Un Ipad en la televisión
Es parte del título de un artículo del New York Times. ¿Interesante porque el Ipad, ese dispositivo filosofal, tenga salida de vídeo y pueda llevarse al televisor? No. Interesante porque pocas veces hay un ejemplo más claro de un usuario mostrando sus necesidades latentes: la per
sonalización del consumo de vídeo. En las clases, conferencias y debates a los que me invitan, siempre insisto, especialmente cuando es gente atribulada de la profesión, en que todo lo que tienen que saber sobre el cambio tecnológico en el vídeo se llama personalización del consumo. Ante la duda, vuelvan a decírselo: cualquier acto de un usuario está destinado a decidir controlar por sí mismo la experiencia. Por el contrario, cualquier intento de mantener un negocio que tenga cierta facilidad de monetización tropieza exactamente con la intención contraria: controlar en nombre del usuario y cobrar por el camino. La tecnología, ya se sabe, es quien decide por quien se inclina cada vez.
Las premisas del artículo son simples: a) quiero librarme de mi subscripción de cable (gasto fijo, más oferta de la que me interesa y consumo), b) me compro un AppleTV (vaya, no puedo ver lo que quiero, aunque venga YouTube, c) me compro un Ipad (caramba, tampoco se ve todo, pero además ¡han capado la salida web y no puedo ver las páginas del navegador en un tele: ¿Apple evitando canibalizar sus dispositos?. ¿Se ve? El usuario huyendo de restricciones que le impidan decidir qué, cuándo y dónde, y el fabricante buscando la forma de que no puedan hacerlo sin su permiso. Dicen que el cliente siempre tiene razón, incluso que, cuando no la tiene, debe aplicarse la máxima anterior. Lo que me lleva a sospechar que el cliente termina por imponerse. ¿El parche? Están de moda los DRM a los que se pueden asignar un número limitado de dispositivos. Una pugna constante. Y así seguirá siendo pero, ¿con cada vez menos espacio para crear jardines cerrados? Es ahí donde entra la legislación. Dicho de otra forma, la creación de barreras de entrada artificiales.
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Supongo que parte del éxito de Apple viene no sólo de dominar la personalización del consumo que comentas, sino de adelantarse e, incluso, dirigirlo. Desde luego sabe “movilizar al público, sentar la curiosidad en su mente”.
Es lógico que Apple intente evitar canivalizar sus propios dispositivos pero, dada su relevancia, será interesante ver como evoluciona esta pugna control-hacerlosinsupermiso.
Ayer leía también que el gobierno de Israel prohíbe la entrada de iPads. Me pregunto si quiere decir que no ha habido un acuerdo lo suficientemente rentable con Apple para que las barreras de entrada artificiales le ayuden a crear ese espacio en “jardines tan cerrados”, o pesa más el puro proteccionismo respecto a la propia tecnología. O las dos cosas. O alguna más que seguro que desconozco.
Aprovechando el enlace, me di un “largo” paseo por las indias. Sin palabras!!! Sobre todo porque un rato antes me había leído un post de un reputado gurú que decía cosas como “mi consejo es que si una empresa pretende establecerse en torno al uso o la explotación de una tecnología determinada, esa tecnología forma parte de su core, de su competencia fundamental y, por tanto, debería idealmente ser un desarrollo interno”
Igualito, igualito que lo de “personalizar el consumo”, “captar audiencias” y “construir mercados”