Desde la Casa Blanca a la MPAA se saluda con enorme entusiasmo el acuerdo por el cual las películas norteamericanas tendrán más ingresos y más oportunidades de exhibirse: se aumenta el número de películas del limitado cupo que podían llegar a las pantallas chinas. Parece que cobrarán más dinero por ellas. Teniendo en cuenta el férreo control de la distribución que tienen los chinos – pagando a Hollywood con su moneda – y las frustraciones que se han llevado los estadounidenses por piratería, fracasos en la creación de circuitos de salas y por la liquidación que reciben de sus películas, no suena mal aunque no parece que se abra mucho la mano. La realidad es que, como suele ocurrir, las películas americanas son las más vistas por los chinos a pesar de que su número de títulos es anormalmente reducido. Uno cree que los chinos van a tratar de seguir construyendo su industria de entretenimiento con la mirada puesta en la creación de soft-power local, regional y mundial y que regalos no van a hacer. Es curioso que los medios oficiales chinos en inglés y castellano no dicen nada del acuerdo, y mira que le dedican espacio a la visita del dirigente chino en cuestión al tiempo que sí le dedican cariño a su visita a los Lakers. Lo seguiré en los próximos días a ver la diferencia de relato que hace cada parte. Aportaciones de conocedores de la zona son bienvenidas.
19 febrero, 2012 1:25 PM
1. Escrito por Gonzalo Martín
20/Feb/2012 a las 2:16 PM
Bueno, China Daily ha dado su versión de los hechos: se confirma que siguen siendo cacahuetes. Siguen los veinte títulos anuales, les dejan llevarse el 25% de la taquilla (desde el 17%) y les dejan meter películas para los IMAX fuera de cuota. En un mercado que crece a la velocidad que crece, me sigue pareciendo poco. Los chinos dicen que mejorará la producción local.
2. Escrito por Luis
29/Feb/2012 a las 5:55 PM
Bastante desconocedor de la cuestión, tal vez el soft power está más en las redes sociales, en la capacidad o no de tener facebook en vez de renren. El cine norteamericano, en términos generales, parece poco “nocivo” si acaso, en términos de poder a día de hoy. Sígue cautivando el imaginario colectivo y construyendo marcas, no cabe duda, pero su influencia no es la de antes. En el top-manta, que rige aún en las tiendas de dvds chinas donde se compran cientos de películas, el cine estadounidense tiene una buena cuota de estantería. Diría, a ojo, que un 33% o similar. Ojo, me refiero a tiendas de provincias donde encontramos incluso películas de Almodóvar. En plena China profunda. Claro que, en ese caso, hablamos del cine “pull” del que va a comprar proactivamente el usuario. No del cine “push” que es el que “echan” por la tele en casa y que, por lo tanto, el que consume la mayoría en su salón.
A mi juicio, el gobierno chino es consciente de que el poder blando ya no llegará vía cine y de que empieza dentro de las propias fronteras. Por eso, aún les queda bastante que recorrer antes de proyectarse hacia fuera de esta manera.
Mi impresión es que el poder blando se ejerce en China más bien como un elitismo que empieza dentro del país, pero que poco a poco está saliendo del mismo.
Un saludo,
Luis
3. Escrito por Gonzalo Martín
29/Feb/2012 a las 10:05 PM
Gracias, Luis. La cuestión del soft-power la veo como una forma de influir en la zona, además de la local, como está pasando con las estrellas koreanas de la música y la televisión. Mi punto de vista es que el gobierno chino no creo que permita un dominio legal de los medios de entretenimiento por una industria extranjera y menos americana y que, sobre el papel y con su demografía y tamaño de mercado, aspiran a aprender a hacerla por sí mismos. Y para eso cuentan con una cultura algo “hermética” para el occidental. Han visto a su vez como en Korea la cinematografía local, muy protegida, tiene fuertes cuotas de mercado. No creo que haya ningún gobierno indiferente a la influencia cultural como mecanismo para generar ventas en el exterior. Es verdad que las redes sociales podrían ser hoy las nuevas majors, pero en eso en China llevan ventaja ¿no crees? Tu sabes más de eso.