Ésta es una nota divagativa y especulativa. De verano, vamos. En sub-genre publican un artículo que titulan Transmedia: por qué no lo compro. Como un servidor ha publicado muchas cosas sobre la palabreja – hasta del cansancio sobre la palabreja – y ha sido llamado por bastante sitios para hablar sobre este asunto de trascendencia aún por determinar, parecerá que me traiciono a mi mismo. Pero no. Porque el señor autor de su no compro resume bien cosas que creo haber dicho de otra manera y que resume muy bien todo el desquiciamiento de los miles de intrépidos autores/creadores que ansían, como en el éxodo, un maná que les lleve a un nirvana creativo financiado por los demás. Lo aclaro: lo que resume es lo que hay que hacer si quieres hacer eso y que es de una vulgaridad sencillamente maravillosa, por oponerlo a obsesionarse con crear mundos y universos y plataformas de extensión narrativa. Dice: “céntrate en construir lentamente y con dolor tu base de fans.” Lentamente y con dolor, es decir, como toda la vida con la única y trascendente diferencia de que no hay que esperar a que lo decida un ejecutivo de tele o un funcionario. Y añade que aprendas y copies de lo que hacen las estrellas de YouTube – oh, anatema – a lo que puedo añadir yo – oh, nauseabundo individuo – que también se copie lo que hacen los tipos y tipas más listos del porno. Quítesele lo de base de fans, llámele audiencia (que sí, que ahora no es pasiva y todo eso) y hay que fijarse lo sencillo que es. Buena suerte en todo caso. (PD: dice este señor, no da fuente pero en algún lado debe estar, que cada año se envían 40.000 títulos a festivales: el que se siga preguntando dónde está la piedra filosofal para hacer su peliculita y se siga quejando de la muerte de la cultura es que no se ha enterado de nada).