Dicen los cronistas que Sarkozy sostiene que nadie puede controlar internet. Este es un aserto que cyberpunks, gurús, pensadores y funambulistas de todo tipo hemos sostenido – incluyanme en la última categoría – durante todo el tiempo que viene durando la guerra de las industrias damnificadas contra la sociedad. Se dice por una razón, por la naturaleza de la topología de la red y siempre que, como también nos dicen que dice Sarkozy, se tenga en cuenta y no se caiga en la tentación de traicionar la idea de que “Internet da la escala de credibilidad de una democracia o la escala de vergüenza de una dictadura“. ¿Es la sinceridad derrotada de quien ha visto sucumbir a Hadopi? En sus manos tiene el conflicto de crear un estado policial como modo último de proteger los modos de trabajo de lo que llamamos industria cultural o, simplemente, asumir su reconversión. Al fin un estadista hizo el diagnóstico correcto en público: son los estados nacionales (jacobinos y centralizados, a pesar de las estructuras federales o federalizantes) los que se la juegan y tienen poco futuro en un ecosistema de red distribuida, así que se apresta, y esta es la verdadera intención, a invocar el terror y la pornografía infantil para justificar alguna nueva piedra filosofal. Engrandeciendo su verdadero peligro, por supuesto, como si los lados oscuros de los hombres no fueran a existir sin internet. El Senado americano quiere resolverlo prohibiéndolo todo. En música popular, televisión y cine prácticamente sólo hay dos mundos: la industria americana y los demás, cada uno en su txoko. Uno, que no es en absoluto antiamericano (más bien suele pecar de pro), no acaba de entender (bueno, sí) por qué no quieren aprovechar la fuerza del internet distribuido para recuperar condiciones de competencia más equitativas para las industrias que se apellidan culturales. Quizá el próximo ataque de sinceridad consista en descubrir que la regulación sobre las ideas está dañando a la propia innovación, justo lo contrario que dicen querer proteger.
24 mayo, 2011 4:21 PM
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12/Jun/2011 a las 12:35 PM
[…] hacer la comunicación entre seres humanos más distribuida y menos dependiente de los gobiernos, diga lo que diga Sarkozy. Tecnología que, por mucho que se use ahora para combatir el movimiento talibán, terminará […]