El narcocine mexicano
Tómese un narcocorrido (eso que conocemos por Pérez Reverte y Los Tigres del Norte), úsese la historia como base para un guión y ¡ya está!, tenemos narcocine. En realidad, habría que decir narcovideo. Tiene otras denominaciones como «cine de narcos» o esta que me encanta: «cine de bandas». Investigando sobre el tema, el cine relacionado con el narcotráfico en México tiene una larga vida, pero su configuración actual se parece demoledoramente a la industria del porno y a la de los filmes gore del Nollywood nigeriano: presupuestos de 40/50 mil dólares, cuatro días para hacer un guión, rodajes breves, en cinco semanas la película directa a DVD. Mercado: el norte de México y, sobre todo, el sur de EE.UU. Oh, sorpresa: los narcos tienen una intervención decisiva en las historias y en la financiación. Participan como actores desde policías reales a chicas de alterne reales.
La Serie B, cultura popular, negocio. Modelos de producción de mucho futuro aunque a más de uno se le van a poner los pelos de punta, y no me refiero a que la mafia pague películas, aunque aquí hemos tenido constructores pagando teles locales. Me sobrecoge la afirmación de que el ochenta por ciento de la población no va a al cine y por eso ve estas películas, ¿no es un dato un poco alto? Una entrada de cine en México es mucho, mucho más barata que en EE.UU. y Europa y, vaya hombre, las películas más vistas son las mismas que en Hollywood.
Esta pieza documental de 23 minutos merece la pena la inversión de tiempo. Es apasionante. Si les parece mucho, el reportaje de más abajo es una introducción al tema, con la diferencia que lo plantea como un género en decadencia.
Créditos: la imagen pertenece a la galería de Awcole72, distrbuida con licencia CC.
[…] This post was mentioned on Twitter by Gonzalo Martín. Gonzalo Martín said: El narcocine mexicano es una industria fascinante http://ow.ly/1w4CI […]
He visto las dos cosas. Entiendo el análisis y su proyección pero efectivamente pone los pelos de punta. Y no porque la mafia pague las películas (pagan muchas cosas que no queremos ver). Y sé que se hacen porque hay demanda, pero eso es lo que sobrecoge, que la Serie B sea cultura popular y por tanto negocio.
Por cierto, que chocante que digan que los narcoproductores eran «discretos», supongo que es una interpretación muy socorrida, teniendo en cuenta que lo que inmortalizaban eran sus hazañas y matanzas.
Sin serie B no tendríamos, por ejemplo, a Tarantino. Ni el cómic. La cultura popular es cultura y lo ha sido siempre, al tiempo que despreciada. En esos miles de películas seguro que hay un artista en algún lado. Además, son historias del mundo real que están reflejando la realidad de in país que está al borde de ser un narcoestado.
Tienes tanta razón que me hizo continuar la reflexión en un post en mi blog.
Es muy interesante: vamos a dejarle el enlace a la gente.
Nulla etica sine estetica
Gonzalo, ¿leíste el artículo de Kevin Kelly sobre How to Thrive Among Pirates? Creo que está bastante relacionado y toca otro punto que también te interesa.
Acabo de leerlo, muchísimas gracias. Había seguido a Kelly, pero me he perdido este. Es un artículo extraordinario que confirma un montón de cosas que sabíamos e intuíamos. Voy a hacer un post con él.
[…] la lectura de hace un par de días sobre el cine narco en México, José María Peláez me deja un enlace extraordinario de Kevin Kelly (el que recreó […]
Hey, pinche cabron, que este tema es guey!
Estaba leyendo un poco de refilon y no me puedo extender, pero me pregunto si conoce usted al Profesor Repronto (por esto de las consideraciones de la «calidad de la cultura»).
El tema de la narcocultura yo lo conoci bastante alejado de la red, alla a principios de los 90, y creo que el origen fue una columna de Dario Manrique en la Rolling&Stone. Luego temporadas de relleno de programas via satelite que hablaban de cosas peregrinas como el tunning al otro lado de la linea, pero siempre con ese matiz. En general la exploitation que hay en torno a este mundo es bastante maravillosa, y aun hace un par dedias salto la noticia de que los esbirros de un narco habian comprado no se cuantos miles de revistas en las que salia un reportaje sobre su jefazo.
El video sobre alta y baja cultura que apuntaba Goio en su comentario está aquí
http://minchinela.com/repronto/2010/03/15/capitulo-34-alta-y-baja-cultura/
[…] comentábamos el papel del narcocine mexicano como ejemplo interesante de determinados modos de producción, […]
[…] alguna visita procedente de Google vinculada a la palabra “narcocine”. Hace tiempo relacionamos el documental que realizó la revista Vice, un clásico sobre el tema. Esta gozosa entrevista que […]
[…] ha sido de repente, claro, pero el proceso se aceleró con un debate reciente “provocado” por Gonzalo y que tuvo su guinda en ¿Cultura? ¿Qué […]
[…] conocernos. Y por enseñarme a utilizar los palillos y a experimentar sabores. Aunque me siga imponiendo respeto desde su blog, al menos puedo visualizar el gesto. Y no es lo […]
[…] unos días Gonzalo Martín recomendó en su post El narcocine mexicano invertir 23 minutos en la visualización de un documental “apasionante”. A menudo, el alto […]
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