
Juan Luis Polo tuvo la cortesía la otra mañana de remitirme un interesante artículo de los que podemos llamar proféticos: Thomas Hawk, que tiene parecidos con el propio Juan Luis (fotografía, medios y tecnología), hace un apuesta para adivinar el futuro y elige sus ganadores y perdedores por la batalla de la convergencia internet-televisor del hogar. Muy interesante, y muy interesantemente argumentado.
Por ejemplo: pierde
Roku (¿seguro? Roku está jugando más rápido que los demás la baza de fuera de EE.UU., –
y ya da HD – pero esto es de pocos jugadores y no se centra en catálogo sino en fabricar cajitas…
que llevarán Netflix), pierde el cable (¿seguro?
hay movimientos para para ofrecer servicios de banda ancha y conexión a internet por cableras y sateliteras, por no hablar de que el IPTV está ahí y el potencial interactivo que tiene: la amenaza en Europa sería la amplia oferta temática de TDT… y eso de que el servicio es malo compárese con internet, y eso de que es más barato… según), pierde Apple (¿seguro? con las conexiones que tiene para ofrecer el mejor contenido…) y pierden los cines (¿el 3D también?) y el Blu Ray (eso tiene más visos, sobre todo en venta de discos).
Gana Xbox y gana el Windows Media Center. Esto es una sorpresa, pues nadie les ha dado un duro hasta ahora, aunque tiene todo el potencial dada la penetración de Windows. Pero algo me da que en la mente de los consumidores esta combinación no acaba de engrasarse. Claro, todo esto antes de publicidad, la ausencia de buenos acuerdos de contenidos y otras cosas… Microsoft ha demostrado que puede invertir una pila de
cash en casi todo sin resentirse… ¿pero gana realmente dinero, sustituye los márgenes de sus sistemas operativos y de la suite Office?. ¿Gana TiVo? Pues, como los bocadillos de jamón vacíos que
Xan das Bolas le daba a
Fernando Fernán Gómez en
Botón de Ancla, según.
Ni una palabra de
Vudu y ni una palabra de
Blockbuster,
que contraataca y un ganador rotundo:
Netflix. Se basa en sus acuerdos para extenderse a todas las plataformas habidas y por haber. Por ejemplo,
ya corre en Macs (antes no) y curiosamente basado en Silverlight y no en Flash, lo que cuadra con
el acuerdo para correr en Xbox y en HD. Añádesele
el acuerdo con TiVo (veinte por ciento de penetración en hogares norteamericanos) y tenemos un jugador de primera, acuerdo que, según Hawks, es lo que le pone en conexión con la ruta de los ganadores y no su posición de televisión a la carta por excelencia en un tipo de consumo completamente diferente al de Netflix:
TiVo graba televisión (¡series!, ¡deportes!) y el cine que se deja, pero Netflix es sólo cine.
El otro punto débil de Netflix que no se menciona es el hecho de que la existencia de un catálogo amplio no da necesariamente el éxito. Por dos razones: la primera es que cada usuario tiene «su» propio catálogo, el ámbito de las películas que realmente le gustan. La segunda, que una vez consumidos los títulos que gustan, el ritmo de incorporación de contenido no es tan grande, por lo que en un proceso de personalización de la televisión, no es suficiente. El
cojo set-top-box tiene que poder acceder a internet y grabar televisón convencional (sí, también del cable) pues la demanda de consumo no es sólo cine (pasión por la telerealidad, recordemos) y ahí TiVo gana. Se olvida Hawks que
una reciente sentencia (apelada) permite a las cableras, esas que van a perder según él, montar sus pvr’s virtuales, algo que hace daño potencialmente a TiVo y que mejora la experiencia de uso brutalmente: no sólo el cable tiene cine, tiene canales temáticos que no tiene Netflix, tiene noticias, deportes y todo… pulsando un dedo.
Queda la cuestión de precio en esta crisis que sirve de excusa para todo. Pero al final casi siempre es el contenido, no el contenido sino el killer content lo que rige el negocio. Netflix va a ser un jugador rotundo en el proceso de convergencia con el televisor de la red, pero sus derechos son sólo para EE.UU. y no sabemos si su marca, desconocida fuera de allí, servirá para montar un videoclub mundial por internet (¿por qué no?), al contrario que Apple que sí tiene una marca global y a todas las majors en el saco.
En definitiva, como dice mi amigo
Joan Jiménez, todo está por hacer y todo es posible.
Dudo que sea representativo de nada, pero Kevin Rose, de Digg, lo comentaba Twitter, abandona Tivo y el cable y se pasa a Netflix + vídeo en Internet.
http://twitter.com/kevinrose/statuses/958202804
El comentario en Wired donde leí esto sugiere una idea que no había pensado ¿cómo las estará pasando la tele de pago con la crisis?, si pinta mal para la publicidad el próximo año, ¿cómo pinta para Ono, D+, Imagenio y demás?.