Las crónicas reproducen todo lo fieles que puedan ser las declaraciones de la nueva Directora General del ICAA sobre las intenciones del que esperan sea el nuevo esquema de ayudas públicas: «La cuantía de las ayudas directas, ha precisado De la Sierra, irá disminuyendo de manera pausada si va funcionando el sistema de incentivos fiscales, lo que conllevará la disminución del número de películas financiadas con dinero público». La buena noticia es que cabría interpretar que lo que se dice es que se pretende ayudar al bebé hasta que se valga por sí mismo y que no tenga ser alimentado por papá. Es decir, que nos estarían diciendo que quienes se dedican al oficio de hacer películas deben convertirlo en un negocio y no una circunstancia: tener ayuda fuera del mercado – la donación y el mecenazgo es un mercado en sí mismo – no es un modelo de negocio, es una anécdota que suele servir para sostener a quienes no sabrían ganarse la vida de otra forma. La mala, es esa pequeña expresión: si va funcionando. Parece que nos condenan a que, pase lo que pase, si los cineastas (¿cuántos productores reales?) no terminan de saber hacer dinero con los capitales invertidos habrá que insuflar lo que la sociedad por sí misma no da. No puedo ser optimista. Ante tanto revuelo por los efectos de la Ley Sinde en ese cine español que dice que se está viendo desmantelado por internet, conviene recordar que antes de internet el cine español tampoco podía presumir de ser un negocio que atrajese capitales por su retorno. Vamos, que el que la cosa se ponga fea es anterior: si antes no tenías más que circunsancias – el dinero y la legislación que impone lo público – y no modelo de negocio verdadero, internet lo único que hace es ponerlo más crudo… y abrir oportunidades nuevas. El gurú de guionistas Robert McKee, al que alguien malvado le habrá echado (un poco mal) las cuentas del cine español, se refocila en un diario de esta guisa: «Mira al gobierno de España, que hace poco (año 2010) financió 88 películas. De esas 88 tal vez ocho sean exhibidas y de esas ocho tal vez dos –probablemente de Almodóvar– duren más de tres semanas en el cine. ¿Qué les hace pensar que pueden hacerse 88 películas en un año? ¿En qué mundo ilusorio viven para creer que regando un poco de dinero van a cosechar flores? Es una locura, pero creo que viene precedida por la idea de que el talento es algo mágico que termina apareciendo». Todo lo que leo de las buenas intenciones de los nuevos reguladores respira a aroma de preservación en un marco lógico que, probablemente, sigue mirando a lo que era el siglo XX pero ésta vez mejor hecho, cuando seguramente la mayor oportunidad para los que cuentan historias y quieren vivir de ello es desmantelar el siglo XX a toda velocidad. El Secretario de Estado de Telecomunicaciones también le ha dicho a los productores que está, como el resto de mosqueteros, todos a una: hay quien piensa que es mejor meter fibra óptica que hacer (más) AVE’s para el progreso del país y yo creo que eso de la banda ancha de verdad ubicua es lo mejor que puede hacerse por los peliculeros y yo no sé por qué no la piden. Eso y desmantelar privilegios monopolísticos de exhibidores y licenciatarios de televisión. El lado anarquista de servidor, que no lo puede evitar.
3 marzo, 2012 3:53 PM
1. Escrito por Ramón Puchades
3/Mar/2012 a las 5:08 PM
Impecable.
Seguro que se pueden contar más cosas, pero estas están bien claritas para los que sepan leer y tengan cierta capacidad de observación y de análisis.
El resto, a rehacer el siglo XX, a ver si esta vez nos sale mejor 😀
2. Escrito por michael
3/Mar/2012 a las 5:19 PM
Creo que es interesante que con tantas declaraciones (recicladas de otras “crisis” anteriores) se sigue lamentando y especulando sobre el ¿cómo? sin preguntarse nunca el ¿qué?
