Cómo piensan los creadores de Heroes la narrativa transmedia
En el texto que acompaña al vídeo se menciona a Star Wars, George Lucas y el caso Boba Fet, viniendo a concluir que es Lucas el mayor inventor de todo esto. Si usamos la cabeza un poco, a mí me parece sensato concluir que todo lo que teníamos que saber de transmedia está ya ahí con la epopeya galáctica y que el desarrollo de este tipo de productos, frente a lo que idea que nos flota en la cabeza, no reside tanto en los escritores de las historias como en el planteamiento industrial.
Me explico: cambiar de mentalidad a todo el sistema de producción es algo arduo, y decirle a tu guionista que piense en cómo estirar la historia por muchos medios pues es seguramente chocante frente a la rutina. Pero un equipo de escritores conectados a los fans de una historia en seguida encuentran los caminos para seguir haciendo lo que les gusta: contar historias. Queda, por supuesto, escribir bien para cada medio. No obstante, al final, estamos ante un problema industrial: tienen que existir recursos y flujos de retorno económico para cada medio o tener muy claro de qué forma la presencia en cada uno de ellos retroalimenta positivamente en términos de audiencia (o de caja, o de notoriedad de marca) el conjunto de la franquicia.
Tim Kring, el entrevistado en el vídeo y creador del show, acuña un término interesante para describir algo que siempre hemos comentado sobre el valor social de la televisión: social currency. La moneda social. Y la moneda social es el grado de profundidad y conocimiento de la historias que hace a un fan más poderoso que otro en el sublime momento del comentario en la cafetera de la oficina o el patio del colegio. Como siempre, nada nuevo bajo el sol, pero sí conceptualización de los ingredientes que necesitamos para fabricar productos transmedia, esos productos que flotan en el aire de distintos soportes y que son capaces de mantener la atención entre tiempos de producción y que viajan en el tiempo y entre territorios.
Es interesante atender a cómo crean una novela gráfica (a eso, en mi infancia, se le llamaban tebeos, luego cómics, ahora novelas gráficas: el ascenso de dignidad cultural) para cada episodio, que se cuelga en la web y que después se edita en libro. Me interesaría conocer cuánto es eso en términos de negocio y cuánto en términos de la creación de una ecología que genera la venta de bienes físicos, el lugar donde probablemente haya más margen. Es decir, si dando ese dinero social creamos más dinero en forma de billetes de una forma verdaderamente significativa. Cuando el éxito es éxito, probablemente sea, seguramente es, obvio. Y también es probable que querer llevar al extremo esta contabilidad sea inútil e imposible y tenga, como siempre en este negocio, márgenes amplísimos de zonas grises donde el azar y el misterio de lo que es artesanía prevalece sobre lo que las hojas de cálculo nos permiten hacer.
