Si no lo han hecho ya, tómense la molestia de leer el ensayo de mi amigo José Alcántara, bien conocido en la red como Versvs, sobre la neutralidad de la red (en dominio público y descarga gratuita). Hay un capítulo con una temática muy poco comentada a este respecto, y es el de la velocidad de respuesta de las consultas a Google: “al rebajar ese tiempo al máximo lo que sí consiguen es expulsar de la carrera por «ofrecer resultados rápidos» a cualquier otro competidor”. Eso se consigue con la potencia de sus datacenters. Recientemente, Facebook ha liberado el diseño de sus datacenters, cualquiera podrá replicarlos. Business Insider lo analiza con perspicacia: en pocas palabras, si estoy en desventaja en número y fuerza de datacenters con respecto a Google y eso requiere una inversión enorme, hagamos el mejor diseño, liberémoslo y contribuyamos a comoditizar lo que ahora Google tiene secreto y que es parte de su ventaja competitiva. Es decir, liberar el conocimiento incrementa la competencia, baja los precios y “eso ayuda a todo el mundo, excepto a la compañía que tiene una enorme ventaja competitiva de mantener secreto el diseño de su datacenter”. En cristiano: se reduce la capacidad de crear monopolios, se disipan rentas y se aumenta las opciones de hacer negocios de todo el mundo. Justo lo que se viene comprobando que impide la formulación de la propiedad intelectual hoy día. Facebook, claro, no es tan bueno (y eso a pesar del alma hacker de Zuckerberg), es que si tienes que competir y no tienes capacidad (¿todavía?) de obtener rentas de monopolio te conviertes en el mayor defensor de la competencia.