La Nueva Industria Audiovisual

RTVE: subvención creciente

Alguien me advertía ayer que se había filtrado a la prensa el borrador de presupuestos de RTVE para los próximos tres años. Las conclusiones de esos prespuestos son muy rápidas de ver: se disminuye el tiempo de publicidad y se aumenta la subvención del estado.

Efectivamente, el diario El País publica hoy una noticia dedicada al asunto y no he sido capaz de encontrarla en más sitios. Las fuentes generalmente bien informadas que he consultado me decían que se había decidido pasarlo a toda la prensa para que no estuviera en manos de uno, que no era el diario que ahora les señalo.

Como puedo garantizarles que lo que dice El País es verdad de la buena, las reflexiones pueden conducirse de la siguiente forma, hecho el supuesto de que esto todavía son papeles:

– Las televisiones privadas consiguen una reducción del tiempo de publicidad que emite la pública, lo que redunda al menos a nivel teórico en más dinero para el mercado.

– Los defensores de una televisión pública sin publicidad, ven que sus aspiraciones progresan adecuadamente, si bien seguirá habiendo nueve minutos por hora en 2010.

– El estado corre con la diferencia de ingresos (es decir, puede decirse que estamos pagando todos lo que el mercado privado va a obtener), lo que supone que, sorprendentemente, la televisión pública cuesta cada vez más. Es decir, no hay un proceso de optimización de recursos, etc. A diferencia del sistema anterior, ahora RTVE no se endeuda pero cada año cuesta más.

– Algo que El País no cuenta: los costes de la plantilla suben todos los años del escenario marcado y, según lo que he podido averiguar, por encima de la inflación razonablemente previsible visto en el conjunto de los tres años.

La escenarios de ingresos están construidos con previsiones muy conservadoras de audiencia (es decir, a la baja, como esperan todas las cadenas). Pero la sensación que me queda es que al ciudadano la televisión pública le va a costar cada vez más, que parece contrario a la filosofía que dió lugar a la resolución del desaguisado anterior que, al final, pagamos todos.