La Nueva Industria Audiovisual

El futuro se sigue acercando: llega el cine al hogar al tiempo que a las salas, pero se concede el derecho a controlar tu máquina

Desde que se inició la era de la digitalización, la presión deseada o no para estrechar e incluso suprimir ventanas, por no hablar la presión sobre la desterritorialización práctica de los derechos, ha sido una constante. Hasta hoy, también en España, las salas cinematográficas cuentan con que las películas no serían mostradas por DVD o sistemas televisivos hasta no haberse terminado su explotación en pantallas. Ese fenómeno ha terminado con la decisión recién adoptada por la FCC, los estudios cinematográficos (afiliados o no a los peticionarios, la MPAA, la ordenanza es para todos) podrán servir vídeo bajo demanda a los hogares desde el estreno si lo desean.

Pero para hacer esto, se ha autorizado con una medida de control que, se supone, la propia evolución terminará llevando por delante: poder emitir señales que impidan la grabación casera de las películas. La redacción es más fina, la capacidad legal de impedir un uso secundario de la película. Es una forma de, se dice, evitar piratería. Y la copia privada. La realidad será otra, como siempre, salvo que el sistema se emplee para hacer disponibles de modo fácil, sencillo, a buen precio y masivo las películas desde el día uno en todos los entornos, verdadera salida de muchísimo cine que seguramente ya no merece el paso por sala, incluso el que supuestamente no está diseñado para lanzamiento directo a DVD. O que no tiene más remedio que tener un paso rápido por los cines. No obstante, el poder de bloquear ese uso secundario, se limita a noventa días desde la puesta a disposición o hasta la salida en DVD.

Lo normal es que si en Estados Unidos sucede esto, el sistema termine trasladándose al resto del mundo, a la espera de lo que opinen otras legislaciones. ¿Quienes se oponen? Los cines, claro. Y los operadores por lo que es, sin duda, un muy poco aceptable sistema de control de los contenidos y de tus dispositivos. También los grupos que protegen los derechos civiles en la era digital. Obviamente, nunca hubiera aceptado la MPAA esta solución sin esa posibilidad, pero ya sabemos que no hay barrera tecnológica que no caiga ante la libertad intrínseca de los bits. Mi impresión es que tarde o temprano todo terminará en lanzamientos masivos por todas las ventanas para que lo que hoy llamamos piratería no tenga siquiera razón de ser. Con ello cambiará el marketing y cambiará el producto y, aunque ahora la solución es muy poco estimulante, marca la trayectoria inevitable.

En fin: es histórico. Versión de The Wrap (parece que los primeros), Paidcontent (muy clarita), el New York Times (preciso) y las protestas de los grupos de derechos civiles.

Créditos: la imagen pertenece a la galería de Héctor Milla, distribuida con licencia CC.