Me escribió no hace mucho Alfred Sesma para anunciarme el lanzamiento de Toon a Ville, un encuentro sobre animación infantil con grandes ambiciones y que arranca hoy en Barcelona. Lo denominan edición teaser porque esperan que, en primavera, puedan alcanzar toda la potencia que se proponen. No obstante, la presencia de talento internacional es atractivísima, con el creador de Bob Esponja entre otros. Pero lo más interesante es lo subyacente. Alfred me honra al decirme que parte de las ideas que han empleado proceden de las conversaciones que hemos tenido, incluso de alguna presentación mía. Me explica así la filosofía del encuentro: «desarrollar un evento con capacidad real de generar un retorno objetivable y con capacidad para ser “puesto en el mercado”. En ese orden de cosas Toon a Ville aspira a ser un agregador de intereses que pivoten sobre dos marcos: la infancia y el ocio audiovisual. Por otro lado Toon a Ville se ha concentrado en desarrollar una marca que mediante su capacidad de generar visibilidad y valor actúe como preceptora del consumo audiovisual infantil.» Esa orientación al mercado, no sólo es estimulante, sino que parece que les da frutos: «La sorpresa agradable se ha producido en comprobar que quien ha reaccionado más positivamente a la propuesta ha sido justamente el sector privado… Esto nos estamos permitiendo el lujo de no tener que pedir permiso a las administraciones. Contamos con ellas pero como un “cliente” más y de hecho hemos constatado que este cambio de actitud da sus frutos. Ellos tienen sus objetivos y nosotros podemos ser el instrumento que los atienda con más eficiencia». Me lo tengo que perder, lamentablemente. Pero procuraré estar en primavera.
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Zemos es quien, desde luego a mi, me planteó por primera vez la cuestión de cómo debiera ser un festival (de cine, aunque por extensión de video, audiovisual o lo que sea ya esto) en la era de internet. Algunos twits cambiamos, algún mail o algo que Felipe y yo perdemos y encontramos de modo reiterado (estoy en fase de no encontrar). Después hubo una jornada de la Coordinadora de Festivales de Cine de Cataluña en la que me pidieron reflexionar sobre esta idea. También andaban por allí, claro, los Zemos. En algún lugar he metido la presentación, pero básicamente consistía en especular sobre los aspectos de comunidad que supone el conjunto de aficionados a un género o temática y mantener un vínculo permanente y no anual, la capacidad de crear redes de festivales más dinámicas en todo el mundo por las potencialidades de las herramientas de red y cooperación, y la amplificación de los aspectos creativos por la incorporación de creadores y público y la potencia de amplificar que tiene el directo por internet. El caso es que en Zemos este año nos cuentan que han asistido dos mil personas y que han servido cinco mil conexiones de streaming. Una pauta que cada vez se ve más para cualquier tipo de evento: ya no es lo que pasa en la fiesta, sino cuántos más participan. Seguro que se seguirá inventando.