The Economist explica en un artículo de esta semana tanto la polémica sobre si Google debe pagar por indexar noticias como el número de acciones emprendidas para que lo haga. Primera cuestión interesante, es que lo califica como lo que es: una nueva extensión del copyright. La segunda es que, aunque los periódicos cobraran por ello, el dinero recibido no bastaría para recuperar las caídas de ingresos debidas a la digitalización. Y la tercera y casi más importante, es que no duda en describir este movimiento no como un problema de derechos, sino como el problema de la decadencia de los medios tradicionales. Una y otra vez las evidencias de que el sistema legal de protección de obras e invenciones se configura ante todo como un sistema para impedir la competencia y no en un incentivo para crear o inventar moran por doquier. En la cuestión de las patentes la obscenidad se está volviendo truculenta: uno, dos y tres ejemplos de esta semana.
9 noviembre, 2012 12:24 PM