Soy consciente de que la pregunta tiene enjundia técnica: un hacendista vendría bien en la sala para ver qué dicen los estudios académicos. La cuestión viene por esta frase de Enrique González Macho: “Es igual recibir dinero que no tener que pagarlo” al respecto del sistema de incentivos norteamericano, una industria de la que, asegura, “es la más subvencionada del mundo” y, sólo al final, introduce un matiz seguramente más apropiado: “Estados Unidos es absolutamente proteccionista con su industria cinematográfica y la subvenciona a fondo”. Por el bien de la brevedad diré que, en mi opinión, los incentivos a rodajes y a inversores privados que se dan en diversos estados de EE.UU. no se parecen en nada a nuestra idea de las subvenciones: recibir dinero es bastante diferente a no tener que gastarlo, pues lo segundo exige disponer de tesorería y otra relación con el crédito bancario que basaría su decisión en la perspectiva de ingresos del mercado y no de un pago del estado, que se da por seguro. O se daba :-). Lo cierto es que, salvo excepciones contadas, uno considera que las decisiones de producir en España se toman en función de las subvenciones, mientras que en el cine llamémosle americano se hacen por escenarios de mercado. Eso sí, son profundamente proteccionistas, ya se ha visto en Wikileaks.
1. Escrito por Raúl Hernández González
14/May/2011 a las 12:06 PM
Sin ser tan “técnico” como probablemente otros puedan ser, creo que puede hay un matiz adicional. Las desgravaciones fiscales se suelen aplicar sobre el impuesto. Impuesto que suele venir derivado de los beneficios.
Es decir, te alivio la carga de los impuestos (el % de reparto entre tú y la sociedad) si has generado riqueza económica. Pero si tu proyecto ha sido una fuente de pérdidas… no pagas impuestos, pero no pidas encima que te pague la cuenta.
2. Escrito por Gonzalo Martín
14/May/2011 a las 12:28 PM
Efectivamente, la cuestión es que debe existir base imponible previamente, si te basas en la subvención es previa a la generación de riqueza y no genera, parecería en principio, deuda pública si el estado no recauda lo suficiente para esa obligación, pues se está vinculando la existencia de ese dinero a la actividad de la economía. A fin de cuentas, lo que hay es un traslado del estado al particular de la decisión de interés social lo que introduce un factor a considerar: es la sociedad la que elige los proyectos y no los condicionantes del estado, aunque lo puede hacer vía legislativa. En otras palabras, confiar en la desgravación crea mecenas – con intereses no necesariamente elevados – y la subvención tiende a crear más redes clientelares. Pero tener un hacendista por aquí nos vendría bien.
3. Escrito por Gonzalo Martín
14/May/2011 a las 12:39 PM
Por el bien de la discusión, debe decirse que poca gente sabe en España (desde luego la opinión pública lo ignora) que en España existe una desgravación fiscal para la inversión en cine. Para estas cosas, la clave es el potencial de recuperación del principal. Se están empleando AIE’s en un mecanismo complejo que genera un ROI interesante a quien lo usa en un esquema que, en la medida en que lo he estudiado y he conversado con inversores y abogados, tiene mucha complejidad y resulta poco claro para un inversor corriente.
4. Escrito por michael
14/May/2011 a las 1:56 PM
“lo segundo exige disponer de tesorería y otra relación con el crédito bancario que basaría su decisión en la perspectiva de ingresos del mercado…”
Es que ya lo has dicho tú: no se puede comparar las subvenciones españoles con las desgravaciones fiscales (diversas y variopintas) USA sin contrastar todas las diferencias en los sistemas de producción.
Si existiera una iniciativa seria en España a resolver todos los lapsus y lagunas que hay, un encuentro con especialistas USA en la materia podría arrojar mucha luz sobre este asunto…..
5. Escrito por Goio Borge
15/May/2011 a las 1:33 PM
La cuestión es que EEUU parte de una industria bien consolidada, y de una subindustria que responde a su necesidad de productos culturales, por así decir. A mí me parecen estupendas las desgravaciones fiscales, pero eso va a venir bien al cine alrededor de ‘Torrente’ y productos similares, los que se comportan precisamente como sus productos comparables norteamericanos.
Por su lado, en esa entrevista González Macho también recuperaba el argumento del resto de industrias subvencionadas. Pero esto también me parece muy matizable. Hay sectores que deben ser subvencionados por mil motivos, pero en general es cuestión de tiempo que esa subvención se acabe cuando el sector ya puede volar por sí mismo. Determinadas ayudas a empresas productivas o de servicios no duran eternamente, tendrán que hacer cosas nuevas, innovar, hacer I+D, no seguir con la misma línea de empresa para seguir recibiendo dinero. Y no digo que deba ser así con el cine, lo que digo es que precisamente el hecho de ser un producto cultural lo diferencia y buscar la comparación continua no es lo más preciso.
6. Escrito por José Luis Moreno
25/May/2011 a las 2:11 PM
Las AIE se acaban, dicen. Parece que ahora se estaba animando la creación de AIE. Ha costado, pero empresas y productoras empezaban a entenderse y a involucrarse en el mundo de las AIE. Y justo ahora… adiós. El concepto de subvención se está transformando. En breve hablaremos de incentivos, como en USA, y cada territorio implantará los suyos, como medidas de atracción de rodajes. Me pregunto si acabará en una “batalla” entre regiones por tener más rodajes que generen riqueza. Y la subvenciones, como las entendemos ahora, quedarán para el cortometraje y el producto estrictamente cultural. Creo que acabaremos diferenciando industria cultural (subvencionada) de industria del entretenimiento (incentivada). El cine, salvo las excepciones culturales, es entretenimento, es cine comercial, y como tal deberá sobrevivir. Va a ser una cirujía difícil, pero necesaria para que la industria se consolide.
7. Pingback por California vota por renovar incentivos a los rodajes « Pulsiones
4/Jun/2011 a las 7:26 PM
[…] que el gobernador lo firme y el Los Angeles Times no se muestra enteramente optimista. El debate de si los Estados Unidos eran los mayores subvencionadores del mundo nos llevaba a la distinción entre incentivos fiscales y subvenciones. Quizá debiéramos haber […]