Una nota de Público en su edición de papel de ayer puede encontrarse en su web hoy (al menos, ayer no había forma). Refiere a un trabajo de Filmin por el cuál se han detectado 2.433 archivos en diversos sitios sin autorización. Anuncia en esa nota Juan Carlos Tous, el hombre de Cameo y Filmin, que el 85% de las solicitudes para que sea retirado han sido obedecidas. Como siempre, las dudas en este terreno son las mismas: ¿si no hubiera habido éxito habría habido extensión del archivo? ¿Cuántas personas ven y no terminan de ver porque no están interesadas? ¿Cuántas personas la verían sólo si no se paga, e incluso soportarían unos cuantos anuncios? ¿Cuántos visionados son, efectivamente, pérdida de quién ha realizado la inversión de quedarse con esos derechos? ¿Podría evitarse sí o sí? ¿Por qué el público prefiere una experiencia de baja calidad a la excelente oferta de Filmin que es, además, con precios más que asequibles? ¿Para cuántos es porque no lo saben? ¿Será más fácil con un televisor conectado? Queda mucho que resolver.