Escéptico seré, pero creo que al cine español (que ha elegido ser artesanal y no industrial) no le falta nada concreto salvo lo más importante, que no lo es…. 🙂
3. Escrito por Gonzalo Martín
3/Mar/2012 a las 5:53 PM
Gracias, Ramón. Sí, se pueden contar más: como que el producto de entretenimiento (y el puramente de autor) no puede ser lo mismo en la era de los videojuegos y lo interconectado (por social y por evolutivo de la propia historia), como que si quieres ser industria real no puedes ser puramente local. Al entretenimiento europeo le matan las fronteras y un sistema de distribución basado en el poder global de unas pocas empresas… La única forma de romper ese poder es poder llegar al mercado sin intermediarios (internet) y para eso hace falta mucha cobertura de banda ancha y acabar con el mito de la sala como icono del prestigio cultural.
Y, con esto último, creo que de paso contesto a Michael. En el fondo, derrumbar el siglo XX es cambiar las fuentes de prestigio intelectual y premiar al que lo intenta por sí mismo.
4. Escrito por Ramón Puchades
3/Mar/2012 a las 6:39 PM
Me ha tustado es de el “mito de la sala como icono del prestigio cultural” 😀 En plena línea de flotación.
Quizá el prestigio cultural sea, sencillamente, la difusión y el model de financiación tenga más que ver con ello que con el pago directo por visionado.
5. Escrito por Gonzalo Martín
3/Mar/2012 a las 6:53 PM
Bueno, las salas son, ante todo, una operación de marketing a gran escala. Permite lanzar otras ventanas y pedir más dinero por ellas. Dependiendo del éxito. Si el negocio lo organiza una major, es la forma de recuperar más dinero más deprisa porque lo que suman las recaudaciones de cine no lo suma, generalmente, el precio del derecho de televisión en estreno. Es decir, el ingreso por espectador más alto se da en la sala. Sólo que el reparto del dinero es muy desfavorable para el productor real: exhibidores y distribuidores se quedan con tres cuartos del ingreso de sala y sin no cuento las palomitas.
6. Escrito por Iago
3/Mar/2012 a las 10:24 PM
La cosa es que las salas son operación de marketing desde que existen otras vías por las que el espectador puede elegir: ya con la eclosión de los videoclubs de VHS’s hubo quién sacú buena tajada sumando a un título conocido otros de ínfimo interés que, sin embargo, costaban un pico por haber llegado a estrenarse en salas. Y esto se da también en las teles, claro, pero resulta más significativo cuando teoricamente juega una baza importante la capacidad del público para definir exitos y fracasos.
Al final es que es todo un poco mercadillo de más…
7. Escrito por michael
3/Mar/2012 a las 11:34 PM
Quizás fui un poco demasiado místico con la respuesta tan breve. Hablaba de las declaraciones alrededor de la conferencia, no de tus ruminaciones que siempre contienen alguna pista para acciones concretas. Lo que quise decir es precisamente que lo que falta, lo único que falta, es el espíritu emprendedor que se arriesga a probar algo nuevo, inventar una estructura nueva, o integrarse en algo más grande que el mercado español. Nada lo impide salvo la falta de ideas, porque lo demás, incluso los contactos necesarios, existen….
8. Escrito por Javier Meléndez Martín
4/Mar/2012 a las 1:05 PM
Buenos días, Gonzalo,
Se habla de reformas en la financiación del cine español vía Estado y mecenazgo, y se habla de nuevas formas de comercialización, sin embargo, no se habla de lo más básico, del contenido o para especificar: el guión.
Es lamentable algunos de los últimos éxitos comerciales y artísticos del cine español, tengan guionistas norteamericanos. Y los poquitos talentos en al área de la dirección se marchan a USA, donde se proveen de guiones USA. Los directores franceses en Hollywood no les importa trabajar allí o en su país. Pero hay una generación de jóvenes cineastas y creadores que quieren huir de aquí. Tengo alumnos y conocidos que lo tienen como único sueño. ¿Por la crisis? No, porque no sienten que el cine de aquí les de oportunidades.
