Noche de cristales rotos. ¿Cómo expresar la complejidad de razonamientos ante algo como Megaupload? Siempre he considerado algo obsceno el hecho de que se organizaran descargas de archivos de obras protegidas (legalmente, lo están) basadas en un mecanismo publicitario y que no llegaban a sus titulares (observen que no digo autores). ¿Por eso del ánimo de lucro que gusta tanto decir en la confusión generalizada sobre el debate acerca de la propiedad intelectual? No. Porque soy partidario de reducir de modo progresivo la duración y los ámbitos del copyright para permitir que inversiones legítimas de acuerdo con la ley puedan adaptarse a un mundo de mucha menos propiedad intelectual y, en esa transición, el nuevo pacto social debe estar contemplado de límites y renuncias: si puedo intercambiar sin ánimo de lucro como presto un libro (muchos no estarán de acuerdo), debería aceptar que, mientras los cambios se producen, existan espacios donde se deba dar compensación y esté regulada. Esto, por supuesto, será contemplado como una utopía cualquiera (incluso técnica), pero solo es un ejemplo para plantear salidas a la guerra en contra del público de la gran industria del entretenimiento americana: un tipo de industria de las que secuestra lo que solemos llamar poderes democráticos para sacar adelante sus leyes. En casi todo el mundo. Los chinos, van a su bola. Esto no es antiamericanismo, las empresas que se oponen a SOPA y esas cosas, también lo son. Asimismo, es noche de reflexión para activistas y apasionados de internet y el social media encantados de haberse conocido: no discutir, no criticar, no informar sobre la consecuencia de servicios centralizados para tanto activista moderno tiene estos efectos. Versvs lo explica bien. La predicción es que el intercambio continúe con mayor o menor dificultad temporal. Si eso no sucede, será porque la arquitectura de la información subyacente en la red  habrá sido alterada para entusiasmo de esa industria y de Irán, por ejemplo, ese país que destierra a mujeres que se desnudan en público. Y este es el substrato final de todo: la red desvirtúa los mecanismos de control social construidos en la era industrial en torno al estado nacional y los poderes centralizados. En fin: Eva Represa me pidió un comentario y ella bien lo merece, pero sobre esto ya está dicho todo antes de que sucediera.