La Ministra y la red (¿nosotros?)
¿Tiene sentido la cacería, el insulto indiscriminado y la ofensa para explicarle a un Gobierno y a su representante las razones por las que un grupo de ciudadanos está dispuesto a bastante porque no se aprueben leyes que consideran injustas? Muchas veces decimos que internet no es un hatajo de ladrones y delincuentes, sino que es como la sociedad en la que vive, si los hay fuera los habrá dentro. Por tanto, la mala educación, el desconocimiento y la ofensa no son de extrañar, pero en este caso tienen un valor determinado en lo que empieza a articularse como un movimiento social. El mismo que se movilizó contra el canon.
Crear páginas y grupos en Facebook que suben como la espuma es una forma de activismo legítima (hubiera dicho que totalmente pacífica, pero después de ver las imágenes que se cuelgan y lo que escriben algunos, que casi puede ser delito, dudo de la palabra). Lo es la sátira y el humor (un ministro/a con los huesos de Jolly Roger es impagable). Pero no es de recibo, aunque puede que inevitable, el que los promotores de esas iniciativas, que asumen un liderazgo, no empiecen desde ya a realizar lo que la convivencia en la red hace tiempo que exige y es la moderación del exceso que produce la ignorancia de muchos (no todo el mundo conoce los hechos en profundidad) y la necesaria canalización positiva de la energía de tanta gente… que nunca sabes por qué apoya lo que crees. Pero ese es otro asunto.
Tampoco tiene que ver el talento de la Ministra como guionista. Es irrelevante. Si Mentiras y Gordas no gusta, es también irrelevante: es más, con tantas críticas a la distancia del público de las películas del cine español que haya una que triunfe en taquilla sólo puede celebrarse. Quizá no es lo que se llame cultura por el común, pero eso proviene de la confusión entre el negocio del espectáculo y esa palabra tan importante que caracteriza el debate y las estructuras de pensamiento de cine en España y que, en mi opinión, tan nocivo es para crear una industria verdadera.
Yo no me oculto y no me he ocultado, está escrito de varias formas en este blog: el sistema de ayudas y los conceptos institucionales del cine en España no funcionan (esto es más allá de las subvenciones, que es un tema concreto y muy mal comprendido por la población, lo que no quiere decir que sean buenas), el concepto tradicional de propiedad intelectual está en crisis y la tecnología tiene todo el aspecto de llevárselo por delante (algo que no juzgo ahora moralmente, sino como un hecho), el papel de las entidades de gestión de derechos merece una transformación radical y profunda.
Todos esos son problemas que, es cierto, tienen mucha relación con el problema de fondo, una cuestión de derechos civiles: la neutralidad de la red, el secreto de las comunicaciones, el derecho a compartir. Llevado al extremo, y hay posturas de todo tipo, el debate necesario sobre la propiedad intelectual y su abuso, un tema nada fácil ni evidente y en el que no todo es Teddy Bautista. Por supuesto, la apuesta por las redes de telecomunicaciones como fuente de riqueza, libertad y acceso a la cultura que sí que es.
Tampoco puede ignorarse que existen enormes dificultades para crear nuevos modelos de negocio viables sobre las producciones desarrolladas durante años con un marco legal y tecnológico que las hacía posibles. Es ingenuo y poco justo. Lo que no quiere decir que no haya que estar en contra de conceptos semimonopolísticos de las estructuras actuales y que no haya que advertir a la Ministra que en lo que tiene que trabajar, si está en su mano, pues creo que si la iniciativa privada no es capaz poco se puede hacer, es en desarrollar y fomentar formas de distribución digital.
Especialmente entender que la clave es la eliminación de barreras de entrada al mercado y entender que la puesta a disposición de todos los catálogos online con un medio de monetización y de posicionamiento solvente por detrás es la forma en que desaparece el incentivo para que otros ganen dinero con tu trabajo. En otras palabras: que el cine pueda verse, aunque el cine no es ya ni va a ser el de la era de Ben Hur. La batalla está en que, de nuevo, la industria española pierde la batalla de la distribución frente al amigo americano, principal valedor de estas legislaciones mientras desarrolla los mejores sitios para ver los contenidos en la red.