Convendría hacer una reforma de abajo arriba: cómo se eligen las historias, qué canales hay para acceder a las productoras, cómo se trabajan (no de una semana para otra), cómo se hacen las revisiones, se cuenta con un analista cualificado (no un joven recién licenciado sin experiencia ni criterio). En fin: profesionalidad. Es una industria, ¿no? Quien quiera hacer arte puede escribir una novela o pintar, actividades elevadas, pero que no requieren de 4 millones de euros.
Estamos en un momento en el que debemos pensar qué hacemos. Por un lado el cine académico que no interesa a la mayoría de los espectadores, y el cine casposo denostado por la gran masa, aunque en ocasiones taquillero. Ni lo uno, ni lo otros. Necesitamos cine comercial de calidad: no renunciemos a nuestra esencia, pero no dejemos de hacer las películas bien, como las demanda el público. Ni aburrir a las ovejas ni tirar por el camino supuestamente fácil de tetas y caca.
Pensemos QUÉ PODEMOS VENDER antes que BUSCAR TIENDAS. Si tenemos un buen vino, será fácil venderlo en cualquier establecimiento.
Siento si me he salido del tema, Gonzalo.
¡Saludos!
9. Escrito por Gonzalo Martín
4/Mar/2012 a las 3:11 PM
Tocas un tema muy interesante el del tema del talento: cada vez se ve más que la gente con interés y talento verdadero se va a Hollywood. Es lógico: la nueva generación pasa del cine que busca, ha buscado y hecho la generación que controla el sistema de ayudas y lo que le gusta es el cine grande. Así que, en cuento pueden, a volar. Lo asombroso es que puedan. El otro día me enteré que un director español (hermano de un compañero mío ¡del colegio!) acaba de entrar en el club de Ari Emanuel.
Yo creo que hay que verlo también como una consecuencia del entretenimiento globalizado. Hollywood es el centro y absorbe el mejor talento mundial. Es lógico: el éxito es escaso, la diferencia entre oficio y brillantez dura de conseguir… los que tienen el dinero chupan de todo. Si, encima, pueden usar las nacionalidades para computar en sistemas de ayudas para recaudar soft-money en producciones “independienes” (las de los Weinstein, los Summit, Relativity, etc.) pues ya tienes un estado perfecto para atraer la importación.
Lo de elgir historias y tal y tal… ¿se llama gente que se juega su dinero en el mercado? Pero si solo es nuestro mercado… es tan pequeño.
10. Escrito por michael
4/Mar/2012 a las 4:28 PM
“…si solo es nuestro mercado… es tan pequeño…”
Y precisamente por ser tan “pequeño” (y “controlable”) y tan bien posicionado entre su pasado y el presente para establecerse como una industria mixta global-local, creo que se desperdician oportunidades, grandes y pequeñas. Lo que dice Javier sobre las ideas, los argumentos, los guiones, es a lo que iba en el primer comentario. Hay un camino entre lo académico y lo casposo, que interesaría tanto en el mercado global y el local, las cifras lo demuestran. Pero es precisamente la búsqueda de esa vía que es apartado siempre del eterno “diálogo” sobre el futuro del cine español…. otro misterio. Leyendo tus análisis puntuales como un texto continuo, Gonzalo, una de las cosas que me ha interesado es que la mayoría de las veces, ese tema subyace lo que dices explícitamente.
