La Nueva Industria Audiovisual

Fue significativo y simbólico que Antena3 eligiera a su director de medios interactivos como nuevo responsable de su unidad de televisión: el reconocimiento de que el futuro es eso que se está llamando 360 grados, que los contenidos se han de poner allá donde están las audiencias y tal y tal y tal. Lo que sabemos. Ayer, en las jornadas de Aedeti para seguir discutiendo la nueva televisión (un título gastado, pero es que la nueva sigue siendo nueva) sucedió algo que no pasaba en los ciertos de jornadas y ágapes anteriores al fin del apagón: en vez de hablar de TDT se habló, con la excusa de la interactividad, de la conexión de los televisores a la red. A internet. Como el centro de todo. Esencial, por supuesto, para Aedeti: el fracaso de la interactividad vía TDT/MHP se produjo por la ausencia de canal de retorno (es decir, conexión) y la nueva realidad de hogares conectados que terminan bien buscando su televisor, bien poniendo su portátil en las rodillas mientras ven la televisión, es el camino para su desarrollo como empresas.

Cambio de objeto del discurso, cambio de las argumentaciones. Si en la TDT había discursos vacíos sobre la sociedad de la información, ahora predominan los discursos comerciales, costes y rentabilidades. Miedos y osadías. Para los operadores de licencias de televisión en abierto, el coste de servir los vídeos, el temor a morir de éxito (es decir, que el coste del ancho de banda de servir vídeo por la red ilimitadamente no sea soportable) es la barrera principal para protagonizar su propia canibalización. Si el futuro va por un lado pero es un negocio incierto, tengo dos opciones: tratar de protagonizar yo mi voladura o esperar a que lo hagan otros mientras sigo contando billetes de un negocio que conozco bien. Yo creo que todas las compañías se vuelven esquizoides ante este tipo de dilemas: en unos momentos quieren ir, en otros echan el freno a la espera de ver más dinero. En la propia organización, se mezclan los escépticos con los entusiastas, los vanguardistas con los conservadores, la cuenta de resultados de hoy con la de mañana.

Descubrimos que hay mucha más publicidad para el vídeo online que la que las cadenas aceptan o pueden asumir y que esos anunciantes no tienen mucha inquietud por otros contenidos de vídeo que no sean los megaprofesionales. Los de las cadenas: la televisión de siempre en todas partes. Descubrimos que Abertis resucita su proyecto TDTcom revisado y con un enfoque muy inteligente: convertirse en un centro de soporte para bajar los costes de ancho de banda por la agregación de muchos, junto con un sistema de comercialización que permite asegurar discriminación de precios por canale de distribución, la sindicación generalizada y la preservación de la marca y política comercial de la cadena. Es decir, una respuesta para empujar el mercado del supervideo profesional. Que sería una excelente forma de que el otro vídeo profesional, el no amparado por los grandes brazos de los gigantes televisivos encuentre espacio: porque crece el mercado.

De nuevo, como tantas veces, la lucha de estándares. Aedeti le pide al gobierno que lidere la creación de un consenso para que la vinculación entre broadcast e internet se cree en un entorno compartido (sería un detalle que con soluciones abiertas) porque cree, basándose en la experiencia internacional, que esto no es una cuestión de mercado, sino de fijar el territorio del mercado. Y creen que se desarrollarán más negocios y aplicaciones si existe un marco ordenado conocido e igual para todos. Curiosamente, los fabricantes de televisores no parecen esperar y se lanzan a todas las innovaciones técnicas (hay que vender, y vender supone renovar el parque instalado) y tienen claro que el televisor será un ser conectado a todo: alguien dijo que volvería a ser el centro del hogar, yo creo que nunca ha dejado de serlo. Los geeks no son (¿somos? a ratitos) tantos y los demás lo que hacen es tener el portátil en las rodillas con la tele enfrente. O como ruido de fondo. Si los fabricantes conectan, los emisores tienen que vivir con la realidad conectada aunque, lo preferible para su negocio es que eso nunca ocurriera.

Y en los pasillos mucha gente diciendo lo deprisa que va esto, y yo pensando lo lento que va en realidad. Porque las muestras de cosas que se vieron, los escenarios que se dibujaban ya los contábamos tantos y tantos cuando se creó el palabro televisión 2.0. Incluso mucho antes: los viejos pioneros de empresas que fracasaron en España por anticipación a su tiempo andaban entre bambalinas y entre canapé y canapé casi se percibía algo de nostalgia o de no se sabe qué porque ahora todo el mundo dice lo que ya se decía. En fin, internet en el centro de la televisión como realidad comercial y debate. Uno de los ponentes presentó una estimación: el decaimiento de la televisión lineal de modo drástico a partir del año 2015. Como para hacer profecías, del 3D en casa ni se hablaba.