Una mirada rara a la causa de Pablo Herreros
6 noviembre, 2011 – 17:18 | 18 Comentarios

Ver que un puñado de anunciantes ponen los pies en polvorosa porque un blogger la lía… eso no se había visto por estos lares. De la madre de El Cuco, El Cuco y sus crímenes …

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Pre-Goyas (2ª parte): "Esto es un oficio, yo soy un trabajador"

Escrito por el 1 febrero, 2009 – 6:45Un Comentario

Este es un año que en vez de encontrar la reedición del lamento perpetuo por ese destino insufrible del cine español, se está escapando una corriente de realismo industrial y comercial que sólo puede traer ventajas. Quizá porque el sector sabe que las ayudas deben terminarse, tal y como se entienden ahora, en pocos años, y que el destino pasa por las desgravaciones fiscales (que también tienen fecha de caducidad), menos televisiones (con la crisis, van a tener menos dinero) y por la realidad de la digitalización. En diciembre ya recogíamos una forma de hablar que ha estado un tanto encubierta en el sector, poco dado a mirar con buenos ojos a planteamientos basados en la concepción industrial. Eran unas palabritas de Daniel Carpalsoro:

Las series españolas han conseguido algo que el cine lleva sin lograr mucho tiempo: conectar con el público. Y mira que es un público difícil, que tiene muchas alternativas, que zapea, que esquiva la publicidad.

Hoy es Álex de la Iglesia, un tipo que siempre ha buscado hacer películas para ver y supongo que para pasárselo él bien:

«Estábamos perdiendo el miedo a hacer cine de género [se refiere a cuando estrenó El Día de la Bestia]. Es uno de los saltos más importantes de nuestro cine en los últimos años». De la Iglesia luce un aura de gurú de la taquilla. No le gusta, explica, «lo del cine comprometido» como axioma. Ni la idea de que el cine español funcione como un género propio. Quiere «desterrar la idea del arte»: «Esto es un oficio, yo soy un trabajador. Y aspiro a que mis películas estén en la estantería del salón junto al DVD de Wall-E (2008). Y para eso tenemos que abrirnos a otros mercados. Cantar canciones en inglés, como el grupo de música Dover».

De él cabía esperarlo, pero la presidenta de la Academia, Ángeles González-Sinde, mucho más imbuida en mi opinión de consideraciones generalmente poco industriales, me deja muy sorprendido con la sinceridad que muestra ante la crudeza de los hechos:

P.- Y ahora, ¿cómo se hace para que se pague por las descargas?

R.- Está claro que el hábito de ver cine en casa está ya instaurado.La vida ha cambiado. ¿Quién tiene tiempo para ir al cine entre semana? Lo que hay que hacer es asumirlo y darse cuenta de que tenemos que afrontar una reconversión industrial como la de los astilleros.

Si las evidencias del asalto al intercambio de archivos ya estaban por doquier, nos la confirman desde Disney todo ufanos, González-Sinde desvela el progreso de las negociaciones silenciosas en las que El País suele ir preparando al público. El Ministro de Cultura, incluso con la campaña que ya pierde fuelle en internet, ha recuperado su proverbial prudencia política y no ha vuelto a decir ni mu de las medidas impopulares. Pero González-Sinde se las sabe:

P.- Y no hay segunda oportunidad. El mercado del vídeo está desapareciendo…Llegamos a internet.

R.- Este es el año para sentarse a hablar con las grandes operadoras.De las descargas ilegales, el único que obtiene beneficio es el que vende el ADSL.

Finales de 2008, comienzos de 2009. Debe ser este el momento en que la crudeza de los hechos se ha hecho presente en las mesas de quienes gestionan el negocio: ya no se vende humo sobre la TDT y la persecución de internet sólo se plantea como preparación para explotar las cosas de otra manera. Era ley de vida.

Un Comentario »

  • Txaber Allué Martí dice:

    Interesantísimo. Yo era de los que veía todo el cine español (incluso vi «Yo soy esa»). Pero me han ido echando de las salas a base de películas sin ningún interés para mi y, sobre todo, por el constante lloriqueo.