11. Escrito por Gonzalo Martín
5/Mar/2012 a las 2:01 AM
Es que este tema… el mundo es global. Y el entretenimiento global es, ante todo, un negocio americano. Hay cuatro o cinco entornos emergentes capaces por tamaño linguístico y cultural de poder crear un espacio propio. En lo que llamamos cine, porque en televisión hace mucho que es mucho más local: esos espacios son el chino/asiático (China, Korea, Japón y Vietnam, con salidas a HongKong y Singapur), el árabe (con dinero del golfo extendido a El Cairo y Líbano), el portugués de Brasil con influencia en América Latina y La India, a la que se han ido todas las majors. El español (en plan grande) sólo va a poder ser una parte del anglo de Estados Unidos, con cruces norte y sur. Los rusos, no se sabe aún, pero el entorno eslavo da para mucho, y eso que les encantan las novelas latinas. Si quieres hacer política industrial en ese entorno ¿qué tienes que hacer? Pues tienes que poder concentrar aquí los capitales para controlar los productos que van a tus áreas de mercado y dejarte de identidades culturales, eso queda para la política de mecenazgo real, para las creaciones indies y minoritarias. Pero, hoy por hoy, y salvo en La India, lo que más gusta en todo el mundo, está pensado en algún lugar de Los Ángeles, algunas veces en Nueva York. Aunque sea con dinero de fondos de Luxemburgo, desgravaciones alemanas o minusvalías británicas. Todo el mundo quiere un James Bond en su vida, que eso es negocio. Pa Negre es una anécdota que, en el fondo, no nos interesa ni aquí. Dicho con todo respeto a sus creadores y a los votantes de la Academia, que tienen sus queridas.
12. Escrito por Gonzalo Martín
5/Mar/2012 a las 2:06 AM
Y seguramente, por mi crudeza comercial, seguramente me contradigo o puede parecerlo: defiendo que se deje actuar a la tecnología para que el pequeño se empodere y encuentre su espacio.Pero ese empoderamiento vale para cualquiera. Y ese es el nudo de la cuestión: la tecnología permite o puede permitir salir de un mercado que es plenamente regulado y repleto de barreras de entrada que controlan unos pocos. Esos pocos prolongan una situación: el cine es de unos, la televisión de quien tiene el privilegio de una licencia. Y no cabe nadie más. La red permite que el talento (creador y marketiniano, el que sabe crear una comunidad y hacerla grande) realice su proyecto por sí mismo (y su esfuerzo, nunca pequeño) sin que alguien le diga no me gusta tu guión. Facil no es, pero es que ahora tampoco. En realidad, es mucho más difícil.
13. Escrito por Fernando Hugo
9/Mar/2012 a las 7:40 PM
Hombre, tengo que disentir de lo que comenta Javier. Que muchos directores se vayan a USA no implica que esos sean los mejores. He tenido la oportunidad de ver las películas que han realizado allí esas supuestas promesas, y, la verdad, se les puede envidiar pero no envidiarles el talento. Hollywood, más que el posible talento, lo que reconoce son directores (que no guionistas, por cierto, salvo algún caso) de muchos otros países, que les puedan resolver una película muy muy muy barata, y así equilibrar con la producción de blockbusters. De hecho, dichos directores españoles en USA reciben guiones ajenos (no particularmente excepcionales) y se pliegan a las condiciones de la industria. Lo cual es estupendo, porque desde luego pueden vivir de su trabajo (cosa que en España es complicado). Pero en ese caso no hablamos de talento creativo, sino de profesionalidad. Son gente que resuelve.
Por supuesto, es cuestión subjetiva.
Por otra parte, una industria, en cuanto que funcionamiento privado, no puede reformarse ni renovarse desde el Estado. Las productoras seguirán con sus métodos (buenos o malos; más bien lo segundo) para encontrar historias.
Tal vez, y digo sólo tal vez, cuando las cosas cambien, si es que cambian y veremos cómo cambian (ya se ve que matizo mucho, yo), y las productoras españolas tengan que enfrentarse al mercado con las espaldas menos cubiertas (no hay duda de que un argumento rotundo contra las subvenciones es la de que te vuelve menos competitivo), quizá acudan y deleguen en gente que sabe.
Es decir, que, como en USA, pero supongo que también en UK, o Francia o Alemania, una productora no dependa de un gestor solamente, sino que dicho señor o señora sepa delegar en cuestiones que no conozca: llámese marketing, llámese narrativa, llámese guión…
Pero me da que ésta es una lacra de mucho empresariado español (al menos de cierta edad): la del gestor que quiere controlarlo todo, y que no desea tener a su cargo, aunque le convenga, gente que sepa de otros campos más que él.
Por otro lado, no confundamos. Que un director o un guión o una película tengan éxito no significa más que eso. No implica mayor calidad o profesionalidad. Igual que lo contrario: una obra de autor que no vea nadie no implica que sea una obra maestra.
