El lamento de Sarkozy

Nuestro amigo Antonio Delgado, cada vez que regresa el auge de las discusiones de la piratería nos suele recordar un viejo enlace. Diario El País, doce de septiembre de 1984: «La piratería acaba con la industria discográfica«. En presente de indicativo. Han pasado casi treinta años de una fecha en la que no había internet en los hogares y no cabe de duda de que, como mínimo, la cultura no ha desparecido, qué decir de la música, aunque los negocios discográficos son otros. Quizá esta anécdota sirva para ilustrar el fiasco – para la vida interior del Presidente de la República Francesa – de Hadopi. Dice Sarkozy que lamenta no haber dialogado mejor: es muy interesante porque lo que resalta la prensa es que admite que lo que le adviertieron – que no funcionaría – se ha cumplido.
Que la ley quedaba obsoleta ante la evolución del tráfico hacia otros lados en una más del clásico los bits son libres. La ronda Sinde está al caer y ya todos tenemos el convencimiento de que no servirá para nada de lo que se propone (pero, mientras, contendrá riesgos poco aceptables para la creación de negocios digitales). Cuando se arguye que el éxito de la ley consistirá en valorar el crecimiento de oferta legal, casi se está aceptando el fracaso: la oferta legal llega sí o sí porque es lo que canibaliza piratería, porque todo el mundo pretende posicionarse frente al televisor conectado y porque la evidencia de preferencia de consumo es abrumadora.
Mientras tanto, ninguno de los políticos que promueven estas leyes parecen mirar atrás: uno se puede ir hasta los años setenta (era carente de bits culturales) para encontrar persecuciones urgentes. Una lectura detenida del original de Le Figaro permite comprobar que, a pesar de la evidencia, el discurso sigue empeñado en buscar la cojosolución, esa que nunca llega, mientras se ignora el centro de la cuestión: que la concepción de la propiedad intelectual quedó obsoleta, pero no en el sentido de que no le sirve a los promotores de las industrias culturales, sino porque no le sirve a la realidad de la creación ni a las exigencias de la sociedad. En fin, se sigue ciego a la búsqueda de un equilibrio diferente.
Créditos: la imagen pertenece al World Economic Forum, distribuida con licencia CC.
Ten points guayominí. Muy interesante la reflexión y los enlaces. La enredadera me ha llevado hasta http://lasindias.net/ y al concepto de devolucionismo; y he escuchado ecos de auténtica innovacion social.
[…] democracia o la escala de vergüenza de una dictadura“. ¿Es la sinceridad derrotada de quien ha visto sucumbir a Hadopi? En sus manos tiene el conflicto de crear un estado policial como modo último de proteger los […]
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