Ese «vinilo» que pueden leer en la esquina superior es el texto del mostrador que El Corte Inglés de Preciados tiene dedicado a discos de esta substancia. Yo calculo que unos tres o cuatro metros a tres alturas repletos de fundas de cartón con eso que el primer Javier Gurruchaga hizo famoso diciendo «como es, como es… y cómo se desliza en la funda». Y lo que sale debajo es nada menos que un clasicazo como el fallecido
Frank Zappa. En definitiva, ningún medio muere y alguien parece dispuesto a pagar por una forma de experimentar música que, por supuesto, puede grabarse en un cedé o volcarse al ordenador. Y los fans de Zappa deben tener edad para haber guardado en su colección piezas como ésta. ¿O son nuevos? No tengo ni idea. Ah, que es minoritario. Pero no tenemos la culpa.

Zappa moriría, pero sigue estando ahí no sólo para los nostálgicos, para todo el mundo.
El vinilo tenía su encanto, y parte del mérito se los llevan las carpetas. Su formato, sus letras, sus fotos, algo que se disfrutaba a la par que lo escuchabas.
Hoy para leer los textos de una carpetilla de cd, tienes que utilizar la lupa.
No sólo se disfruta con el oido también con la vista.
Saludos.