Esto, Javier, imagino que será complicado que lo asuman tus alumnos (me cuesta asumirlo hasta a mi), pero aspirar a tener éxito y aspirar a hacer las cosas bien son dos cosas bien distintas.
14. Escrito por Fernando Hugo
9/Mar/2012 a las 7:49 PM
Y lo curioso, ahora que pienso, es aunque cambiara el paradigma, y llegáramos a eso que Gonzalo denomina “empoderamiento individual”, el hecho, crudo, que yo mencionaba, no cambiaría en mucho.
Que uno escriba el mejor guión, la mejor webserie, el mejor documental de los últimos años no significará nada si, en ese futuro posible, no tienes a cierta legión de espectadores/mecenas (porque creo que Gonzalo ya habló en otro post sobre si “mecenas” podría o no aplicarse a este caso) que pulse “me gusta” o ponga su contribución.
¿Será El Cosmonauta una buena película? Tendremos que verla. Pero que su propuesta sea novedosa le da rango de especificidad, y siempre tuvo ese elemento precisamente de “novedad” que ha convencido a tantos ( a mí incluido, puesto que cuando necesitaron dinero extra por un problema que les surgió, y pidieron ayuda, yo colaboré.
La duda que ya les planteé en algún tweet es ¿el próximo proyecto crowdfunding tendrá tanto recorrido, cuando ya se ha disipado el elemento de novedad? ¿Cuánto tiempo necesitará el próximo director o guionista que idee algo similar para recoger suficiente dinero para rodar? ¿Y, durante ese tiempo, de qué va a vivir?
Si cambia el paradigma, cambiarán muchas cosas. Otras seguirán igual. Calidad y éxito a veces se emparejan y a veces no. Si mañana surgiera un nuevo Almodóvar, sólo serán una serie de azares y contextos los que harán que ese chico o chica con talento alcance ese público fiel del manchego y ese prestigio crítico (en el mundo, que no tanto en España).
La ficción siempre depende del público, y, me temo, que con el nuevo paradigma, esto será aún más claro. Dudo, mucho, que alguien que quiera vivir de esto pueda seguir ese consejo tan famoso del guionista de The Wire: que se joda la audiencia.
15. Escrito por Gonzalo Martín
9/Mar/2012 a las 7:56 PM
Hombre, yo no minusvaloraría el trabajo de esos directores: sí tienen talento creativo y sí se espera de ellos. Claro que hay reglas de la industria, porque te contratan para un objetivo, como cuando contratan a un director para un spot publicitario. Quiero un tío que me lo haga no resolviendo, sino genial. Lo que pasa es que no se tiene que olvidar de que el spot es para vender coches, que yo no vendo galletas ni explico la condición del alma. Llevado a la peli, tiene necesariamente que gustar. Eso no es solo profesionalidad. Y, si das en el clavo, encima compras libertad para la siguiente.
Que el guión sea de otro es lo normal en lo industrial: Scorsese no escribe sus guiones aunque partiicpe en el proceso. Se llama industria y él sabe que hay escritores. Spielberg hace guiones de otros, aunque los encargue él. En Europa hemos mitificado al “autor” que dirige, escribe y es muy personal y tal y tal. Pues Hitchcock también hacía guiones de otros… y se dice que rodaba para que no le pudieran cambiar el montaje.
Por otro lado, las “películas baratas” son de 20 millones, lo que comparado con trabajar aquí es un sueño, porque se nota en los medios, los sueldos y en casi todo. Son las películas que hacen los Summit et al que tienen pacto con los estudios para distribuir entre blockbusters sí, pero tienen que poder recaudar. Y ese es el hueco donde se meten los Weinstein, sin ir mas lejos.
16. Escrito por Fernando Hugo
10/Mar/2012 a las 10:39 AM
Yo no desprecio las reglas del juego (de la industria), ojo. Grandes pelis se han hecho dentro de ellas. Tampoco me iba al extremo de la autoría que, sin duda, está muy mitificada.
