. Fox muchos más, pero la pregunta es si sabían que estaba en la red.
- Forma parte del hábito del P2P llevarse las cosas al televisor de casa y compartirlas con la familia, con amigos o con quien se tenga a mano, incluídos compañeros de trabajo. Tengo la sensación de que menos gente se lleva un stream al televisor, y menos con la calidad que se puede esperar. Prison Break es para el sofá. Jopé, y Lost.
- Las series americanas se descargan en todo el mundo. Mientras Hulu y Fox capan los accesos foráneos, el P2P vuela para que te llamen bucanero. Con razón Hulu ya está listo para salir por los anchos océanos en barco legal. Mientras, miles de voluntarios subtitulan y subtitulan (¿llegará el doblaje cooperativo? Si fuera así, se iban a ver unas cuantas sonrisas)
Enrique advierte muy bien que el coleccionismo, la sensación de poseer, tiene que jugar un gran papel en la preferencia por la descarga. No obstante, me pregunto si eso muere con nuestra generación. La posesión de discos de vinilo, de cajas de compact discs después, era algo que formaba parte de la decoración de una vivienda y de tu personalidad como anfitrión. En aquélla novela de Nick Hornby que hizo John Cusak en el cine (Alta Fidelidad), el horror a la cesión de originales musicales ante el miedo a su transporte o deterioro se resolvía con un sencillo ¿te lo grabo? con el que todos nos hemos identificado a poco maniáticos que fuéramos con la posesión de esas piezas que tratábamos como incunables.
El problema es que el coleccionismo ya no te hace más cool. Por el contrario, abulta una inmensidad en la casa y yo ya he visto como padres de mi generación abrumados por el volumen de cajitas las han tirado (sacro delito en el pasado) para guardarse los cedés y los deuvedés en fundas de plástico mucho menos agobiantes ante un entorno tomado por los futuros herederos de tus posesiones inmobiliarias.
A mí se me estropeó el fantástico disco duro externo donde almacenaba, perfectamente descargados, cosas que nunca pude tener cuando pagaba por cada trozo de plástico, como las obras completas de David Bowie o Wim Martens. Volver a hacer todo el trabajo de descarga, de crear mis listas de iTunes me da una pereza espantosa. Que viva el streaming. Aunque con la música clásica me he quedado en el siglo XX: la sigo comprando en cedé, la escucho en cedé en mis viejos altavoces y amplificadores analógicos y no me apetece nada que la experiencia sea otra. Para casos extremos de supervivencia me llevo en el Mac el Gloria de Vivaldi cantado por Emma Kirby y muero porque no muero. Creo que muertos nosotros morirá la posesión.
Créditos: el titular de la imagen es Audrix, que la pone a disposición con licencia CC de uso no comercial y con atribución al autor.
Creo que una de las diferencias es la cantidad de información a la que tenemos acceso hoy en día. En los 50, ir al cine era el acontecimiento de la semana, o del mes.
Ahora mismo, yo trago unas 3 horas de TV al día. Y cuando digo TV digo casi todo P2P, porque no soporto ya que me pongan un 30% del tiempo anuncios … incluso shows como Jerry Springer los descargo.
¿Prefiero el streaming ? Me da exactamente igual, siempre que lo tenga igual de fácil / cómodo / barato (incluso pagaría un poco más). Ahora mismo tengo un PC descargando 24 horas al día, desde el RSS de los marcadores que he creado en Mininova. De ese PC, lo paso todo al disco duro multimedia del salón, donde los veo cuando quiero y como quiero. Si una TV me permite un menú fácil en streming, perfecto, entonces usaré streaming.
De hecho, de vez en cuando pago por ver una película a la carta de Imagenio, que me cuesta unos 3 euros. Pero claro, si tengo que ver esas 3 horas diarias a esos precios, hablamos de 6 euros diarios, unos 180 al mes, a pagar encima del precio base de Imagenio, unos 40 euros más. Y 200 euros al mes por ver TV es una locura.
Por eso funciona el P2P, porque no se dan cuenta que no se puede vivir de hacer una película cada 20 años, de abusar de la gente. Que pagando 50 euros al mes debería ser posible ver TV sin anuncios y de calidad y en el horario que queramos nosotros. Y como no nos lo dan, pues lo creamos nosotros.
Esta noche a terminar de ver «Damages» (fabulosa Glenn Close), en formato 720HD y en versión original. Veré 4 episodios de golpe sin un solo anuncio. Y a una calidad muy superior a la que me da nadie, incluso pagando. ¿ O debo esperar un año a que me la den doblada (el idioma me refiero ….), en formato 4:3, en mono, repartida en capítulos semanales que empiezan a las 11 de la noche y con 30 minutos de anuncios cada uno ?
Maltrata a tu cliente y tu cliente buscará alternativas. Así de fácil. Cuanto más le maltrates más difícil será recuperarlos. Es así de fácil …..
Efectivamente, eso confirma que la experiencia de usuario es la clave. Y que el precio ahora mismo es un disparate. Seth Godin dijo que debería bajar a medio dólar por película. A 0,5 euros te metes en 15 al mes, eso es soportable para ver una película o un episodio diario, que debe estar en condiciones de calidad magnificas.
Por cierto, tengo muchas ganas de ver la serie de Glenn Close, pero me canso tanto descargando todo el día…
Es muy fácil … busca ese PC viejo que tienes por ahí. Le colocas uTorrent si es con windows, o Deluge si es con Ubuntu. Ahora te suscribes a tu propio canal de RSS en mininova (http://blog.mininova.org/articles/2008/07/08/new-feature-personal-bookmarks-remote-downloading/). Lo enciendes y lo dejas en una esquina. No le hace falta ni monitor ….
Desde otro PC, cuando te apetezca, vas añadiendo cosas a tus marcadores de Mininova, que el uTorrent los descargará automáticamente sin que tengas que ir a ese PC ….