No hay panaceas ni trucos mágicos, especialmente al ritmo que cambia la red (mucho más rápido que las leyes). El video en la red es muy complejo todavía y en pocos meses tendrá escenarios nuevos. Cuesta muchas horas explicar y hacer entender lo que tiene de bueno, de difícil y de dificilísimo. El conocimiento de internet no es intuitivo y en el audiovisual español es casi siempre escaso. Me he apartado de un proyecto que pretende resolver todos los males del cine y el video español en internet (primer error: ya no hay macroportales ni gente que pueda abarcar todo) ante la evidencia del desconocimiento de los promotores. Como se parte de cosas razonables, hay gente que escucha y da pábulo a lo que para cualquiera que tenga un conocimiento técnico de como funciona internet le resultaría evidente. Y, por supuesto, pidiendo subvenciones que lo mismo cuelan. Esas son las cosas que hay que evitar también: que el desconocimiento y la falta de comprensión equivoquen las políticas.
En definitiva: los antecedentes y la forma del nombramiento han caído como un jarro de agua fría en la red con todo el sentido del mundo, ha sido lógico que apenas tuviera un segundo de respiro por los antecedentes acumulados en una comunidad que ya estaba en guardia con Molina y lo que pasó con el canon, pero Vicepresidenta y Ministra han dicho que se va a dialogar. Puede que sea una postura obligada, pero no se puede renunciar a ello, a argumentar, a explicar, a proponer. Hay excelentes cabezas liderando la red y es hora de que, sin crucificar a nadie, organicen y lideren la explicación al por qué no a este tipo de leyes. Es un debate internacional, no solo español, aunque tenga sus peculiaridades. La capacidad de organización colectiva y con pocas estructuras que ha demostrado internet tiene que ponerse al servicio de la sugestión de voluntades y no dejarse llevar por la ira a una institución con tanto que explicar a la sociedad – y tanto que cambiar – como la SGAE, porque no sólo de SGAE hablamos.
Parar, templar y… convencer. Una de esas notas($) de siempre dudosa credibilidad que publica la prensa atribuye los desencuentros de Molina con Zapatero a su intento de penalizar las descargas, la piratería o algo. A saber. Pero puede que el cambio de titular esconda un intento real de dialogar con toda la sociedad y no sólo con las Entidades de Gestión, cejas y guiños aparte. No puede negarse que un primer ministro tiene que abordar este asunto, piense lo que piense, por la presión de la Unión Europea y la propia industria norteamericana.
Será mejor si no escucha sólo a unos. Y será mejor si la oposición a los intentos de criminalizar el intercambio y la imposición de tasas injustas bajo el débil argumento de que es lo menos malo se hace desde la razón, la elegancia y la ausencia de soberbia, por irritante que nos resulte la incomprensión y la sombra de Pedro Farré: también los productores y creadores tienen argumentos que no son nada banales.
Créditos: la fotografía pertenece a la galería de LuChoeDu, distribuida con licencia CC.
En muchas de las cosas tienes razón y las comparto. En otras pocas discrepo. Dices:
«ha sido lógico que apenas tuviera un segundo de respiro por los antecedentes acumulados en una comunidad que ya estaba en guardia con Molina y lo que pasó con el canon, pero Vicepresidenta y Ministra han dicho que se va a dialogar. Puede que sea una postura obligada, pero no se puede renunciar a ello, a argumentar, a explicar, a proponer.»
El problema es que ya existe unos planteamientos de partida, que son completamente inasumibles. Sobretodo el planteamiento de que no exista Neutralidad en la Red. Esta posición es inamovible por parte del gobierno.
Yo creo que se pondrán «parches» o «eufemismos» en todo este debate (si se produce…que no lo tengo claro) lo lógico es que se produzca, pero la fuerza y presión del sector audiovisual es tremenda.
Ahora bien, aquí…quizás la cuestión es hacer valer el paradigma de la Red Social de Contenidos (no me gusta la terminología 2.0 ya lo sabes) que si no está contenta, eso suponen votos…y cuidado, que la cosa no es solamente descargas, p2p o similares…hay una crisis económica en la calle de impresión.
Para finalizar, que lamentablemente la política de hoy está pensada para la proliferación de lobbys. Y en este tema, hoy, la balanza está muy pero que muy desequilibrada.
Un saludo.
Internet libre… no a las medidas de González Sinde… MOVILIZACION YA!
¡Pero si todavía no ha tomado ninguna!
Enrique, estamos de acuerdo. Es una frontera delicada: sabemos que el planteamiento de fondo está, por decirlo así, decidido, pero saben que es impopular y que va a tener un coste de imagen.
Una vulgarización y radicalización basada en falsedades e insultos va a conducir a perder la batalla de opinión pública porque va a ser aprovechado para poner en evidencia que se trata de gente como le gusta a Teddy, antisistema, ignorante y violente.