Me refería a que no controlan el producto que pretenden realizar. Lo cual tampoco es un drama. Hombre, yo daba mi juicio, que sólo tiene el peso que tenga, y hablaba de las pelis que he visto de esos directores españoles en USA. No son gran cosa, pero ya digo que desde mi punto de vista.
Ah, y qué va, ni siquiera llegan a 20 millones. Menos una excepción, son todas mucho más baratas. Hasta de 4 millones se ha hecho alguna.
Ahora ando con prisa, pero luego te pongo los enlaces imdb.
Pero oye, que es estupendo que se marchen fuera, y así tengan más trabajo, y mejores salarios, y más medios. Es estupendo.
Me refería a que, en contra de lo que los alumnos de Javier puedan suponer, irse allí no es la panacea de la libertad creativa; en todo caso, lo es un sentido de tener más carga de trabajo.
17. Escrito por Gonzalo Martín
10/Mar/2012 a las 10:43 AM
Bueno, eso es cierto. Pero cuatro ya es más que la media de aquí, te permite ser visto, etc. Y, sí es cierto, pero es que la libertad creativa es un poco mito también. En un sistema como el europeo, que lo confía todo a la idea de que existe un autor, pues parece que la hay, ¿pero no son las reglas de subvenciones un límite a la libertad creativa? No te cuento en coproduccion. El problema es que el alumno crea que en una forma de expresión que hay que hacer con el dinero de otro, existe tal cosa a priori. Y eso vale para todos los territorios.
18. Escrito por michael
10/Mar/2012 a las 8:23 PM
“…No te cuento en coproduccion….” Lo irónico es que la coproducción era la vía por la que se hubiera podido, a partir de los años ´80, mantener la actividad cinematográfica internacional en España de épocas anteriores y la perspectiva “industrial” (que hubiera implicado muchas posibilidades, tanto nacionales e internacionales para el productor, guionista, director o técnico individual). Hubo gente que lo intentó. Y otra, que la cargó….
19. Escrito por Gonzalo Martín
10/Mar/2012 a las 8:50 PM
Pero es que el reglamento de coproducción es todo un entramado legal para que los americanos hagan películas con tu dinero, en vez de ser un sistema para ampliar mercados. Toda la legislación está orientada a que el productor produzca (me busco un argentino, sumo ayudas y tengo peli; el se queda con lo de allí, yo con lo de aquí y hala) y no a que el productor encuentre mercados. Todo esto es sutil, pero se trata de qué incentiva la legislación y qué no premia.
20. Escrito por Fernando Hugo
10/Mar/2012 a las 10:17 PM
Cierto. La libertad creativa es, en parte, un mito. Pero, con sus matices diferenciadores, las presiones del elemento industrial y comercial siempre estará, aquí o allí.
A Rodrigo Cortés le cambian el final de Luces Rojas, y a los guionistas de una serie de Telecinco le imponen un tipo de tramas. A nivel de guión (no ya de dirección), los límites son parecidos.
Ahora bien, siempre tendrás, si eres director (porque eso es otra; un guionista es improbable que emigre; escribir en español y hacerlo bien ya es bastante complicado, no digamos en otra lengua) es cierto que tienes más proyectos, más donde elegir.
21. Escrito por michael
10/Mar/2012 a las 10:43 PM
Gonzalo, no defiendo para nada el proceso de coproducción tal y como define la legislación actual, o como existía hace 15 años tampoco. He pasado por ese calvario. Hablo teóricamente, de lo que podría haber sido. Y que no fue… cosa que no quita que dentro de la industria española, había gente que pensaba, que planificaba, que veía lo que tenía pasar entonces para que 10 años más tarde…. Pero todo en vano. (Y por supuesto que no hablo de mi mismo…)
22. Pingback por Bocados de Actualidad (146º) | Versvs
11/Mar/2012 a las 12:14 PM
[…] tras 7 años y, sin más dilación, les dejo con una buena colección de lecturas dominicales. Gonzalo Martín y la siempre prometida (nunca llevada a cabo) reforma del sistema de incentivos al cine […]