Pedro Jiménez nos recuerda todos los años que el uno de enero recién terminado es el día del dominio público y aprovecha para recordarnos qué derechos destacados vencen. Si le unen esta historia que publican en El Diario sobre Qué Bello Es Vivir y este otro relato de Versvs sobre la mutación cinematográfica de Sherlock Holmes en el día que vencen los derechos de Conan Doyle, comprenderemos que la propiedad intelectual como está formulada está frenando la creación en muchísimos aspectos. Pero al tiempo que se produce este fenómeno, la persecución de la piratería en China (Baidu, condenada) está haciendo que la industria de televisión norteamericana monetice sus series a pasos más veloces de lo esperado. La competición cultural entre China y Occidente (Shall I say the U.S.?) se hace cada vez más interesante.
2 enero, 2014 12:10 PM
1. Escrito por Iván Fanego
2/Ene/2014 a las 3:05 PM
Ayer o anteayer leía algo sobre Star Wars: si Lucas hubiera podido adquirir los derechos de Flash Gordon habría hecho una película sobre… Flash Gordon. Como no pudo, se inspiró en esa y muchas otras obras y parió Star Wars. Que puede gustar más o menos, pero fue algo nuevo y supuso “un soplo de aire fresco”.
Justo acababa de leer el post de Versvs y me acordé de esta pequeña anécdota, pero al leer el tuyo no pude resistirme a comentar: no es sensato que obras de autores muertos hace decenios estén bloqueadas por derechos absurdos, pero quizá veamos una avalancha de Holmes revitalizados en lugar de nuevas propuestas.
Vamos, que la propiedad intelectual (hablando de entornos de ocio) puede limitar en algunos aspectos la creatividad, pero tampoco es tan dramático: al fin y al cabo siempre hay huecos para reinventar y crear propuestas nuevas.
P.d.: No me crucifiques, talibán! Que solo digo que no el mundo no cambiaría tanto.
2. Escrito por Gonzalo Martín
2/Ene/2014 a las 3:19 PM
No te crucifico, es que simplemente te faltan variables. Pero, lo tengo simple: si no cambiaría tanto (como dices), entonces no hace falta. Todo lo que no es tradición, es plagio, recuerda. Disney cogió a Pinocho del dominio público y lo que hizo lo dejó bloqueado 99 años. Dime tu si es justo. Tampoco se puede saber qué hubiera hecho Lucas con Flash Gordon (historia esa, la de la compra fallida, que no he oído en ningún sitio, pero pudo ser cierta, seguramente porque no tenía dinero bastante que suele ser la razón, lo que nos lleva a más complicaciones). Yo creo que sí cambiaría: porque tu argumento contiene un problema. Cuando todo el mundo se pone a revisar sin introducir nada nuevo, no hay diferenciación y, por tanto, se ha de acelerar la innovación para poder tener una ventaja (para la posteridad o la monetización). El resultado es el opuesto al que planteas: se aceleraría la creación, que es el obejtivo declarado de la propiedad intelectual, estimular la creación y la innovación.
3. Escrito por Iván Fanego
2/Ene/2014 a las 4:45 PM
Exacto, no creo que sea tan necesaria como dicen. Y que los empeñados en protegerse pierden tiempo con algo que no es tan importante. Si justo lo que decía es que al final todo es plagio, como dices tú: Disney es el mejor ejemplo, pero aplica a juegos o cualquier cosa.
Lo de Pinocho clama al cielo, como lo de los 7 enanitos (pero mira tú que no ha dado lugar a bromas buenas)
4. Escrito por Jose Alcántara
2/Ene/2014 a las 6:15 PM
Pues sólo ahora, hechos los deberes del primer día de curro del año, puedo venir a comentar.
Aquí el tema es que para «preservar la creación respetando el derecho (exclusivo) del artista a explotar comercialmente su obra» estamos defendiendo la posibilidad de crear de ¿personas que llevan 70 años muertas? Y mientras tanto, poniéndole piedras a la creación artística/cultural de los vivos, en nombre de la salud de esa misma creación artística/cultural que estamos dificultando.
Recomiendo la lectura del post de Jorge de Soto en su blog para tomar un poco de conciencia de la cantidad de trabas sin sentido a las que sometemos a los vivos en nombre de defender la capacidad para seguir creando de los muertos.
5. Escrito por Gonzalo Martín
2/Ene/2014 a las 6:22 PM
Pero no sólo es de los muertos impidiendo a los vivos, es el mantenimiento de estructuras administrativas imposibles de gestionar por la cantidad de usos restringidos y de participantes en el proceso. Es como lo de los derechos de las editoras musicales por no hacer verdaderamente nada.
6. Escrito por Jose Alcántara
2/Ene/2014 a las 6:34 PM
Mi caso preferido en términos musicales, y mira que hay donde elegir…, es el de las partituras. Mozart lleva muerto un puñado de siglos, pero eso no importa, porque Editorial S.A. edita una obra derivada (el libro de partituras) y le calza una restricción de copia que durará hasta que la comisión Sinde decida (esto es, hasta el infinito y más allá, y espero que usar esta frase esté exento de canon…).
Por supuesto, el caso habitual (desde gestoras tipo SGAE, CEDRO, … a macrocorporaciones que llevan 20 años sin adaptar su modelo de negocio a lo que venía) también es de mis preferidos. Pero sobre ese habla todo el mundo… Lo cierto es que es igual de complicado acceder a una partitura libre de Beethoven que al último disco de Madonna, pero Beethoven lleva siglos criando malvas.
7. Escrito por Gonzalo Martín
3/Ene/2014 a las 9:17 PM
Mirad qué interesante: en Estados Unidos la universidad de Duke se dedica a compilar todo lo que no pasa a Dominio Público y en el resto del mundo… sí. Es dantesco y deja tan evidencia el sistema de copyright que…
8. Escrito por Gonzalo Martín
9/Feb/2014 a las 3:15 PM
Un acontecimiento interesante que sucede tras el paso a dominio público de Sherlock Holmes: “Los propietarios de los derechos de autor apuestan por registrar como marca algún elemento distintivo, como el nombre de los personajes, para contrarrestar la pérdida económica cuando caduca la protección de la obra.” Es decir: si la razón del monopolio sobre la obra es retribuir al creador e impulsar que haya más obras ¿por qué el sistema permite agujeros jurídicos para hacer seguir viviendo a generaciones posteriores que no crean nada? La imagen del señorito del cortijo que no trabaja durante generaciones condenando a pobreza y ausencia de oportunidades al labrador y sus hijos en entornos donde la movilidad social no es posible no deja de venir a la mente. Y esa es la cuestión final: el modelo genera desincentivos a la creación al generar rentistas que tratan de no producir ni crear nada nuevo.
9. Pingback por Cajón semanal de enlaces nº21 | Periferia Digital
4/Ene/2014 a las 7:37 AM
[…] Del día del dominio público a la pugna por la piratería en China | Gonzalo Martín […]