Cierto…hay formas y hay formas, eso es verdad.
Pero también podríamos hablar de las gubernamentales y ahora van (asesorados por sus palmeros) de víctimas.
De la Vega habla de diálogo con todas las partes, pues mira…llevan más de 5 años y todavía está el tema por resolver.
Digo más (por mi «acreditada» experiencia) solamente quieren escuchar a aquellos que están dispuestos a decirles aquello que quieren oír.
Un saludo.
«Hatajo» en el sentido despreciativo de grupo, se escribe con hache. Hasta aquí he podido leer de su entrada, el resto es infumable.
Pues tiene razón, le falta una hache. Por lo demás, al manifestar desprecio ¿siempre es sin dar la cara? Todas las opiniones son bienvenidas, no obstante.
¿Y cómo se puede calificar de infumable una entrada sin leerla?
En la blogocosa amigo Gonzalo, cuando se carecen de argumentos para debatir, rebatir o conversar se utiliza el recurso de la RAE y todo el mundo es catedrático.
¿Quien era el escritor que defendía el uso incorrecto gramatical y le dieron un Premio Nobel de Literatura?
😀
Bueno, el lector tiene razón, faltaba una hache. Si era por ignorancia mía o vulgar despiste quede para la decisión de cada uno. Si eso es importante, también. Pero es más importante hablar de lo infumable que es lo que se viene a comentar aquí. Sólo una vez he tenido que moderar un comentario y espero poder seguir sin tener que hacerlo. Que el debate continúe si alguien quiere.
Durante muchos años ha existido una industria cultural que potenciaba el marketing sobre la calidad. Hemos tragado con Gran Hermanos, Macarenas, Torrentes y Alatristes deportivamente, porque la industria era la única capaz de distribuir mensajes y productos culturales. Fabricaban CDs, DVDs, se anunciaban en Antena 3 y controlaban Babelia y los 40 Principales. ¿Había diálogo entonces?
Ahora el progreso tecnológico les convierte en prescindibles. Toda la producción cultural de cientos de años está disponible prácticamente gratis para casi todo el mundo. ¿Hace falta dialogar sobre si queremos renunciar a esto para que ellos produzcan Torrente IV o lo nuevo de Shakira?
«Crear páginas y grupos en Facebook que suben como la espuma es una forma de activismo legítima (hubiera dicho que totalmente pacífica, pero después de ver las imágenes que se cuelgan y lo que escriben algunos, que casi puede ser delito, dudo de la palabra). Lo es la sátira y el humor (un ministro/a con los huesos de Jolly Roger es impagable). Pero no es de recibo, aunque puede que inevitable, el que los promotores de esas iniciativas, que asumen un liderazgo, no empiecen desde ya a realizar lo que la convivencia en la red hace tiempo que exige y es la moderación del exceso que produce la ignorancia de muchos (no todo el mundo conoce los hechos en profundidad) y la necesaria canalización positiva de la energía de tanta gente… que nunca sabes por qué apoya lo que crees. Pero ese es otro asunto.»
Bueno, respondo por alusiones como creador y coadministrador del grupo en Facebook. Totalmente de acuerdo en tus críticas. Permití desde el primer momento que cualquier pudiera subir imágenes y debí haber estado atento a lo que se publicaba. Digamos que pese a llevar bastantes años en Internet mi contacto con las redes sociales es bastante más reciente y pagué la novatada. Estoy supervisando los comentarios y procederé a eliminar todos los inapropiados que encuentre.
Por otra parte no puedo negar sentir cierta desazón al no verme especialmente identificado con muchos de los comentarios de la gente que se ha unido al grupo. Veo cine español, seguramente no el más comercial, y europeo en general regularmente y siendo consciente de la problemática entorno a la financiación del mismo obviamente no soy partidario de eliminar toda subvención.
Un saludo y gracias por tu reflexión que comparto en gran parte.
Gracias a ti. Ya he visto los efectos de la moderación. Se ha retirado una imagen absolutamente ofensiva que no repetiré para no crear el efecto.
No pasa nada, en la red ocurre esto, pero es bueno advertir que moderarás los comentarios ofensivos e insultantes, es bueno para todo el mundo.
Lo que dices sobre las subvenciones es cierto: hay mucho desconocimiento de cómo funciona y de sus verdaderos defectos. La subvención se otorga a muchas cosas, no sólo a cine, pero yo creo que las de cine fomentan y han creado un sistema defectuoso.
