El diario El País lleva toda la semana anunciando cine gratis en distintas promociones. El Mundo traía ayer también en su portada (no tengo imagen) las opciones de contemplar cine gratuitamente. Sobre este fenómeno comenté hace tiempo: la desvalorización del producto en el quiosco – ahora también online – ofrecido a precio cero gracias a un patrocinador. Son esquemas que demuestran que “lo gratis” compitiendo contra “lo gratis” (desde la televisión, a la descarga no autorizada) es un fenómeno real, persistente y posible: las quejas serán como siempre el receptor del dinero y el poder controlar precio y disponibilidad del catálogo: administrar la escasez. Pero como pasa con el caso de Chico y Rita, la pregunta esencial reside en las legitimidades: cómo convencer al consumidor del precio que se aspira a cargar con tecnologías que reducen a toda velocidad la mera posibilidad de fijar el precio que quieres (ausencia de escasez) si todo el mundo percibe que, al final, siempre se ve “gratuitamente” y que los modelos publicitarios lo permiten. Expertos en marketing suelen decir que la gente hoy vive experiencias más que compras de productos. El futuro son, pues, experiencias. Lo que estamos llamando financiación colectiva, es también una experiencia.
18 febrero, 2012 10:57 AM
1. Escrito por Javier Meléndez Martín
19/Feb/2012 a las 12:50 PM
En la película Johnny English Returns, Rowan Atkinson vuelve al MI-7 después de estar ausente cinco años en el Tibet. A la entrada del edificio del MI-7 hay un logo: TOSHIBA MI, espiamos por Ud.
Me pareció un detalle revelador por varios motivos: Las grandes corporaciones patrocinan ya muchos edificios (Teatro Hagen Danz) y eventos (liga BBVA) ¿Por qué no patrocinar un edificio público. Y por otro lado, ese es el camino de la financiación del cine en el futuro.
Se dice que Quantum of Solace tuvo 88 millones de dólares en patrocinios. http://goo.gl/jS8Eh
El nuevo problema es cómo hacer que el espectador se trague la publicidad y no proteste. Creo recordar que en uno de tus artículos dices que el consumidor nunca está contento.
“Mentes criminales” es la prueba: la publicidad estática de Alain Afelou molestó muchísimo a los seguidores. De alguna manera habrá que pagar este FBI de mentira.
¡Saludos!