Hace ya muchos meses que la MPAA tomó la decisión de emplear siempre en sus comunicaciones la palabra robo en vez de piratería para referirse a los usos irregulares y/o ilegales que se producen en las redes o fuera de las redes en lo que se refiere a la propiedad intelectual. La razón la justifica su Chairman en razón de que el término piratería se percibe como un delito sin víctimas. La última entrada en el blog del gran lobby de Hollywood arranca con una afirmación de este tipo: “… el Institute for Policy Innovation concluye que actuar contra las webs deshonestas será decisivo para promover la innovación y la creatividad a nivel mundial”. Tiene que ver con los proyectos de ley norteamericanos para bloquear el acceso a páginas webs extranjeras que permiten acceder, vía enlaces o de otra forma, a contenidos protegidos como sucedió con el caso Roja Directa. Lo interesante es que se argumente sobre el estímulo a la creatividad y la innovación: ese incentivo es la clave de la visión del derecho americano (por extensión, anglosajón) sobre la creación de leyes de propiedad intelectual. Hay varias curiosidades: mientras que el artículo original hace una defensa cerrada de estas leyes, no puedo encontrar una sola línea que afirme taxativamente que sean un incentivo o estímulo a la creatividad (todo aderezado con las clásicas amenazas de crímenes y robos, además de llamar ¡comunistas! a quienes se oponen a las leyes de propiedad intelectual). Más curioso aún es que cuando se bucea en la composición del Institute for Policy Innovation se encuentra que uno de sus investigadores (Peter Ferrara, hay que seguir los enlaces internos, no tiene URL propia) ha realizado también trabajos para el Cato Institute, otro think tank muy influyente en posiciones libertarian en los Estados Unidos. El Cato Institute tiene un amplio número de publicaciones sobre los debates acerca de la propiedad intelectual y, aún cuando es partidario de ella, hace una crítica abierta a los defectos y mutaciones del sistema provocadas por las reformas efectuadas por el Congreso. Obvia decir que con la MPAA haciendo de lobby pero, en resumen, no cree que la extensión de la duración del copyright vaya en beneficio de la innovación (posición esencial de la MPAA) o en contra de que las leyes prohiban determinadas tecnologías para proteger modelos de negocio y el copyright. No hace tanto que el informe Hargreaves, encargado por gobierno británico, concluía con rotundidad que la legislación actual, efectivamente, está perjudicando la innovación. El blog de la MPAA hace muy bien en proteger, explicar y argumentar las posiciones de sus socios – algunas de mucho sentido – pero, como todos sabemos, es muy tentador y útil efectuar el tradicional ejercicio de framing para limitar las visiones del problema y llenar los pañuelos de lágrimas con los puestos de trabajo que dicen que se pierden. La cuestión de fondo sobre la guerra de la propiedad intelectual es si son leyes que cumplen sus fines (creatividad, innovación), no la de proteger modelos de negocio (o empleos, para el caso).