Personalmente, a priori no me gusta la subvención como método de gestión, creo que tiende a generar distancia de la realidad y a crear espacios que viven más del sistema que a cumplir el objetivo por el que se otorgan. Pero es una elección social: lo esencial, ne mi opinión, es asegurarse de que fomentan lo que se pretende y preferentemente para que deje de haberlas.
¿El enrique castro este no es aquel que antes aplaudia con las orejas todo lo que hacía el gobierno?
Como no le han debido colocar en el gobierno pese a su uso indiscriminado de rodilleras felatrices, ahora lo critica todo, ha pasado de la alabanza estupida a la critica desaforada.
Pues ni era todo bueno antes ni es todo malo ahora,un poco de criterio, por favor.
El anonimato como método de expresión es muestra de disculpable cobardía, prudencia o estupidez. Estupidez porque cualquier opinión así expresada queda automáticamente desvalorizada.
«rodilleras felatrices»
(Pero cuanto me quieren coño) 😀
Gonzalo, una pregunta; ¿tú crees que haría un buen papel como tertuliano de estos polémicos?
😀
Por cierto, ser socialista es ser autocrítico, si las cosas están mal, pues eso…están mal. Y si están bien (que también el PSOE hace cosas bien hechas, aunque hoy no es el caso) pues eso…Capt Obvious dixit.
Esta animosidad que generan la industria del cine nacional y la SGAE no es arbitraria ni fortuita. Con gusto apoyaríamos una industria que se hubiera fajado con contenidos no complacientes con el poder. Encima ya están en el gobierno. El cine es industria y entretenimiento, pero al recibir ayudas públicas, tiene una responsabilidad de alcanzar parámetros de excelencia y, de vez en cuando, a ser críticos con el poder no a convertirse en palmeros sumisos. Es que ni siquiera se atreven a emular al bienintencionado de Frank Capara con sus happy endings. Para qué hablar de la SGAE que ya sabemos cómo se las gasta. Tanto la industria del cine como la SGAE tienen un grave problema de credibilidad ante los ciudadanos. Son el «establishment» y, en épocas de crisis, los ciudadanos son menos tolerantes con la manipulación y los intentos de lucrarse a costa de sus bolsillos. La ira concienciada y hastiada es una reacción emocional ante los desafueros perpetrados por lo que en USA llaman «special interests». Se puede exigir moderación en los comentarios, pero estos es una simple cuestión de formas. Lo que hay que cambiar son las leyes injustas como la del canon y los mecanismos que fomentan el parasaitismo y la picaresca de la industria audiovisual como, por ejemplo, la compra de entradas por parte de los productores para cobrar la subvención a la distribución. Esto último me parece más indignante.
El tema de los insultos… pues de acuerdo, pero ese no es un argumento para dar ni quitar razones. Es como si se la quitáramos a SGAE y representantes de la industria sólo por llamar ladrones y delincuentes a millones de ciudadanos (con ayuda del Ministerio de Cultura en diversas campañas). Tan irrelevante al menos como la calidad de «Mentiras y Gordas»
Y luego tenemos «el diálogo», palabra mágica tras la que se esconde el puro cálculo político. ¿Qué programa defiende Sinde? ¿Qué es lo que quiere hacer? ¿cuál es su visión de la industria cultural (lo único que ha parecido preocuparle hasta ahora) y su evolución en los tiempos de internet? ¿Qué quiere hacer? «Dialogar» no es un programa, es un escudo tras el que esconderse y que traducida significa «intentaré hacer lo que quiero repartiendo las culpas y evitando que se me echen encima». Además de que parte de un desconocimiento, no puede «dialogar» con internet como se hace con los sindicatos, la asociación de internautas no es representativa ni mucho menos ni vale un diálogo en un despacho. Qué de la cara y responda a dos preguntas:
* ¿Quiere espiar y monitorizar las comunicaciones de los ciudadanos para detectar si descargan contenidos con derechos de autor y proceder a sancionarles?
* ¿Aboga por un canon a la conexión de forma que esta suba de precio para generar ingresos para discográficas y productoras de cine?
Por cierto, creo que hay un aspecto en el que vamos a estar de acuerdo y, perdón por la autocita,
http://www.uberbin.net/archivos/derechos/canon-digital-2-preguntas-a-antonio-ortiz.php
En cuanto a errores, a mí hay dos aspectos que no acaban de gustar del posicionamiento en la blogosfera y comunidades varias: 1) a veces hemos caído en ir contra las personas en lugar de contra las ideas, personalizando en algunas figuras contra las que se ha desencadenado una furia que llega a tapar el debate real 2) también ha faltado transmitir que queremos que haya una industria cultural que funcione y que los autores puedan seguir viviendo y creando e incluso mejorando sus condiciones. Sin esos puntos a veces ha parecido que es una cruzada “contra los artistas” cuando es a favor de modelos acordes con los nuevos tiempos y la no persecución de ciudadanos por el mero hecho de compartir cultura.
