Ya en la tercera línea del post en que Facebook explica la introducción de etiquetas (hashtags) para ordenar conversaciones en la red más ubicua, aparece la palabra televisión. Basta con contemplar la televisión convencional cada noche para observar que se ha convertido en un elemento central en la mal llamada televisión social (haciendo un reduccionismo algo extremo pero no descabellado, sería más correcto llamarlo televisión con twitter). Para Enrique Dans es un movimiento defensivo. Sin duda. Una pregunta que se abre es cuán trascendente es ésta cuestión defensiva por una pura cuestión de números: son muchos más los usuarios de Facebook que los de Twitter. Que la misma etiqueta sirva para seguir conversaciones en ambos mundos, parece indicar que veremos algo de enorme potencial en el juego de la televisión mainstream: más opciones, más datos, más alcance y probablemente mejores posibilidades de combinar estrategias de contenido – en Facebook – para los operadores televisivos. P.D.: al hilo del asunto de la televisión social, y para quién le interese, he subido las slides de una charla que dí sobre el tema compartiendo mesa con Jordi Guix hace pocos días en unas jornadas de la Fundación Audiovisual de Andalucía.
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¿Cambiarán los hashtags de Facebook la televisión “social”?
Comentarios desactivados en ¿Cambiarán los hashtags de Facebook la televisión “social”?Lecturas Interrumpidas (ii)
Comentarios desactivados en Lecturas Interrumpidas (ii)Cosas que se han quedado abiertas en el navegador y que no quiero olvidar. Merece la pena esta cita muy interesante de Kamal Bherwani sobre el negocio digital de la prensa que vale perfectamente y curiosamente para el cine local: «seguir apostando por el contenido de calidad, pensar en una audiencia global, entender mejor al consumidor y ganarse su lealtad, distribuir en varias plataformas y bajar los costes de producción». Tras el caso Sabadell, un signo más de la involucración de las marcas bancarias en contenidos propios con el anuncio de un programa de televisión para ING Direct quien, por cierto, también ha desarrollado blog propio dirigido al apoyo del ahorrador: una mezcla de medios muy interesante si la saben aprovechar. Por ejemplo, pueden explorar la vinculación entre actividad social y audiencia: un estudio de Nielsen encuentra correlaciones estadísticamente significativas entre el volumen del buzz y el incremento de audiencia con miradas curiosas: a dos semanas antes del episodio final de una serie, un 14% de incremento de las menciones en los sitios sociales proporciona un 1% más de audiencia. Estas cosas, acabarán siendo influidas por el propio experimento, sospecho. Y dos notas sobre conexión de televisores a la red: han estimado en un 25% del total de las ventas de televisores en 2012 con esa posibilidad y por otro lado nos dicen que son un tercio los que ya se venden con esa opción, que crece sin parar en EEUU. Eso sí, repletos de jardines cerrados. Lo mismo se podría aplicar, aunque no es lo mismo, la orden británica que impide llamar internet a las ofertas de operadores con servicios bloqueados.
Disculpen lo ampuloso del título – de ahí las comillas – pero, en cierta forma, las cuestiones que lancé a los panelistas que amablemente se sentaron conmigo esta semana en Ficod para hablar sobre este asunto iban dirigidas a ello. Voy a destacar el punto de vista de Saverio Modelli, CEO y fundador de Fav.tv: nos decía que añadir la etiqueta social pronto será un sinsentido porque el consumo de lo que llamamos televisión fluirá de modo natural a través de las herramientas de contacto personal. Agoranews lo entrevistó y explicó ampliamente en qué consiste su servicio. Eduardo Prádanos ha dado su explicación por escrito en Genbeta y Chema López ha hecho un buen resumen de lo que allí se habl´. Mi agradecimiento personal al resto de participantes, Diana Morales, Ignacio Gómez y Guillermo Christen.
En los albores de la nueva industria audiovisual no había día en que no recurriéramos al PVR (en realidad, a TiVO) como exponente máximo del fin de la publicidad as we know it: los espectadores odiábamos la publicidad y nos saltaríamos los anuncios, todo era cuestión de tiempo a medida que avanzaba la penetración en los hogares. Mirábamos cifras de EE.UU., del Reino Unido, de Alemania… se inventaban estrategias para que no se pasara el anuncio… TiVO aseguraba demostrar que la gente no veíamos la publicidad. Pero, al final, no parece que haya llegado el doomsday y, al igual que la interactividad no ha pasado y no está pasando en la TDT, en la segunda pantalla parece que sí. Que la gente mira a su ordenador en las pausas publicitarias, pasaba de ser una intuición a una realidad cierta gracias a los datos que generosamente Tuenti divulga. Que los usuarios de iPad los tienen en sus rodillas en el sofá, era otra intuición. Acaban de publicar un estudio que dicen que, de modo taxativo, quien tiene tableta (y smartphone) no ve los anuncios. Pero el spot no muere. ¿O sí?. ¿O solo será un poco? ¿O habrá que integrar spot, contenido original de marca y experiencia social?
