Préstese atención a esta noticia de ayer: “El 99% de los olivares de Jaen no es rentable sin las ayudas de la PAC”. Visto desde una perspectiva similar, las películas españolas podrían tener los mismos porcentajes. Cuando el mundo del cine advierte de que no se les acuse de estar subvencionados como si nadie más lo estuviera, tiene toda la razón. Pero la cuestión de las subvenciones no puede terminarse ahí. La misma noticia refleja los problemas de la explotación de esos olivares: se reclama concentración, mejora de la oferta, profesionalización… Hay expresiones que se han usado para el cine. Ante la misma crítica que a la cinematografía, hay mineros que se unen al argumento: la agricultura y los coches también tiene subvenciones. Y podríamos seguir. Lo importante es que en los tres casos se plantean problemas de eficiencia: ya que parecen inevitables, más allá de la posición personal de cada uno sobre las subvenciones, por el mero uso de dinero público, subsiste la cuestión de su utilidad, su beneficio real para el propósito que se proponen y si tienen que tener fecha de caducidad o para reevaluar su función. En ese terreno, se esté a favor o en contra del sistema, hay un punto de discusión racional. Pero, de nuevo, el cine no es excepcional. Ver, por ejemplo, el déficit de las televisiones públicas no hace su coste tan dramático. Lo que no quiere decir que no sean, todos estos casos, examinables.
6 abril, 2011 7:24 AM
1. Escrito por Isabel
16/Abr/2011 a las 11:42 PM
Para echarse a correr. Este post me ha hecho pensar en otro que leía esta mañana sobre los factores en el origen de la crisis. Sobre todo un par de párrafos que me tomo la osadía de reproducir:
“El ciudadano, antes de animar a que se pongan fondos públicos, debe preguntarse por qué el capital privado no quiere entrar. La lógica pública y privada, pasados los momentos de pánico, no debe ser distinta.
De esto se deduce que el contribuyente (como lo haría cualquier inversor privado) debe ser muy exigente en la valoración de los activos en los que invierte, así como con la gestión de sus representantes en los Consejos, cuya única guía debe ser la búsqueda de la optimización del valor de la inversión realizada por el erario público”.
2. Escrito por Gonzalo Martín
17/Abr/2011 a las 12:08 AM
BUeno, efectivamente, este es el debate. En el caso de las artes, la financiación de la obra original es un problema histórico. La subvención sustituye presuntamente al mecenas, pero en realidad yo creo que es peor. Sumémosle la confusión entre cultura y comercio y la idea tras la palabra “cultura” que tiende a terminar el debate y permitir que valga todo.
3. Escrito por Isabel
17/Abr/2011 a las 8:02 AM
La idea tras la palabra cultura fue uno de los primeros debates a los que asistí en directo en esta casa. Memorable debate (para mi) que me obligó a empezar a recolocar y remezclar conceptos e ideas. Se agradece esta constante exigencia a cuestionar y elevar el nivel.
4. Pingback por Cine y recortes « Pulsiones
1/May/2012 a las 12:15 PM
[…] y quién no, eso que los economistas llaman rent seekers o buscadores de rentas. Como ya sucede con los mineros y los olivos, que piensan que lo que reciben no es tanto, lo que contemplamos es la competencia entre sectores […]