Muy de acuerdo, Antonio. Para mi, como digo, es una cuestión de derechos civiles como bien reflejas en tus puntos finales.
Pero yo me refiero a que no se puede basar la comunicación de la divergencia y las campañas organizadas dejando espacio para el linchamiento y la falta de respeto. Dureza en la crítica, la que se quiera, esto es una democracia y los ministros son políticos. Activismo, todo el del mundo. Sátira, también. Pero en las primeras horas se estaba sacando una agresividad injusta, desinformada e insultante hasta el borde del delito, con imputaciones y calificativos humillantes y denigrantes. Creo que en este momento se está recuperando la cordura.
Dialogar puede ser un acto de poca convicción si quieres. Pero es una obligación. La tienen los políticos y la tienen los representantes de la red, que son muy difusos. Y, al final, no hay más remedio que trabajar los cauces que existen para influir en el parlamento y la sociedad con cordura. Podemos montar una campaña de mails a los diputados, pero no puede hacerse con datos incorrectos ni con descalificaciones.
A todo eso me refiero. Y que no conviene olvidar que, aunque esencialmente hablamos de la protección de modelos de negocio caducos (y que, curiosamente, se basan mayoritariamente en importar material de fuera, sobre todo americano), hay elementos no claros: si defendemos otro modelo de propiedad intelectual hay que estar preparados para explicarlo y hacer una postura coherente. No es sencillo y eso hay que asumirlo.
«Sin esos puntos a veces ha parecido que es una cruzada “contra los artistas” cuando es a favor de modelos acordes con los nuevos tiempos y la no persecución de ciudadanos por el mero hecho de compartir cultura.»
Exacto!
Este último punto… lo cierto es que durante años se ha desarrollado una posición de que hay modelo de negocio para la música (conciertos, merchandising), pero es difícilmente extrapolable al cine y la televisión.
Al final, lo que tenemos, es poder ofrecer una experiencia mejor que las alternativas en P2P y delimitar bien qué es ánimo de lucro y qué es compartir (véase sentencia a páginas de enlace reciente)
No puedo estar más de acuerdo: y eso es parte de lo que indico en el post que debe ser la tarea gubernamental.
Si la distribución va a ser digital, claro que tiene que haber reglas de juego, pero acordes a la tecnología. No lo contrario, que es lo que se quiere hacer con desenchufar, investigar tu tráfico y frenar ancho de banda.
Definir lo que es compartir parece necesario.
Con todo, el problema del audiovisual siempre ha sido la distribución mucho más que la financaicion de la producción. En un entorno de ancho de banda ubicuo, el problema para llegar y dar a conocer tu película será igualmente costoso y difícil, porque requerirá posicionamiento, boca a boca, viralidad, etc.
Igual que ahora nadie hace la tontería de clonar El país porque todo el mundo puede ir a ver Elpais en su dirección, lo mismo sucederá con las películas. Y eso es lo que hacen los grandes estudios cuando están montando ellos sus propios y excelentes sitios para ver series y películas. Si tienes Hulu, ¿para qué vas a ir seriesyonkis? Y se puede monetizar.
la cuestión es que los nuevos modelos de negocio para el cine, etc. los debemos pensar nosotros, bueno o vosotros los expertos, ya que puede haber multitud de modelos que triunfen, pero siempre habrá fases de prueba y error y aspectos que no funcionen a la primera… puede q no sea la publicidad el modelo o la suscripción, el hecho es que las personas pagarán por algo que les aporte un valor adicional a lo que se encuentre en el emule… y en este lado, la gente se baja series, por ejemplo, del emule porque las quiere ver en VOS y eso muchas veces sólo lo encuentra en redes P2P (ya que una persona se ha molestado en incluir subtítulos). En definitiva, podrán prohibir las redes P2P pero aparecerá otra cosa que lo sustituya… el problema es que el modelo actual, como perecedero que es, se termina… y los políticos no se dan cuenta de ello.
Puede ser incluso que se hagan demasiadas películas ya que lo de sacarle leche a la vaca flaca ya está muy de moda en este país… estoy seguro de que la gente iría a ver buenas películas.