Una mirada rara a la causa de Pablo Herreros
6 noviembre, 2011 – 17:18 | 18 Comentarios

Ver que un puñado de anunciantes ponen los pies en polvorosa porque un blogger la lía… eso no se había visto por estos lares. De la madre de El Cuco, El Cuco y sus crímenes …

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Una televisión pública nueva (hasta la próxima reforma)

Escrito por el 5 mayo, 2009 – 3:192 Comentarios
No hay vuelta atrás: nace una televisión pública estatal nueva, históricamente nueva. Prescindir de la publicidad – y se va a hacer y está hecho, que nadie lo dude – es el cambio más profundo de su historia, incluso más trascendendente que la aparición de las privadas. Mi opinión, si es que tiene importancia, no es sólo que llega con retraso de muchas décadas (nunca tuvo que haber ocurrido la fiesta publicitaria de un medio público del peso que ha tenido y todavía tiene), sino que sólo es un paso más de un proceso que exigirá nuevas transformaciones en el futuro.

Notas rápidas:

  • Fernández y su equipo, tan enfadados según dicen y según me cuentan, debieran ver el cambio como la mayor oportunidad de su vida y el mayor chollo profesional que se han podido encontrar. En vez de vivir pensando en la audiencia, en hacer ese remedo de televisión comercial que estaban haciendo y esa pelea por el liderazgo, acaban de poner en sus manos el juguete más bonito del mundo: hacer una televisión no centrada en audiencia y pensando y nada más que pensando en criterios públicos. Con ese presupuesto, es un reto mucho más interesante, complejo y apasionante que tratar de hacer Telecinco con buen gusto. O LaSexta sin macarrismos. Por fin puden imitar, de verdad, a su amada BBC.
  • Por ponernos tópicos: este es el final de una crónica anunciada desde hace mucho. Desde antes de la actual gestión y el actual gobierno. ¿Tenía sentido desde que se inició un mercado competitivo, mercado que se acelera con los entornos regulatorios y tecnológicos actuales, tener un competidor que, sin tener en cuenta sus resultados económicos compite por los mejores derechos y por la publicidad, incluídas prácticas de dudosa legitimidad comercial viniendo de un servicio público? El colmo es que hasta los vídeos de RTVE.es llevan ya overlays compitiendo en un mercado exiguo en el que los emprendedores privados sudan sin subvenciones de ninguna clase.
  • Esto no ha terminado. Sigue. Ahora se financiará con impuestos y tasas impuestas a operadores privados y de telecomunicaciones. Las apuesta es cuándo empezará la batalla para reducir esas aportaciones y por reducir los impuestos que consume. La sociedad en red, las comunicaciones abiertas, van a someter a todavía más presión la funcionalidad, interés y necesidad de la televisión publica. En un mundo donde todos somos autores, donde hasta las voces más pequeñas van a tener su señal de vídeo, las justificaciones de servicios mastodónticos dedicados a informar y atender minorías en manos gubernamentales sólo pueden estar haciendo oposiciones a su dilución. Lo mastodóntico también afecta a lo privado, pero es más flexible. La crisis de los tradicionales, que empiezan su reconversión, terminará afectando a RTVE en su modelo organizativo. Al tiempo.
  • Más presión sobre las autonómicas. Se va a volver su modelo indefendible frente a sus propios votantes, no me cabe duda. La transformación de lo público en televisión a lomos de la crisis y de su primera consecuencia, la muerte de RTVE tal y como la conocíamos, va a dar que hablar bastante en los próximos meses y años.
  • Apasionante seguimiento del nuevo escenario: ¿cómo se redistribuirá la publicidad? ¿salvará los muebles de las privadas, de la TDT universal? ¿Por cuánto tiempo? ¿Cómo reaccionará el reparto de audiencias ante un prime-time sin publicidad, con restricciones de cine americano y sin derechos deportivos? Como se gasten el dinero en producción inteligente, en ficción e informativos, asumiendo riesgos creativos y periodísticos reales, buscando el mejor talento de verdad, muchas cosas de la programación privada se verán afectadas. Por otro lado, a los privados se les habrán acabado argumentos para marear la perdiz mientras el mundo les obliga a cambiar de modelo comercial y de gestión. Ah, que nadie espere que dejen de hacer eso que llaman telebasura y lindezas por el estilo, están para eso. Que nadie se rasgue las vestiduras.
  • ¿Dedicarán un presupuesto más inteligente y conceptos mejor concebidos para la programación internacional? Eso sí que es servicio público. ¿Serán capaces de hacer un canal de noticias internacional decente, de esos que llevan la imagen del país y son periodísticamente relevantes? Vamos, periodistas del mundo que hacéis la televisión, demostrad que sabéis hacer noticias indepedientes, veraces y contrastadas y llevad la imagen del país que os paga por sus mercados naturales. ¿Seréis capaces de hacer un canal de noticias internacionales en inglés? Es que lo hacen hasta los chinos. Y, en español, los coreanos hacen cosas muy curiosas pensando en que venden coches en toda América Latina.
  • ¿Seguirán los mismos? Hay gente de gatillo fácil y pólvora mojada que no sabe que tiene dinero público en sus manos y una restricción presupuestaria que cumplir.
  • ¿Quién se quedará con las motos cuanto venzan los contratos actuales? ¿Podrán retener a los mejores profesionales con la inevitable restricción de sueldos que viene? ¿Habrá alguna vez una contabilidad analítica seria que permita que el público conozca lo que cuesta en realidad cada programa y cada medio?

