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Las televisiones públicas europeas se quedan sin Juegos
¿Significa algo? En realidad, muchas manifestaciones televisivas de los juegos están en manos privadas y no sucede nada grave. Pero el hecho de que reunidas las televisiones europeas, del norte de África y de Oriente Medio no puedan competir por la gestión de un contrato que después se revenderá país por país y ventana por ventana, supongo que implica cambios en el negocio.
Para 2016 – fecha del cambio, tan lejana que parece una eternidad – la televisión de pago vía TDT estará más que asentada y puede que superada. Las redes en los hogares han tenido que dar varios saltos en su capacidad de recibir datos. Los televisores de los hogares deberán estar conectados en un porcentaje amplio a internet. Los móviles serán receptores de cualquier cosa en cualquier lado. El concepto ondemand tendrá una extensión que ahora no podemos más que vislumbrar. Y los directivos actuales de las televisiones públicas habrán cesado en sus cargos.
Idealmente, incluso se habrá superado este ciclo de crisis – con sus consecuencias publicitarias- y puede que se viva otro auge de los ciclos del capitalismo. Inevitablemente, la redifinición del negocio del video y la televisión y el rol de lo público en un entorno tan diferente será tan diferente que cuesta de suponer. La televisión en abierto, concentrada en acontecimientos, no tiene más remedio que buscar estos eventos deportivos sobre los que se asoma una única nube: ¿son rentables para la inversión que suponen?
El caso de cuatro y el fútbol de la Eurocopa, las dificultades que supuso el mundial de Corea para Leo Kirch, las dudas sobre el precio pagado por la Liga Española y la Fórmula 1 por Mediapro, o el hecho de que la televisión pública española precisaba de dinero extra para dar los Juegos con el esplendor que se supone que tiene que tener, sólo pueden llevar a hacerse preguntas. Y seguramente la pregunta es si tiene sentido horas de transmisiones continuadas de muchos deportes en un proceso de selección que hace la cadena y no la venta de todos simultáneos a quienes los quieran comprar bajo demanda.
En un escenario así, no sé los resultados de la esgrima, el boxeo o el piraguismo. Puede que la audiencia mundial genere una masa de ingresos que den unos réditos a los deportes minoritarios: en Italia la esgrima es popular, en España no. También puede que los Juegos, vendidos deporte a deporte den más dinero. Pero lo que me parece cierto es que su consumo y el rol de lo público sólo pueden ser diferentes.