Publica El País una larga pieza sobre el documental español. Un género de vida industrial compleja. El artículo resalta constantemente la escasez o falta de eficacia de la ayuda pública. Tienen razón, no recibe el trato que más apoyo le puede dar. Sin embargo, se debe notar que quienes pisan fuerte en el documental español lo hacen gracias al mercado internacional: los contenidos se globalizan como se globaliza todo el comercio. A pesar de la falta de apoyo, viven gracias al mercado mundial. La política inevitable es pensar desde el día uno en el mercado global. Ya comentamos que es mejor pensar, a mi juicio, en quitar el apellido español para el cine y hacer cine. Esto es lo mismo. Casi como pensar que en el documental por el documental y no el producto que es a ojos del espectador: naturaleza, un tema social o histórico… lo que realmente se consume es interés en algo, no un género.