La Nueva Industria Audiovisual

Esa independencia quimérica e imposible…

Olvídense por un momento de sus preferencias políticas o sus querencias emocionales: no es cuestión de saber si quien gobierna es o no mi favorito, sino de los hechos que se repiten una y otra vez. Muchísimas personas justifican la necesidad de existencia de las televisiones públicas creyendo que existe una independencia informativa de los intereses privados. Suelen olvidar que prevalecen los intereses del ocupante temporal del puesto, y que tiene sus intereses como todo el mundo. La reforma de RTVE se hizo en nombre de esos valores. Pero sucede lo de siempre: Carlos Carnicero muestra en primera persona cómo, después de todo, hasta el Presidente del Gobierno, contribuye al diseño editorial de la televisión pública. Aunque sea por un buen fin, lo mínimo es precisamente que no participe en ello y ni lo sepa.