Todo va a dar mucho que hablar. ¿Se acuerdan del informe de sabios y de toda aquélla pamplina? Al final, se va a estar más cerca de algunas de sus conclusiones. Pero, gran pero, las exigencias del siglo XXI siguen sin respuesta real. Tampoco cabe esperar mucho en ese campo, pues casi nadie sabe cómo hay que afrontarlo. Lo único seguro es que habrá que hacerlo.

2 Comentarios »

  • Carles Llorens-Maluquer dice:

    Felicidades por el blog y el artículo de hoy. Coincido con tus comentarios y añado: en un entorno donde el concepto de consumo audiovisual bajo demanda aumenta, una televisión pública sin publicidad se acerca a este modelo de consumo. Por tanto, una televisión pública sin publicidad tendrá éxito entre el público acostumbrado a evitar la publicidad. Si además crean un iPlayer en condiciones, RTVE puede cambiar el panorama audiovisual de este país y ser líder de calidad y de público como la BBC.
    Por otro lado, coincido plenamente en cuestionar la cantidad de dinero dedicado a las televisiones públicas. Sólo en Cataluña la mitad del presupuesto del Departament Cultura se dedica a los medios autonómicos: 300 millones de euros.
    La deuda de RTVE que estamos pagando estos años, a parte de la subvención anual, es de 7000 millones de euros, la misma cantidad anual que nos aportó en los mejores años la UE. Ningún político ha pedido al menos perdón por ello.
    No creo que deban desaparecer del todo, pero deben redimensionarse. Los medios públicos sólo tienen sentido en informativos y cierta ficción atrevida. En radio una NPR, sería suficiente, o en televisión una BBC más pequeña. Se abre una oportunidad histórica de cambio en el panorama televisivo español.

  • Gonzalo Martín dice:

    Completamente de acuerdo. Por ahí tengo un post en el que digo que si se elimina la publicidad de TVE sin límite de contenidos, las privadas se pegan un tiro en el pie. No es que me hayan leído, pero no son tontas, y la prueba es que tendrán limitación de cine de distribución y de derechos deportivos.

    Si son suficientemente buenos, sabrán reiventarse creando una ficción arriesgada, la que solo se puede hacer sin presión del dato.

    Y sobre el tema de las finanzas del «teleestado del bienestar» que diría Juan Varela, qué quieres que te diga: los números son tan escandalosos, el fraude al público tan grande, que nadie, salvo UTECA y con la boca algo pequeña, se atreve a decirlo.

    Lo grave no es solo ya el coste, sino los usos alternativos del dinero: ahora empiezan a decir que van a reformar las pensiones. Si la palabra es reformar, es que te la bajan. Si es subir, te lo dicen claro.