Paloma Llaneza teniendo que explicar lo obvio: “Lo que sorprende es que la misma Administración que ha descubierto Internet para “facilitarnos” el pago de impuestos, siga viendo la prensa como las gacetas decimonónicas, con su papel y su grapa”. El generalizado desconocimiento de lo que suponen las redes y el fin de los filtros de publicación no deja de sorprenderme cada día. Esta vez es sobre ese intento de prohibir los anuncios de prostitución en la prensa, anuncios rimbombantes de los políticos que, cualquiera que tenga vínculos con internet, sólo puede mirar con incredulidad y con vergüenza ajena. O viven en los mundos de yupi o te toman por tonto. No asumir que la información de quien ofrece estos servicios va a estar y está ya disponible con pocos clics hagan lo que hagan, es casi para pedir un examen neurológico. El fenómeno, suceso o forma de razonar – llámese como quiera al absurdo – puede trasladarse a los flamantes consejos audiovisuales cuya única forma de llamar la atención sobre su inutilidad es precisamente esta: pretender que un espectador, sobre todo infantil, está cubierto porque ellos pongan límites horarios. Toda mi vida me han contado lo de la resistencia al cambio y uno es consciente, pero vaya… Termina Paloma Llaneza: “Definitivamente, no hay nadie al otro lado. Cabe preguntarse si vivimos en realidades paralelas condenadas a no tocarse.”
23 julio, 2011 8:53 AM
1. Escrito por Gonzalo Martín
23/Jul/2011 a las 9:10 AM
Para el juego sutil de observaciones del mundo mediático y político español, es interesante preguntarse conspiranoicamente la aparición de ciertos artículos. El País, como buen negocio periodístico, ingresa cantidades enormes por esta publicidad. Pero como también es un diario tenido por una linea editorial que podría considerarse proclive al énfasis actual en políticas generalmente denominadas de “igualdad” o “progresistas” me da que no puede editorializar sin perder riesgo de perder crédito. Mucho mejor la opinión de una tercera que, además, tiene razón y es brillante. Mujer, por si no lo había notado. Sutil que es uno, pero no lo tomen en serio.
2. Escrito por Emili
23/Jul/2011 a las 11:20 AM
Realidades paralelas. Tal cual. Pero lo patético es lo contentos que están en su campana de cristal
3. Escrito por Mercedes Ramirez
24/Jul/2011 a las 5:25 PM
Entre este asunto cada vez más absurdo y el “abolicionismo” de cierta parte del feminismo
oficial… Que aburrido todo. Bueno soy Feminista y tan feminista que creo que una mujer adulta puede hacer de su cuerpo una “profesión” si es lo que apetece. La trata de personas no es distinta si el móvil es sexual o para ponerte a trabajar en una plantación. Ponerle puertas al campo no acabará con la mayor, solo dejará un mensaje chachi para feministas de capilla y uno que otro ingenuo
4. Escrito por Gonzalo Martín
24/Jul/2011 a las 5:51 PM
Sí, pero si lees el artículo de Paloma, deja claro que, si bien tiene su opinión sobre el asunto, en lo que entra es en cómo se pretenden desarrollar soluciones que, por supuesto, contienen elementos morales muy discutibles, pero que no sirven para resolver el problema y que ignoran no se sabe por qué la realidad tecnológica. Y en este sentido, uno siempre sospecha y se acuerda de los clásicos: primero fueron a por los comunistas, pero yo no lo era…
5. Escrito por Goio Borge
25/Jul/2011 a las 6:46 PM
yo estaría encantado de que las mujeres decicieran sin ningún tipo de presión hacer de su cuerpo su profesión, pero me temo que eso es minoritario y no lo creo defendible para la propia causa. Independientemente de eso, me temo que esta es una decisión conscientemente sencilla. Es decir, ya es mucho menos problema prohibir esa publicidad en periódicos, porque aunque les dé pasta, y aunque haya un público que busca ahí y no en la web posiblemente porque es muy lowtech, en realidad el negocio del periódico impreso va poco a poco donde va. No es por hacer la pregunta capciosa, pero ¿va a desaparecer esta publicidad de ‘kioskoymas’?
6. Pingback por La progresiva disolución de las reglas de la escasez « Pulsiones
23/Ago/2011 a las 6:13 PM
[…] es tan extraño y provoca tanta perplejidad como la que en su día nos mostró Paloma Llaneza con el caso de los anuncios de prostitución. O como quienes sostienen (muchos, amigos) que la falta de conexión de muchas personas – […]