Pedro Jiménez nos recuerda todos los años que el uno de enero recién terminado es el día del dominio público y aprovecha para recordarnos qué derechos destacados vencen. Si le unen esta historia que publican en El Diario sobre Qué Bello Es Vivir y este otro relato de Versvs sobre la mutación cinematográfica de Sherlock Holmes en el día que vencen los derechos de Conan Doyle, comprenderemos que la propiedad intelectual como está formulada está frenando la creación en muchísimos aspectos. Pero al tiempo que se produce este fenómeno, la persecución de la piratería en China (Baidu, condenada) está haciendo que la industria de televisión norteamericana monetice sus series a pasos más veloces de lo esperado. La competición cultural entre China y Occidente (Shall I say the U.S.?) se hace cada vez más interesante.
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Siempre se ha dicho que la compra de Columbia por Sony no fue lo que se esperaba. El poder emergente de China se traslada, claro que sí, al audiovisual. El título se corresponde con un análisis que efectúa Hollywood Reporter completísimo sobre la cuestión y que recomiendo leer. Tanto por las razones para que ocurra como para que no ocurra. Pero el sustrato subyacente es de lo más interesante: un país inmenso en población y cada vez de mayor riqueza con aspiraciones globales y que seguro, seguro, que desea influencia cultural, eso del soft-power. Mientras, lo mejor del talento español se integra – yo creo que a pesar del diseño del sistema – en los mecanismos del entretenimiento global. Y con la asignatura pendiente de entender las realidades del primer mercado del mundo (Oh, wait, en China también pasan cosas sorprendentes: ¿alguien ve oportunidad?).
Desde la Casa Blanca a la MPAA se saluda con enorme entusiasmo el acuerdo por el cual las películas norteamericanas tendrán más ingresos y más oportunidades de exhibirse: se aumenta el número de películas del limitado cupo que podían llegar a las pantallas chinas. Parece que cobrarán más dinero por ellas. Teniendo en cuenta el férreo control de la distribución que tienen los chinos – pagando a Hollywood con su moneda – y las frustraciones que se han llevado los estadounidenses por piratería, fracasos en la creación de circuitos de salas y por la liquidación que reciben de sus películas, no suena mal aunque no parece que se abra mucho la mano. La realidad es que, como suele ocurrir, las películas americanas son las más vistas por los chinos a pesar de que su número de títulos es anormalmente reducido. Uno cree que los chinos van a tratar de seguir construyendo su industria de entretenimiento con la mirada puesta en la creación de soft-power local, regional y mundial y que regalos no van a hacer. Es curioso que los medios oficiales chinos en inglés y castellano no dicen nada del acuerdo, y mira que le dedican espacio a la visita del dirigente chino en cuestión al tiempo que sí le dedican cariño a su visita a los Lakers. Lo seguiré en los próximos días a ver la diferencia de relato que hace cada parte. Aportaciones de conocedores de la zona son bienvenidas.
Unas declaraciones recientes de Juca Ferreira, el último ministro de cultura del gobierno de Lula Da Silva en Brasil sugieren un intento de crear un mercado latinoamericano de cine. La información, propagada por la agencia EFE y que aparece en multitud de diarios latinoamericanos, no da muchos detalles de si son intenciones reales o meras propuestas intelectuales. Pero es interesante. En realidad, todo parte de la conocida queja por la escasez de espacio de las cinematografías locales frente a la producción norteamericana. Aquí debe leerse la producción norteamericana para el mercado de masas, no otras cosas más elaboradas. Una mirada a las cuotas de mercado de cada país corroboraría la cuestión de la misma forma que en España. Sin duda, esta idea de mercado único es atractiva y comercialmente de interés pero, en mi opinión, además de los conocidos problemas de falta de distribución, matices linguísticos o renta per cápita hay que lidiar con ciertos aspectos de la realidad: el hecho es que a la gente le gusta Hollywood y que si bien lo local compite bien cuando tiene la oportunidad (televisión) la orientación de las políticas cinematográficas nacionales es, en general, identitaria y condicionada por la preferencia del concepto de cine de autor. Una mirada a la reforma del INCAA argentino es una buena piedra de toque: la burocracia extraordinaria y la complejidad institucional que están teniendo que desarrollar para evitar la corrupción es deliciosa de leer. Me recuerda a algo cercano. Las películas que se hacen, al final, las decide un comité que pasa a otra instancia y se forma con estos y con aquellos… El mercado real, quedará lejos. El incentivo para abrir mercados, también. En realidad, uno cree que sólo una alineación de políticas de incentivo fiscal (como la brasileña o la mexicana) reduciendo dependencias de los territorios y que eso sea abrazado por compañías como Telefónica o América Movil, con intereses en todo el continente y que precisan vincularse a sus públicos en la nueva era de la comunicación, puede lograrlo. Si hay disrupción en la comunicación habrá que intentar algo diferente a lo que no ha funcionado, la protección de mercados y sus integrantes, y buscar entornos nuevos donde haya más espacio para competir. Pero ya se les ha metido Netflix. En China, mientras, el proteccionismo a ultranza (sólo 20 películas extranjeras al año) parece funcionarles para la conquista de mercados… en un movimiento que parece buscar el consumo de masas.
