¿Por qué es bueno Boxee?
El mal trago de la desaparición de Hulu de sus opciones ha conducido a los hombres de Boxee a volverse creativos: en vez de culpar al mundo como un productor de cine carpetovetónico, han decidido abrir un wiki para que los usuarios les ayuden a configurar y pulir el discurso comercial que permite decir: «Boxee es bueno para todos».
Dos son las preguntas más importantes: «¿Por qué Boxee es bueno para los propietarios de contenido?» y «¿Por qué Boxee es bueno para las compañías de cable». Esta segunda tiene una lógica muy correcta, y es que en el mercados se ha dado por hecho el que la retirada de Hulu ha tenido que ver con las presiones de la industria del cable.
Me ha resultado interesante comprobar como las respuestas a la primera pregunta son más o menos las mismas que ADNStream emplea como propuesta de valor para los propietarios de contenido españoles. En realidad, es obvio, pero suena excelente ver que se tropieza con las mismas realidades: canibaliza la piratería y permite generar nuevas fuentes de ingresos. La primera, cuesta que la vean los señores productores, y la segunda es obvio que sólo puede destinarse al fondo de catálogo. Hoy por hoy, pero fondo de catálogo ya es casi todo.
Sobre la segunda cuestión, los resultados son más curiososos. Por un lado, porque en realidad el grueso de argumentos son argumentos que hacen irrelevante la presencia de compañías de cable pero, simulténeamente, pueden ser estrategias defensivas contra esa misma tendencia. Es decir, si opciones como Boxee se añaden como complemento de la oferta de que ya disponen, como forma de vender otros servicios o como forma de incluir contenidos gratuitos y premium en una misma oferta, tiene sentido. Puesto que las operadoras de cable suelen ser vendedoras de acceso a la red, tienen una buena manera de introducir al usuario en servicios de video para después subirlos al premium. Me imagino que la respuesta de la cablera será «excelente, pero lo haré con mi software».
Pero un punto en común de ambos grupos de respuestas se refieren a la posibilidad de socializar la experiencia del contenido, especialmente si esto se hace desde el propio productor. Es decir, que les abre la puerta a gestionar comunidades alrededor de un contenido y desarrollar el marketing que viene con el fin de la interrupción. Dicho más rotundo: abre la puerta para experimentar formatos y productos que van a ser los que van a tener que desarrollar a medida que la convergencia tecnológica madure.