Una de las frustraciones más grandes que produce el mundo de la publicación convencional es la falta de espacio. Una de las características esenciales de internet es, precisamente lo contrario, la ausencia de límite. Así el artículo que Gloria y África me pidieron para el suplemento que publica hoy El Correo sobre internet y la red, padece de esos inconvenientes que, cómo no, se pueden convertir en virtud al obligar a sintetizar. Dicho por alguien como yo, puedo imaginar la sonrisa de a quien le dé por leerme y me conozca. En el caso del titular, mal asunto: el que cabía en el espacio asignado era mucho más corto y se ha visto amputado a “¿Las leyes de hace siglos sirven ahora?”. Para el texto me pidieron, creo recordar, algo así como tres mil caracteres y no parece que haya quedado mal. Para quien no pueda comprar el diario, le interese y no lea cómodo en la imagen del tuit que lo reproduce, lo puede hacer más fácil aquí. Pero, si alguien tiene más interés, puede verse la versión un poco más larga (un poco, ¿eh?) a partir de la cuál construí el breve y que creo es más explicativa y sugestiva. Mi agradecimiento a Gloria y África por contar conmigo en su suplemento. [Actualizado]: África y Gloria publicaron el contenido en formato pdf. Me corresponde la página 47.