¿Todo precioso? En realidad, sí. Han pasado muchos años hasta que un cineasta de prestigio, el presidente de turno de la Academia, ha agachado la cabeza,
ha pedido humildad a sus compradres y ha buscado congraciarse con el público. Un cineasta de prestigio que ha alabado la conquista de taquilla. Pero, en medio de las felicitaciones generalizadas por una gala decente (incomprensible que la gente del espectáculo no supiera vender su fiesta para ganar clientes) y por un inusual resultado económico, no se ha advertido donde terminaba el brillo.
Daba una de las productoras de Celda211 las gracias a Telecinco por su promoción. Decía su director que se trataba de un encargo, pero dicho no con ese tono de desprecio a la decencia del artista que es trabajar de encargo y no por su propia lucidez de autor, sino con lo que supone de diseño de un producto medido para hacerlo bien. Detrás de Agora, Celda211 y Planet51, los verdaderos motores de la taquilla de este año, se encuentra gente que está fuera del sistema diseñado para el desarrollo del cine español y que, usualmente, se presentan no sé si como enemigos, pero sí al menos como gente que lo hace por obligación. O porque emplea sus mecanismos únicamente en lo que tienen de reducción de riesgos, pero no de su filosofía de producción.
Y esa es la reflexión dura:
fuera de los mecanismos industriales que contienen estos éxitos, el frío es aterrador y la gran taquilla no sería posible. Si tiene sentido seguir diseñando un sistema que no tiene en cuenta el favor de quienes sí saben construir producción para ganarse al público, es algo que también Álex de la Iglesia, sin duda el ganador de la noche, debe también abordar. El cine sin marketing no es nada, y sólo las grandes producciones y los diseños de las cadenas de televisión han podido convertir las producciones en eventos sociales. Las películas serán después mejores o peores, como siempre, pero movilizar al público, sentar la curiosidad en su mente, no tiene precio. Que se dice.
Va a hacer falta humildad para que gente que no es en absoluto humilde, los propietarios de las teles, se sientan cómodos con un sistema en el que su labor resulta ser imprescindible. Pasar de hacer cuatro éxitos y medio a siete u ocho, que tampoco es pedir tanto, va a requerir algo más que ayudas públicas en forma de dinero y spots grauitos de dos horas gracias a más subvenciones, las de TVE, que tiene el detalle de no contar, todo indepedencia informativa,
la protesta de sus propios trabajadores en la puerta. Con algún lema injusto, todo hay que decirlo.
Créditos: la fotografía del busto de Goya es autoría de
Zaqarbal y está distribuida con
licencia CC.
Pues mire, hubo una cosa en el discurso de Alex que no me gusto, que en el cruce de mails viperinos comente, y que guarda relacion con lo que comenta aqui: que directamente agradeciera sobre todos los apoyos el papel de RTVE. Vamos a ver, sobre la mesa no dudo que no sea ms importante su presencia dentro del cine español, pero lo cierto es que esa noche los 3 taquillazos llegaban con el apoyo de las privads. Vamos, que tampoco es como para cortarse las venas, pero la verdad es que se lo podia haber ahorrado, o podia haberlo dicho de otra manera.
Buenoo seamos justos.. Lo de no contar las protestas en la puerta es pecado de todas… También Antena 3 y Tele5 han tenido sus buenas dósis de conflictos y solo nos enteramos quienes recibimos los boletines de algún sindicato. Y coincido, el ganador de la noche fue Alex de la Iglesia y esa versión convincente de «Nosotros que nos queremos tanto». Ahora a ver como se desenvuelve el guion.
En efecto, Mercedes: el hecho mismo de que sea como las demás, que sea imposible el sueño de independencia que tantos esperan algunos de la televisión pública demuestra que la descomunal inversión no tiene por donde defenderse. Ni siquiera hay diferencia en las noticias, son tan sesgadas como las de los demás.
Con usted no hay manera de ganar en mi defensa de una televisión publica 🙁 que le voy a hacer… Si hay argumentos indefendibles. Pasa que tengo mi coranzoncito que sigue creyendo en una televisión pública de verdad. La formación pesa… O es la deformación?. En todo caso, me conformaría con una BBC
Pero es que la BBC tiene los mismos problemas desde hace años: contratos con estrellas, trampas en concursos, abuso de posición dominante con los medios regionales, competencia desleal en internet… Todo eso le está pasando. Y la razón no es por lo público que es en sí mismo, sino porque la comunicación ha cambiado tanto, es tan abundante y con tan pocas barreras de entrada, que la presencia de un gran medio institucional, que cohesionaba el país (especialmente en términos políticos) ni hace falta ni es viable. Viven en el conflicto entre la masificación y la irrelevancia, con presupuestos monstruosos que no bajan mientras la sociedad vive en ajuste continuo por temas esenciales: sanidad, educación, infraestructuras. Se puede dejar de hacer carreteras y AVE’s, como vemos en esta crisis, pero no baja el coste de la programación pública. Un disparate.
También nos cambian los roles de consumidores: no necesitamos una programación horaria y un parte oficial de noticias. Por eso mitificamos la BBC y lo público como esos oasis para gente que busca determinados contenidos. Esos contenidos van a ser RSS, como la prensa. Allá donde se hagan. No tiene sentido un proveedor único y lo que falla es la financiación de la producción no masiva. El cable vive de nichos globalizados y tienes grandes programas. Tu TiVo tiene que poder sindicarlos. La conexión a internet te llevará a otros. Ahora la tele pública hace de enorme filtro de esos contenidos y dificulta la llegada de dinero desde unas manos a otras manos.
Es otro paradigma.