La norma que, por primera vez, contemplará los visionados online para ser computados de cara a las subvenciones del cine español penaliza los modelos de subscripción. No se computarían los visionados en los modelos gratuitos soportados en publicidad. Tampoco son visionados completos, sino un coeficiente. En general, la lectura sugiere más bien desconcierto y la prevalencia de esquemas mentales previos a la digitalización y que sugieren más la salvación de los esquemas clásicos que el gusto por inventar cosas nuevas. Mientras, los modelos de producción y distribución digital van consolidando sus formas de hacer: la referencia de Hulu o Netflix con sus servicios de subscripción baratos y amplísimos catálogos se amplía por doquier. Ayer supe de Databazaar, un Netflix de cine y series hindúes para el mundo por… 7,99 dólares al mes, el mismo rango de precios de los competidores americanos. Si adquieres la tarifa anual de Filmin, no llegas a los diez euros mensuales… El jefe de Electronic Arts dice hoy algo de este calibre: “El futuro de los videojuegos pasa por el navegador y los juegos gratuitos”. En resumen, los modelos de producción y distribución de entretenimiento pasan por estrategias de destinadas a generar flujos de ingresos de largo plazo por la vía del acceso o lo que rodea la experiencia y no por el consumo unitario de cosas que empiezan y terminan en su contemplación. Lo minoritario crece claramente hacia la involucración de los fans en la producción de la copia cero (dos nuevos casos interesantes, un documental sobre el músico Jason Becker y el mecenazgo en pequeñas donaciones del libro de Juan Pina). El cine español ya no era rentable antes de los usos irregulares generalizados y sólo era y es posible mediante una intervención pública privilegiada. Por tanto, ¿por qué no hacer cosas verdaderamente diferentes, si la excusa es la cultura? Por supuesto, el dinero de las ayudas se reserva para esquemas cinematográficos, pero la calidad de las propuestas creativas de video online sube y sube. Lo mismo alguien se empieza a preguntar por qué han de ser diferentes.