La Escuela de Comunicación de Annenberg, en la vanguardia de casi todo, acaba de presentar su modelo de estimación de taquilla basado en twitter. Dicen que funciona. Si tiene o no que ver con lo que Hewlett Packard presentó hace un poco más de un año con conclusiones aparentemente similares, no queda aclarado (en esencia, que funciona, que funciona bien y que las regresiones cuanto más sencillas y con menos artificiosidades de análisis de sentimiento, mejor). Pero lo más interesante son dos cosas. La primera, la excelente visualización de los datos que presentan (con sentimiento incluído) que permite entender lo que ha pasado en el fin de semana perfectamente. La segunda, una tendencia que parece emerger: el poder de los medios sociales en tiempo real para conducir a los consumidores al producto audiovisual hacia su primera ventana, allá donde la máxima rentabilidad se decide. Esta es la estrategia para el prime-time, por ejemplo, de Play Television – la empresa de Globomedia – y es la pregunta que hay que hacerse en el cine: ¿viendo los primeros muestreos puede actuarse a nivel de comunicación sobre la marcha para reconducir mercados críticos y condicionar el último momento, la llegada a la sala? Recordemos que pueden organizarse geográficamente los twits. ¿Una técnica para paliar daños y para empujar todavía más los éxitos?
Hulu en Facebook… rememorando a Joost
Comentarios desactivados en Hulu en Facebook… rememorando a Joost[ACTUALIZACIÓN: Un pequeño accidente con mi teléfono móvil provocó que borrara el texto original. El post está reescrito enteramente nuevo] Hace pocas fechas Hulu anuncia como hito – the first-of-its-kind – una aplicación que permite estar viendo un programa, emocionarse con el contenido y automáticamente enviarlo a Facebook y permitir que los amigos comenten y hagan sus chascarrillos. Sin duda, el traslado de la charleta de lo que hace la televisión a las redes en tiempo real es un transformador del consumo, no digamos en la promoción del contenido y una gran esperanza para conducir al espectador allá donde el contenido se monetiza mejor. Pero no hay nada nuevo bajo el sol: el malogrado Joost ya realizó una aplicación interactiva con Coca-Cola que permitía seleccionar hasta varios segundos antes lo que estabas viendo y remitir automáticamente un mail con el clip a tus amigos y generar una conversación. Ya había Twitter, pero Facebook no era relevante. Dos sensaciones: una, que las novedades no siempre llegan en su verdadero momento y dos) que quizá merece la pena repasar el conjunto del espacio que Joost definió en su día para la televisión social, era muy atractivo y resulta, al menos de memoria, tremendamente contemporáneo.
No vamos a recriminar a un diario por buscar un titular que incite a la lectura, aunque luego apenas se hable del titular en sí mismo en al artículo, asumámoslo como gajes del imperfecto oficio de la prensa. Pero dice así: “Twitter pide paso a la televisión”. El subtítulo es tremendamente original: “las televisiones se apoyan en las redes sociales para diseñar contenidos”. Bueno, es el clásico reportaje en el que un medio generalista se presenta como descubridor de América y, en realidad, lo que hace es caerse del guindo. Con un batiburrillo de fuentes (no enlazadas) que consiste en testimonios seguramente tomados de publicaciones norteamericanas, viene a decir que las redes sociales se usan en la televisión y que, a lo que están, es a ver cómo se le saca dinero a eso. Bueno, los autores no debieron ver la toma de posesión de Obama en CNN apoyada en Facebook, no recordarán la creación del personaje y las votaciones para elegir a Chikilicuatre para Eurovisión, la red social que montó rtve para la última Olimpiada, no ven ninguna noche a Buenafuente, ni siquiera a El Hormiguero que es más temprano. O han hecho un poco de indagación para ver las experiencias, esta vez sí, con Twitter de Current TV y la propia CNN, casi desde la fundación del invento de las ciento cuarenta. Para la anécdota, ETB ensayó con Rubén los primeros envíos de Twitter a la televisión en España y Melchor Miralles no ha dejado de explicar a nadie su nominación a los Rose d’Or por Twision. Vamos, que es nuevo. Si es que nos piden que confiemos en su jerarquización profesional y rigurosa de las noticias.