«La carga de la prueba recae en aquellos que quieren el monopolio, no en lo que los queremos eliminar». La sentencia de Jesús Fernández-Villaverde en Nada es Gratis es, esencialmente el nudo de la cuestión sobre la propiedad intelectual: se tiene que demostrar que la cultura y la innovación no existiría sin ella y no lo contrario porque no es una propiedad tal y como se quiere presentar por la conspiración por el sostenimiento de privilegios comerciales. Hay una segunda sentencia mucho más importante para el contexto en el que estamos: «Son los defensores del sistema actual los que están en minoría en el mundo académico. Se aferran a una concepción anticuada de la innovación y lo que es peor, ni saben historia económica ni entienden los problemas de incentivos existentes». Un servidor ha insistido muchísimas veces en lo desenfocado del debate de la propiedad intelectual y cree dos cosas que no son de las que gustan: una, el debate de los líderes de opinión de la red anda más perdido que un pulpo en un garaje sobre los límites de lo gratis y las creative commons y, dos, que es tiempo de sacar a los abogados de esta discusión y dejarla en manos de economistas y filósofos. La contaminación de las prácticas mercantiles por la existencia de toda una estructura institucional y empresarial organizada en torno a la gestión de un monopolio es tal que pensar que se puede vivir de otra forma y asumir los costes de adaptación es una proeza bastante reseñable. Por eso los medios llaman a abogados a discutir y – lo sepan o no – a adoctrinar, cuando no se trata de saber lo que dice la ley, sino si la ley sirve o si tiene que ser diferente o, por qué no, inexistente. En otras palabras: que si el abogado dice que es ilegal, es irrelevante. Se trata de saber cómo se incentiva mejor la creación y la innovación por sí mismas, y no si sirve para que los dueños de videoclubs y editoriales se ganen la vida. (P.S.: ¿Y qué dirá Wert?)
25 marzo, 2012 5:31 AM
1. Escrito por pululante
25/Mar/2012 a las 10:47 AM
En realidad Jesús Fernández Villaverdez no se declara libertario, ni de sus artículos se desprende que lo sea.
En cualquier caso, totalmente de acuerdo con su artículo y tus comentarios.
¡¡70 años después de muerto el autor!! ¿Qué es lo que incentiva eso a la creación?
2. Escrito por Gonzalo Martín
25/Mar/2012 a las 1:20 PM
Efectivamente, de ahí la cursiva. La cuestión libertaria tiene que ver con el enlace sobre Wert, quién sí considera que la cuestión de la revisión de la propiedad intelectual es cosa de libertarios algo que, por otro lado, tampoco veo como un desdoro sino más bien resulta un elogio.
3. Escrito por pululante
25/Mar/2012 a las 7:02 PM
Gracias por la aclaración. Saludos
4. Pingback por Bocados de Actualidad (147º) | Versvs
1/Abr/2012 a las 1:56 PM
[…] Pulsiones y cuando no todo el que se opone a los monopolios intelectuales es un libertario. ¿Qué dira Wert? Una ronda concisa, pero aún provechosa. Aprovecho para recordar que cada día voy dejando enlaces en mis marcadores (aquí tienen el feed para leerlos como más os guste). Recuerden también que pueden usar los comentarios a este post para dejar cualquier enlace interesante que se me haya pasado comentar. […]
5. Escrito por Juan Carlos Álvarez
26/Abr/2012 a las 7:13 PM
De acuerdo con casi todo, excepto con sacar a todos los abogados del tema de discusión. Algunos abogados les decimos a los clientes que aunque esto es lo que te dice la ley deben revisar su modelo de negocio, porque no se puede luchar con herramientas jurídicas de hace siglos cuando la sociedad y la tecnología van por otro lado. Creo que podemos innovar desde el derecho. La GPL es una innovación jurídica (vale, no inventada por un jurista ;S )
6. Escrito por Gonzalo Martín
26/Abr/2012 a las 7:19 PM
Gracias, Juan Carlos. Sí, efectivamente, no se trata de excluir: lo que quiero decir es que el debate público de los medios incorpora a los abogados para defender (o explicar) el derecho vigente. Y eso nos lleva a un debate sobre la legalidad de determinados actos en vez de sentarse a pensar qué ley. Y ahí, el debate es abierto, el abogado aporta experiencia técnica en cómo resolver la aspiración social. Lo más interesante es que casi todos los abogados te confiesan en privado las perversiones del sistema. Y estarás conmigo en que el aire fresco va a venir por otros oficios: la gente cree que es un tema estrictamente legal. La GPL es una innovación jurídica para sortear un marco legal que no se quiere reformar. Muchísimas gracias por tu comentario.