La salud periodística de la Red, explicada en la cabeza de Steve Jobs
Este es uno de los off-topics que más me gusta. Si hace poco le dedicaba lo mejor de mis esfuerzos guerrilleros al enésimo intento de los negocios de comunicación establecidos por convencer a todo el mundo de que internet es malísimo, y de que sólo los Señores del Papel y del Espectro tienen derecho a la legitimidad, ahora toca explicar por qué no. Por qué los bulos y las falsedades no corrompen (al menos, no más que en la vida normal) la comunicación y el periodismo basados en la electrónica.
El último episodio ha sido la caída momentánea de las acciones de Apple por culpa de un rumor. Un rumor falso, se entiende. Han aparecido, de nuevo, los que creen en la falsa jerarquía de lo que llaman organizaciones de noticias. Si no teníamos bastante con Sarkozy…
Reproduzco éste párrafo de Sillicon Alley, catalizadores del proceso que se inicia en una red de periodismo ciudadano, que es la síntesis perfecta de una explicación de lo sucedido que, lejos de demostrar que algo malo ha pasado, ha puesto en evidencia cómo es el periodismo y la audiencia en la red. Por oposición a lo de siempre:
Ustedes, nuestros lectores, son lo suficientemente inteligentes para valorar lo que les contamos. Siempre que seamos diáfanos acerca de los que sabemos, de dónde vino la información, lo que pensamos de ella, estamos seguros de que ustedes le darán la ponderación que merece. Y también estamos seguros de que es lo que la mayoría de ustedes quieren que hagamos.
Es decir, no somos consumidores pasivos de información: nadie puede decidir lo que debemos saber y lo que no en nombre de una supuesta responsabilidad, somos adultos para evaluar. Es lo mismo que sucede con los intentos de decidir lo que se puede ver y lo que no por consideraciones morales en la televisión. Un programador es adulto para retirarlo, el público no es adulto para valorar si tiene que apagar el televisor. No creo que sean ya los tiempos.