Dicen que será la primera película porno en el mundo estrenada en cines en estereoscopía: Sex and Zen, un título que tiene lo suyo. Creo que esto ya lo he oído antes. La película en cuestión es, en realidad, porno blando (¿erótica? ¿destape?) y está censurada en China continental. Así que los chinos están fletando viajes para verla en Hong-Kong y Taiwan, hay quien dice que están histéricos sobre la cuestión. Una cuestión familiar a la mitología del pasado celtibérico.
Contenido original para la web también desde grandes portales chinos
Comentarios desactivados en Contenido original para la web también desde grandes portales chinosDejar de depender de las estructuras reguladas tradicionales para la distribución de contenidos (televisión, salas de cine, cable y satélite) siempre ha sido el sueño del mundo web: el hecho de que los operadores online (Netflix, Hulu también) se estén lanzando a financiar contenido original para sus plataformas y la silenciosa mutación de Google y YouTube en financiadores y facilitadores de contenido original era esperable. Pinitos ha habido y hay en todas partes (también en España), pero quizá ahora está adquiriendo una tendencia sólida desde el corazón de la industria y no como experimentos. Intentando aprender de China – donde hay menos límites para todo – se anuncia la creación de lo que se denomina “producción más ambiciosa” para la web por parte de Youku, el YouTube chino sin los límites de espacio y derechos de YouTube. Se trata de una serie de animación continuidad de un corto anterior y cuyo trailer ya va por los doscientos mil visionados. Ciento cuatro episodios (¡dos años!) de siete minutos y que incluye el patrocinio de marcas como Chevrolet.
Una pregunta pertinente es cuánto se puede aprender de China
Comentarios desactivados en Una pregunta pertinente es cuánto se puede aprender de ChinaMe resulta fascinante la emergencia del mundo audiovisual chino desde todos los ángulos: comienza a llegar a Occidente un mundo independiente que aprovecha las tecnologías baratas y trabaja al margen de los canales oficiales, no sólo en la ficción sino en una producción documental que deja ver una mirada crítica del sistema chino además de optar por la osadía formal y pese a los obstáculos gubernamentales. Derivadamente, cómo ese mundo independiente encuentra espacios en la distribución online: veintiséis millones de visionados en internet de una pequeña producción indie en un mercado que tiende a la concentración. De nuevo, paralelismos con nuestras pesadillas locales (no somos los únicos): producción sin espacio en los cines y donde no todo, claro, son obras maestras. Es tan fácil técnicamente hablando producir hoy día que la estrechez de los canales tradicionales será cada día más insoportable para los creadores. En la mirada institucional a la distribución online sigue prevaleciendo la idea de ventana y no como canal natural para que el que lo quiera busque su audiencia. La pregunta es si la velocidad china y la ausencia de muchas estructuras del pasado serán las que inspiren las nuevas reglas del juego. De momento, Baidu, el Google chino, ha accedido a pagar compensaciones por las descargas de música. Y pretende hacerse con un buscador en inglés.
Los argumentos son similares a los de aquí: dar calidad – alta definición – a precios razonables y ofrecer salida a producciones que nunca llegan a las salas o que tienen un pasar, más que una explotación. A diferencia con nosotros, los cines chinos parecen estar llenos y ésta parece una forma de quitarles presión, lo que no deja de ser curioso. Una pregunta que no se hace China Business News – el autor de la nota – es si todos unidos no es algo extraño en términos competitivos. Sorprende más por el inmenso tamaño del mercado chino. A mí me parece que los proveedores locales españoles deberían jugar a ganar tamaño porque sospecho que esto será una liga europea, más que local. Comentarios sobre el asunto, bienvenidos.